Publicidad

Por qué Camiroaga es mejor que Don Francisco

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
Ver Más

Donde no hay un error es en decir que las cientos de personas que llenaron 17 libros de condolencias en los estudios de TVN son la mejor explicación de la necesidad que hay para algunos dentro del oficialismo por controlar más de cerca los contenidos de la estación.


El viernes a las 19:00 la noticia explotó en los diarios. Un equipo de TVN encabezado por su “rostro ancla” se había estrellado. “Camiroaga y Bruce perdidos en avioneta” decía La Cuarta, el diario donde el animador tenía buenos amigos.

Otra vez desde el archipiélago a 670  kilómetros de San Antonio venía una historia de dimensiones épicas.

Lejos de la Polinesia

Antes,  la noche del terremoto, un oficial de la Armada tardó algunos minutos en creer el reporte de los isleños. Por radio aseguraban que el mar  había arrasado la población de Bahía Cumberland, en la isla Robinson Crusoe

Los datos venían desde un negligente  servicio oceanográfico, el Shoa. Pero también  desde  el descrédito o la displicencia  continental hacia  una isla de geografía escarpada, lejos de la Polinesia, en la que viven 598 personas con una infraestructura muy precaria.

Donde un filántropo como Felipe Cubillos llegó antes que el Estado a reconstruir la escuela  y donde Movistar es el único proveedor de teléfonos.  Sólo la contingencia obligó a la Subtel a  pedirle a esta compañía que compartiera su red con Entel, desde el sábado pasado.

Los zapatos y la puerta

A las 17.48 La Fach recibió la alerta Detresfa, un término  genérico del léxico aeronaval, que se usa cuando “existen motivos justificados para creer que un buque o aeronave y sus ocupantes, están amenazados por un peligro grave e inmi­nente y necesitan auxilio inmediato”, según un manual de protocolo aéreo.

Leopoldo González alcalde de la isla prefirió un lenguaje menos aséptico: “me informan que se han encontrado restos de zapatos y la puerta del avión” dijo a UCV Televisión poco después de que la información llegara a Defensa, a las 18:00 horas del viernes.

El Sabados Gigantes de la transición

[cita/]Fue Camiroaga quién usó su rating para  dejar a la gente hablando de Barrancones, después de  pedirle  en vivo a   Hinzpeter que el gobierno no aprobara la central en Punta Choros. Semanas atrás grabó un mensaje de apoyo a los estudiantes en el que decía “la educación no es un negocio para nadie”.[/cita]

Camiroaga era como Don Francisco. Al menos iba  por un camino muy parecido.  En agosto del año pasado, a los 43 años rechazó el contrato para hacer un matinal que le ofreció Univisión, la misma cadena donde trabaja el creador de “Sábados Gigantes”.

A diferencia de Kreutzberger el conductor de “Buenos Días a Todos”, explicitó su simpatía hacia la Concertación y se involucró en causas incómodas para una celebridad de su tamaño en Chile.

Fue Camiroaga quién usó su rating para  dejar a la gente hablando de Barrancones, después de  pedirle  en vivo a Hinzpeter que el gobierno no aprobara la central en Punta Choros. Semanas atrás grabó un mensaje de apoyo a los estudiantes en el que decía “la educación no es un negocio para nadie”.

Buenos Días a Todos fue el Sábados Gigantes de la transición. Por su impacto comparable al del espacio en los ’80, Camiroaga era un Don Francisco “ideologizado” y Roberto Bruce era el mejor  “Yeruba”. Pepe Pizarro, pero mucho más completo. Bruce siempre se tomó el periodismo en serio. Tanto que al optar por su práctica en “el matinal de Chile”, escuchó con humildad  los comentarios de la caterva de poseros que arrugaba la nariz con la televisión abierta y llegó a creer  que se podía “desperfilar”.

Por suerte no siguió otro consejo  que el de su propia convicción. Hizo el Servicio Militar en el Batallón Germania y según contaba los militares le “imploraban” que se quedara. Era perfecto para un folleto de admisión del Ejército.

Pero lo suyo era comunicar. Hacerlo sin miedo al ridículo. Con la certeza de que el notero divertido, ese personaje por  el que recibió el troleo de las redes sociales  cuando  se quedó al mando del programa, era una faceta más en la formación de un periodista, sin apellidos.

Por el perfil no tenía que preocuparse. Juan Carlos Díaz, editor del programa le había dicho “tu vas a tener el perfil que yo te dé para el resto de tu carrera”.

Ese equipo ha sabido  potenciar el talento de las personas. Detrás del personaje que tiene a Ricarte Soto en el listado de Stefan Kramer, está buena parte del trabajo que hizo la productora Silvia Slier, para moldearlo  con éxito.

A las 20:30 del viernes, la corbata negra de Andrés Allamand, a quién la tragedia toca de cerca a través de su cuñado Felipe Cubillos,  y su declaración de que se trataba de un “escenario adverso” fue una señal clara de lo que venía.

Sin restos, no hay muerto

A esa hora, yo creía en  una conspiración. El Gobierno tenía listo el rescate que le ayudaría a  despegar del 26% de popularidad. Bruce y Camiroaga iban a recibir con micrófonos a Piñera desde una balsa o desde los restos del fuselaje en tierra.

Ciertamente, la esperanza puede ser irracional y ridícula. Pero es un derecho humano.

Aunque la evidencia apunte a otra parte, mientras no hayan restos, nadie le puede negar a la madre de un desaparecido que piense en  su hijo viviendo con otro nombre  en Mozambique, en vez de  maniatado y lanzado al mar.

Pero es razonable que no todos lo entiendan así. Las Últimas Noticias el tabloide farandulero de los Edwards,  hizo gala de mal gusto titulando “El último Vuelo del Halcón”,  en la primera edición del sábado. Tapa que se cambió rápidamente. La respuesta del público fue violenta. La gente trajo de vuelta el “Exterminados como Ratones”, la noticia falsa con que La Segunda tituló el 24 de julio de 1975, y que involucra al vespertino en la Operación Colombo.

Al día siguiente LUN se disculpó diciendo que fue un “lamentable mal entendido” producto de “errores en nuestras decisiones”.

Es habitual que las tragedias hagan detenerse y mirar a lo esencial. La televisión demostró al enfrentar el accidente,  que no todo el tiempo es la hoguera que se lo devora todo y si en cambio, un grupo de viejos conocidos. También  que las tragedias se pueden cubrir con respeto hacia los familiares y la información bien  chequeda. No ha ocurrido lo mismo, por ejemplo, en la cobertura del incendio en la cárcel de San Miguel.

Donde no hay un error es en decir que las cientos de personas que llenaron 17 libros de condolencias en los  estudios de TVN son la mejor explicación de la necesidad que hay para algunos dentro del oficialismo por controlar más de cerca los contenidos de la estación. Y por otro lado la necesidad que hay para otros, de cuidar la autonomía que inspira  a la estación pública. Entre estos está el Director Ejecutivo, Mauro Valdés. Quién como todo su equipo espera salir fortalecido de esta tragedia.

Lo aún más triste sería confirmar la negligencia a la que apunta la nota publicada por el diario español Público donde se identifican como causas posibles del accidente, un avión sobrecargado y la falta de combustible. No existen los países que tengan gente buena para desperdiciar.

Publicidad

Tendencias