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Conglomerados financieros: la piedra en el zapato para los reguladores de la banca y un problema para el BCI en Florida

Conglomerados financieros: la piedra en el zapato para los reguladores de la banca y un problema para el BCI en Florida

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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La presencia del grupo Yarur en farmacias, carnes y otros negocios complica su llegada a Estados Unidos. Banco Central y Sbif defienden regulación vigente, aunque reconocen preocupación y desafíos.


No ha sido fácil la entrada del tercer mayor banco privado a Estados Unidos. Luis Enrique Yarur, presidente de BCI y líder del grupo que controla dicha entidad, apostó fuerte hace ya casi dos años por superar las fronteras chilenas e ingresar a la mayor economía del mundo, pero la realidad lo ha frenado.

Acordó, en mayo de 2013, pagar poco menos de US$ 900 millones el City National Bank (CNB) en Miami, del español Bankia, y se dio un año para concretar la compra. Pasó el tiempo, los reguladores españoles y chilenos dieron la venia y se extendió un año más el plazo, pero nada.

El próximo 30 de junio es la fecha fatal y, aunque podría haber un mes adicional para esperar que la Reserva Federal (regulador estadounidense) autorice la operación, lo cierto es que el negocio está en riesgo de zozobrar.

Aunque –según lo revelado por fuentes cercanas al banco– el origen del control que logró Yarur salpicó la imagen del empresario y ha sido un factor que ha ensombrecido el proceso de autorización de los reguladores estadounidenses (Fed y la OCC), lo cierto es que son las dudas sobre el nivel de supervisión que hay en Chile las que mantienen en vilo al banco ligado a la familia Yarur.

Respecto de las dudas que ha planteado la Fed en cuanto a la operación, el BCI hace unas semanas dijo que “dadas las cláusulas de confidencialidad habituales en este tipo de transacciones, Bci no puede comunicar ningún detalle de las condiciones pactadas”.

“Los accionistas han tenido la máxima disposición para acogerse y hacer mejoras en línea con los requerimientos solicitados. Con Bankia mantenemos una comunicación fluida sobre el proceso. Ambas partes esperan confiadas en que las diferentes instancias regulatorias aprueben la operación”, agregó.

Yarur es, como tantos grupos económicos en Chile, poderoso inversionista en distintos rubros de la economía nacional. Su principal negocio es BCI, pero también controla la cadena de farmacias Salcobrand y es jugador importante en negocios como las carnes.

Esa multiplicidad de roles e inversiones es lo que inquieta a las autoridades bancarias de Estados Unidos, ya que no se acostumbra tener controladores omnipotentes en un banco y, además, no hay costumbre de ver tanto negocio distinto al financiero, asociado –directa e indirectamente– a la propiedad del banco. En otra palabras, la concentración de los negocios en Chile le pasa la cuenta al empresariado en su ambición supraterritorial.

Más aún cuando en Chile no existe una supervisión que incluya a todos los negocios de un mismo grupo económico. Y la Reserva Federal, junto la OCC, se lo habrían hecho sentir a Chile y a Yarur.

La preocupación cunde en el grupo, pues en el período de espera Bankia ha mejorado tras el crash bancario ocurrido en España y hoy espera ansioso que la venta en Miami se concrete lo antes posible. Incluso ya habrían acordado que los beneficios del ejercicio sean agregados al precio que deba pagar BCI, si es que se confirma la operación.

Marshall: “Sí existe supervisión”

El viernes, la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif) organizó –junto a la Universidad Adolfo Ibáñez– un concurrido seminario sobre el futuro de la regulación bancaria en el país, con la presencia de los principales ejecutivos, reguladores y directivos de la banca local.

El tema principal del encuentro fue la reforma de la Ley General de Bancos que el Gobierno planea enviar al Congreso en el segundo semestre, y cómo implementar las nuevas normas de liquidez –Basilea III–. Pero la realidad que están viviendo distintos bancos fue tema de preguntas, dado que la situación patrimonial de la banca en Chile está lejos de ser una preocupación dramática como lo fue hace 30 años.

La nota más incómoda la está dando el BCI. El silencio de los reguladores norteamericanos ante la espera por la autorización puso en la mesa el nivel de profundidad de la regulación en Chile y la concentración económica.

Para el consejero y vicepresidente de Banco Central (BC), Enrique Marshall, las dudas de Estados Unidos sobre el nivel de supervisión a los grupos bancarios no tienen justificación desde el punto de vista de si están los ojos bien puestos sobre los negocios aledaños a los dueños de dichas entidades.

“Yo sostengo que sí existe (supervisión a estos grupos), a nivel de la matriz bancaria existe completa consolidación de ahí hacia abajo, por de pronto, todas las actividades de bancos y sus filiales consolidan; la reciente norma de liquidez tiene un enfoque consolidado, obliga a incorporar a bancos fuera del país. Por ende, decir (que) no existe (supervisión) es algo que no se condice con la realidad”, afirmó Marshall.

El consejero advirtió, además, que el análisis debe partir por reconocer que “en el país existen estándares relativamente altos en materia de supervisión consolidada” y que se han estado introduciendo cambios en el último tiempo con motivo de la ley sobre el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF), de octubre de 2014. “De manera que tenemos un sistema que protege a los bancos de cualquier problema que tenga el controlador”, puntualizó.

Marshall tiene historia asociada a la regulación bancaria para defender y repasar. Estuvo en el área de estudios del Banco de Talca, previo a la crisis financiera de los 80. Luego, fue asesor de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif). Trabajó, asimismo, en el grupo Angelini y sólo a comienzos de los 90 llegó el mundo público, asumiendo como intendente de Bancos (el segundo cargo de la Sbif).

Luego de tres años, volvió al sector privado, trabajando en los bancos O’Higgins y Santiago, siendo ejecutivo importante del grupo Luksic, el actual controlador del Banco de Chile, y sólo a comienzos de la década de 2000 retornó al servicio público liderando la Sbif . Luego pasó a la gerencia del Banco Central. Desde 2005 es consejero del ente emisor, donde descuella en la regulación ligada a los bancos.

Recordando ese pasado es que Marshall discrepa de las dudas que tendría la Fed. Aun más, la dificultad que implica regular grupos económicos –no sólo financieros– no lo espanta y lo asume como un rasgo típico de país subdesarrollado que es Chile, a diferencia de economías como la estadounidense.

“Puede haber debate, pero el país no está partiendo de cero. Algunos creerán que no, que hay que construir normas, pero el país tiene normas para hacer frente a una situación como esta”, dijo Marshall sobre el punto.

Con todo, en su presentación escrita –aunque no lo relevó– hacía ver que está pendiente el tema de la supervisión consolidada, pero sólo un complemento en cuanto a una línea «robusta» para proteger a los bancos de los negocios ajenos donde participa el controlador, particularmente por la limitación a los créditos a partes relacionadas.

Se le preguntó insistentemente a Marshall sobre lo ocurrido con SMU, el holding supermercadista ligado a Álvaro Saieh, que en 2013 contagió a CorpBanca, desestabilizando al banco y su confianza en el mercado al descubrirse créditos a un fondo de inversión para comprar acciones del referido SMU.

Marshall desestimó el ejemplo, recordando que los bancos en Chile tienen niveles mínimos de préstamos a relacionados respecto de su patrimonio.

Parrado optimista

Eric Parrado, el superintendente de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif), que asumió en su cargo en marzo del año pasado con la llegada del Gobierno de Bachelet, sigue la línea de Marshall defendiendo el trabajo hecho hasta ahora y pone, como ejemplo de las cosas bien hechas, el que el camino a Basilea III se esté haciendo sin grandes urgencias, puesto que el nivel de capitalización y solvencia de la banca está en niveles sustentables.

Recuerda varios pasos dados para supervisar al máximo posible a los grupos económicos en torno a los bancos. Entre ellos, destaca que en su gestión –donde dijo haber estrenado una política de apertura– se creó el departamento de conglomerados bancarios, para alcanzar una supervisión más amplia. Esto, en línea con la promulgación de la ley que acompañó al Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) en octubre de 2014, la que incluye artículos referidos a la solvencia de los controladores de los bancos.

Adelanta que a fin de año podrían estar en condiciones de comenzar a pedir información a los grupos, navegando aguas arriba de la propiedad.

“Estados Unidos tiene que tomar la decisión que quiera tomar, tengo entendido que BCI ha entregado antecedentes del caso, autoridades también nos contactaron para tener visión sobre supervisión consolidada… La institucionalidad chilena es fuerte, obviamente tenemos que seguir avanzado y eso es importante”, dijo Parrado.

Pero, respecto del proceso de supervisión de grupo económico completo, no sólo los negocios financieros, la tarea está pendiente.

En esa línea, Parrado recuerda que el Ministerio de Hacienda ya hizo público el compromiso de enviar una ley separada de la reforma a la Ley General de Bancos, para legislar sobre una consolidación supervisada.

Parrado cree que con las respuestas que dieron a la Fed no debería haber más dudas sobre el punto y que “no debería ser importante” para la decisión final, pues “la supervisión a bancos en Chile es de las más estrictas del mundo, así de simple”.

Eso sí, Parrado repasa la realidad internacional para no enamorarse de la supervisión consolidada como única alternativa. Advierte que el regulador único inglés terminó desmembrándose tras la crisis del sistema financiero de Europa e Inglaterra en los últimos años.

En ese sentido, piensa que, aun cuando no exista un megarregulador financiero en Chile, se puede hacer un trabajo por “nichos”, coordinándose con el regulador de valores, la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).

Pero nada de eso permite llegar a las empresas no reguladas, por ninguna de las dos entidades, como ocurre con Salcobrand, controlada por Yarur, pero sin regulador financiero. “Los grupos se han desarrollado de cierta forma que la regulación tiene que ir acompañando y creo que hay que hacer esfuerzos adicionales, por eso el compromiso de Hacienda es tener ley separada de supervisión consolidada”, afirma.

Con todo, Parrado reconoce la inquietud que generan los cuestionamientos suscitados por el caso BCI-Miami y que ciernen una sombra sobre la posibilidad de que otros bancos lleguen a mercados relevantes, como Estados Unidos.

“Obviamente que Chile tiene hoy una escala que hace que necesites que las empresas se internacionalicen. Tenemos el caso del retail y una empresa aérea que han avanzado a la regionalización y, obviamente, la industria financiera tiene que tener cierto tamaño y esa búsqueda está en otros países. Es un punto que tenemos que ver”, reconoce.

Mientras avanza la regulación sobre los grupos en Chile, BCI tiene un mes más para zanjar las dificultades y apostar a que las explicaciones dadas por las autoridades surtan efecto.

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