Así lo aclara el bioquímico experto en biología molecular Rafael Vicuña, quien entrevistado por El Mostrador TV abordó las aprensiones que despertó la decisión del Senado de aprobar la modificación del Convenio Internacional para la protección de obtención de vegetales (UPOV).
Cuando hace unas semanas el Senado aprobó la modificación del Convenio Internacional para la protección de obtención de vegetales (UPOV), los detractores de esta medida levantaron sus voces en protesta. Sin embargo para Rafael Vicuña, bioquímico y experto en biología molecular, lo que existe es una falta de conocimiento e información al respecto.
“Llevamos16 años cultivando y consumiendo transgénicos y nunca se ha habido ningún problema de salud ni nada”, dijo en una entrevista con El Mostrador TV.
Los transgénicos u organismos genéticamente modificados, son una serie de plantas o animales que han sido manipulados en laboratorios y, en este caso en particular, la ratificación de este protocolo guarda relación con la Protección intelectual de innovación área vegetal.
Vicuña, miembro de la Academia de Ciencias de Chile y del Vaticano, aclara que con esto todos los países y agricultores que están cultivando determinadas plantas lo van a poder seguir haciendo. “Lo que pasa es que si aparece una nueva variedad que no se haya cultivado nunca, donde haya una innovación, que sea estable, homogénea, distinta (…) no se va a tocar lo que ya está”.
Indica además que esto se refiere a cualquier medio por el que se obtenga una nueva variedad. “Por cruzas genéticas naturales, por injertos, por mutaciones o por ingeniería genética. Me parece que por desconocimiento la gente lo ha asociado con los transgénicos, pero esa es sólo una variante”.
Convencido de que no hay que quedarse atrás en la historia y que hay que subirse al barco del progreso, es que el científico apoya abiertamente su uso, considerándolos “una de las herramientas que hay para producir nuevas cualidades de plantas de manera bastante efectiva y hasta el momento, demostrada inocua”.
Por lo demás, le parece que en relación al tema, se está en el peor de los escenarios en nuestro país ya que “se pueden plantar transgénicos para exportar la semilla, se pueden importar, pero no se pueden cultivar en Chile para consumir. Es una paradoja muy grande”, por eso insiste en la necesidad de que la gente esté bien informada para poder elegir.
Se reconoce como un respetuoso de los diferentes puntos de vista y un convencido de que “a la larga van a convivir la agricultura tradicional, la de los transgénicos-que no son la panacea- y la orgánica. Creo que van a subsistir los tres”.
