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JP Morgan apuesta a sobreponderar las acciones de Chile y México en 2016 El gigante de Wall Street dice que la región camina sobre campo minado

JP Morgan apuesta a sobreponderar las acciones de Chile y México en 2016

En un informe extenso, el banco de inversión analiza las posibilidades de la renta variable en la región para el próximo año. Su escenario base es que el índice Latam MSCI subirá 6% en dólares.


JP Morgan acaba de publicar dónde pondrá sus fichas para el 2016 en América Latina. En un informe de 108 páginas sobre renta variable se matricula con México y Chile; respecto a Brasil y Colombia, se mantiene neutral; y a Perú lo deja a la cola.

Su apuesta favorable a México se debe a que el Producto Geográfico Bruto (PGB) tiene potencial de crecimiento y a que mantiene una demanda doméstica robusta debido al consumo fuerte. De hecho, resalta a este sector porque las cifras de empleo son positivas y la dinámica de inflación también lo es. JP Morgan espera que la moneda azteca sea resiliente ante el fortalecimiento del dólar norteamericano.

También se inclina favorablemente respecto a Chile, básicamente porque cree que el ruido político tenderá a aminorarse en un contexto de valoraciones atractivas y una relación precio/utilidad de las acciones estimada más apegada a la realidad.

Su mirada es escéptica frente a Brasil debido a que considera que los fundamentales continúan débiles. Menciona que los costos de las acciones están altos, hay menos crecimiento de las ganancias y baja visibilidad política. Todo ello en medio del hecho de que la caída del precio de las acciones en moneda local es limitada. Por eso, el banco recomienda sobreponderar las compañías que están en buena posición frente al dólar y de cara a una inflación que continuará alta el próximo año.

A Colombia también le tiene poca fe, porque señala que las expectativas han ido demasiado lejos en mitad de un ambiente volátil producto de los precios del petróleo.

Y donde definitivamente no hay luz alguna es con Perú, en que los precios bajos de los commodities hacen que el crecimiento siga desacelerándose.

El impacto del mundo en la región

El ambiente global es un campo minado para las acciones latinoamericanas, dice JP Morgan. Las acciones latinoamericanas estarán presionadas por un crecimiento de la economía que se acelera, pero que estará por debajo de la tendencia global, por la política de normalización de tasas de la FED y la corrección del endeudamiento de las economías emergentes.

El radio de acción de los países latinoamericanos estará limitado, debido a los déficits que presenta. Esto hace que el riesgo de depreciación de las monedas continúe y que la posibilidad de recurrir a la política fiscal contracíclica a través del gasto público sea bastante reducida, por lo tanto, el crecimiento será decepcionante.

Entre los países que cataloga como resilientes se encuentran México y Chile. Los argumentos a favor del primero estriban en que su inflación es relativamente insignificante y tiene una política fiscal proactiva. En tanto que a nuestro país lo destaca porque, si bien tendrá que ajustar la política monetaria, no encara desafíos fiscales de importancia.

No es novedad que Brasil sea considerado riesgoso, merced a la recesión por la que pasa su economía, el deterioro fiscal y la alta inflación. Y dentro de esta clasificación incorpora a Colombia, ya que en el mediano plazo tendrá que encarar un rebalanceo de sus cuentas fiscales y una inflación alta en 2016; y también a Perú, por su inflación y la política de intervención del tipo de cambio.

Los tres escenarios

Con todos estos antecedentes, JP Morgan se coloca en tres escenarios. Uno al que llama “de base”, donde prevé retornos de alrededor de 6% en dólares para 2016, o sea, Latam MSCI bordeando los 2.130 puntos. En tanto que, si se diera un escenario optimista (bull), estima que este índice podría arribar a los 2.800 puntos con un alza de 35% en 2016, pero también considera un escenario de baja (bear), donde el MSCI Latam descendería a 1.410 puntos, lo que implicaría una reducción de 30%. O sea, la dispersión no es menor.

Los supuestos que avalarían un escenario optimista estarían dados por la mantención de la liquidez global, principalmente en Europa y Japón; una aceleración del crecimiento mundial, lo que favorecería a las economías exportadoras y los commodities; y una rotación a gran escala de ahorro doméstico en Latinoamérica hacia renta variable que posibilitara una expansión.

Pero, además de esto, Brasil tendría que lograr un nuevo equilibrio fiscal que permitiera una ola de reformas y crecimiento económico. Chile, por su parte, tendría que conservar tasas de interés reales bajas y las cifras macroeconómicas positivas. Y en el caso de Colombia, que los precios del petróleo se incrementaran para que el país resurgiera. Todo ello, sumado a que la elección presidencial en Perú se mostrará pro mercado.

En tanto que las tendencias que inclinarían la balanza hacia un escenario negativo estarían dadas por una crisis crediticia global que subiera sustancialmente el premio por riesgo de las acciones y los costos de financiamiento; y por una desaceleración del crecimiento de la economía china que llevara a volver a revisar a la baja los precios de los commodities. Por si esto no fuera poco, JP Morgan se pone en el caso de que el débil liderazgo político de Brasil tornara impracticable el ajuste fiscal, subiera la inflación y el riesgo del crédito. Y, asimismo, que México decepcionara a los que apostaron por su crecimiento y la agenda social del Gobierno de Chile prevaleciera sobre el foco de la competitividad.

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