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¿Qué pasó con el milagro económico de Perú?

¿Qué pasó con el milagro económico de Perú?

En medio de la crisis mundial y de las complicadas elecciones que se llevarán a cabo este domingo, el país sudamericano busca alternativas a su agonizante «milagro económico». Pero los candidatos no las están ofreciendo.


Los principales candidatos presidenciales en Perú no han presentado propuestas para mejorar el modelo económico.

Los principales candidatos presidenciales en Perú no han presentado propuestas para mejorar el modelo económico.

El «milagro económico» del Perú no ha sobrevivido aún la prueba de fuego de todo país latinoamericano: extender el crecimiento más allá de un ciclo de precios favorable para sus productos primarios.

A pesar de ello, los principales candidatos para las elecciones de abril no impulsan una plataforma diferente a las ideas maestras de la política económica de los últimos años.

Los dos mejores posicionados para disputar la presidencia en lo que todos consideran una inevitable segunda vuelta -la candidata de centroderecha Keiko Fujimori y el ex ministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski- no tocan en lo sustancial este modelo.

Y es que medido con la vara del Producto Interno Bruto (PIB) las cosas no parecen ir tan mal.

Si bien lejos del 6 o 7% de hace unos años, la economía se expandió en torno al 2,7% el año pasado con mejores perspectivas para este.

Visto desde una economía regional que, según la CEPAL, solo crecerá un 0,7% de promedio, el panorama no es tan negativo.

Pero, según el economista peruano Oscar Ugarteche, académico peruano radicado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tampoco es promisorio.

«El milagro peruano era una reivindicación del camino ortodoxo en contraposición al camino elegido por Argentina, Brasil, Ecuador y Bolivia. El rasgo principal de esta diferenciación era la apertura sin restricciones a la inversión extranjera. Esta ha tenido un impacto negativo a nivel medioambiental y social. A nivel económico ha reforzado la primarización de un crecimiento basado en los precios de los minerales», indicó a BBC Mundo.

¿Mito, realidad?

Es fácil encuadrar la economía peruana en el debate sobre el vaso medio lleno o medio vacío.

El crecimiento de la economía peruana ha dependido de actividades extractivas como la minería (Foto de archivo).

El crecimiento de la economía peruana ha dependido de actividades extractivas como la minería (Foto de archivo).

En el interanual económico de enero (comparación con Enero 2015) Perú creció 3,4% gracias a un impulso del sector minero e hidrocarburos (7,8%).

A este impulso se suma el consumo interno de la mano del crédito que sigue llenando demandas insatisfechas de larga data, pero dos sectores importantes para la sostenibilidad del proyecto están en un cuadro francamente recesivo: la construcción (-2,67%) y manufactura (-3,94%).

«Estos dos sectores dan una idea de los problemas que afectan a este modelo. Se había dicho que Perú había superado su dependencia de la producción primaria, que la marcha de la economía ya no estaba atada a la de los precios internacionales. La realidad ha demostrado lo contrario», señala Ugarteche, quien se ha caracterizado por una posición crítica frente a las políticas económicas de libre mercado.

Si con el viejo y emparchado modelo de sustitución de importaciones, la dependencia del sector primario se había reducido a un poco más del 60%, hoy las exportaciones de minerales e hidrocarburos representan en torno al 74% del total.

En medio de este panorama sorprende que estos temas clave no figuren en el debate electoral como señala en «Semana Económica» Ricardo Labó.

«La limitada discusión pública sobre minería durante esta campaña se ha centrado más bien en si un determinado proyecto ‘va o no va’, como si fuera así de simple la determinación de continuidad de un proyecto o de todo un sector, y no sobre cómo lograr una visión y acuerdos de largo plazo», escribe Labó.

Veronika Mendoza, la candidata del Frente Amplio -izquierda-, ha sido la que más lejos ha ido en formular una propuesta al plantear la necesidad de «renegociar los contratos con las empresas petroleras y gasíferas» y «revisar las concesiones mineras».

Los riesgos de la primarización

Entre 2011 y 2014 el precio del cobre, que representaba la mitad de las exportaciones peruanas, bajó de US$141 a US$116.

El PIB peruano reflejó esta caída: de más del 6% descendió a poco más de dos puntos en los primeros meses de 2014.

La construcción en Perú ha entrado en recesión.

La construcción en Perú ha entrado en recesión.

Alarmado el gobierno lanzó un programa de reactivación, pero las optimistas proyecciones de crecimiento en torno al 5% para 2015 no se concretaron.

En sus diversas evaluaciones del año pasado la CEPAL disminuyó estas perspectivas hasta situarlas en octubre en un 2,7%.

Otro problema de la primarización económica, según sus críticos, es que al focalizarse en la minería impide el crecimiento de otros sectores más centrados en el consumo interno y menos dependientes de los vavienes de la demanda mundial.

«Esto hace que la acumulación de capital se centre en la minería y no en el sector transformador que permite producción con valor agregado. Tenemos minería y economía de servicios, pero no tenemos en el medio un sector secundario modernizante industrial», señala Ugarteche.

Perú se encuentra en el cuarto lugar de los productores mundiales de cobre, pero en el decimoctavo en términos de su capacidad de refinación, es decir, de manufacturar productos con valor agregado.

Crecimiento interno y pobreza

A pesar de estas limitaciones de una economía primarizada, esta última década dorada de crecimiento fue acompañada de una política social más activa que hizo descender los niveles de pobreza.

Cerca de 800.000 personas han dejado de ser pobres en Perú desde el 2011.

Cerca de 800.000 personas han dejado de ser pobres en Perú desde el 2011.

Pero también acá los avances parecieron espejear la marcha del precio internacional del cobre.

Entre 2011 y 2012 con precios altos la pobreza descendió del 27,8% al 25,8% con lo que 509,000 personas dejaron de ser pobres.

Con el precio a la baja, esta reducción se redujo casi a la mitad entre 2013 y 2014: un 1,2% o 289 mil personas.

La reducción de la pobreza no solo es socialmente encomiable sino que tiene un efecto dinamizador a nivel económico al incorporar a nuevos sectores a niveles más altos de consumo.

Pero mucho depende de la estructura productiva de un país.

La dependencia de la minería impide el crecimiento de sectores más cercanos al consumo interno.

La dependencia de la minería impide el crecimiento de sectores más cercanos al consumo interno.

Si todo este consumo es cubierto con importaciones se puede incrementar el déficit comercial de un país y sus necesidades financieras.

En Perú el déficit comercial ha aumentado en los últimos años.

Según Carlos Ganoza, coautor de «El Perú está calato» (desnudo), un libro crítico del «milagro peruano» que estuvo entre los best sellers del año pasado, a la economía le falta un motor.

«Pensábamos que el boom era un camino inexorable para el progreso cuando en realidad dependió de condiciones externas favorables que ya no existen. No hemos desarrollado motores de combustible interno que nos den esta capacidad para crecer sostenidmente», indicó a BBC Mundo.

Instituciones calatas

El libro de Carlos Ganoza y Andrea Stiglich pone un fuerte acento no solo en lo económico sino en lo institucional que juega un papel muy relevante al identificar las seis trampas que, según los autores de «El Perú está calato», hay que superar para lograr un crecimiento genuino:

* La trampa del «milagro peruano»

* La de la baja productividad.

* La informalidad laboral (75% de la población económicamente activa)

* La debilidad de los partidos políticos

* La incapacidad del Estado para enfrentar el crimen organizado.

* La debilidad de los poderes del Estado como el poder legislativo y el judicial.

Perú ha avanzado en algunos aspectos al establecer reglas que le quitaron discrecionalidad a los políticos en el uso de los recursos fiscales y aumentaron la transparencia y racionalidad del gasto estatal.

«Está claro que la política afecta la economía. No hay crecimiento de la economía sin aumentos en la productividad, pero esta no existe sin reformas que no sucederán sin instituciones que nos lleven a un buen gobierno», señaló a BBC Mundo Ganoza.

Por el momento de todo esto en la campaña apenas se habla.

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