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BBC News Mundo

Más polémica por espionaje en Argentina

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires despidió al jefe de la Policía Metropolitana por obtener datos sobre políticos.


Un escándalo de espionaje que envuelve al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires volvió a sacudir el tablero político este martes y llevó al despido del jefe de la Policía Metropolitana y al arresto de su antecesor en el cargo.

De esta forma, la nueva fuerza porteña, que debería entrar en funciones la semana próxima, enfrentó por segunda vez la pérdida de su líder, como consecuencia de una investigación que reveló una compleja red de espionaje.

El despido de Osvaldo Chamorro fue anunciado este martes por el gobierno de la Ciudad luego de que fuera acusado de hurgar en la situación patrimonial de miembros del gabinete porteño y de legisladores de la oposición, entre otros.

El juez federal Norberto Oyarbide, a cargo de la investigación, afirmó que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su marido, el ex mandatario Néstor Kirchner, también pudieron haber sido espiados, ya que se halló información personal sobre ambos.

Trama compleja

También este martes, el antecesor de Chamorro en el cargo y primer jefe de la Policía Metropolitana, Jorge Palacios, fue detenido luego de presentarse con su abogado en el despacho del juez Oyarbide. Su captura había sido solicitada horas antes por el fiscal Alberto Nisman.

Oyarbide inició esta investigación sobre espionaje luego de que una advertencia anónima a uno de los presuntos espiados llevara al arresto y procesamiento de Ciro James, un ex policía federal que trabajaba para el gobierno porteño y llevaba a cabo escuchas ilegales.

La evidencia recolectada por Oyarbide mostró una conexión entre el espía James y Palacios, quien renunció a su cargo poco antes de que otro juez lo acusara de haber obstaculizado la investigación por el ataque contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en 1994.

Quien dio pie a la investigación de Oyarbide fue un dirigente que representa a las víctimas de atentado, Sergio Burstein, quien recibió un llamado anónimo advirtiéndole que estaba siendo espiado.

La pesquisa del magistrado también reveló un alto número de llamados entre James y Chamorro, quien fue nombrado como sucesor de Palacios. Eso llevó a que se incautaran las computadoras del nuevo jefe policial.

Fuerza en crisis

El ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, relativizó durante una conferencia de prensa este martes la responsabilidad de Chamorro en la polémica sobre las escuchas.

“Lo que hizo no fue espionaje. Cualquiera puede pedir un informe patrimonial de una persona, pero creemos que no fue ético, en el marco de la situación que estamos viviendo”, señaló.

El funcionario informó que tomará el mando de la Policía Metropolitana de forma interina hasta que asuma en diciembre su nuevo líder, el diputado Eugenio Burzaco.

Para Darío Kosovsky del Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia (Ilsed) la elección de un civil como nuevo jefe de la fuerza es un avance para poner fin al “autogobierno policial”, que lleva a que se cometan prácticas irregulares.

Sin embargo el experto en seguridad dijo a BBC Mundo que la conformación de la nueva policía –integrada en su mayoría por ex agentes federales- hacía difícil que ésta se someta realmente al poder político.

Según el ministro Montenegro, a pesar de las controversias, los 800 efectivos que componen la policía de la Ciudad tomarán las calles antes de fin de año.

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