Niñez
Un elemento fundamental para la educación de los hijos es poner límites para las actitudes que no benefician a nadie. Aunque ellos también son capaces de hacerlo.
En esta época de vacaciones, los niños tienen mayores libertades para hacer lo que más les gusta, como jugar videojuegos o pasar el tiempo junto a sus amigos. Sin embargo, esto nunca debe significar que tengan más libertad para desobedecer a sus padres y hacer literalmente lo que se les plazca.
Según señalan los especialistas, uno de los elementos más importantes a la hora de criar a los hijos, es hacerles entender que ellos también tienen la capacidad de poner límites a las conductas que no benefician al prójimo ni a ellos mismos.
Alejandra Goñi Ossa, psicóloga chilena, indica que lograr esto puede ser algo muy difícil para los padres, ya que por lo general ellos son los que están acostumbrados a poner los límites a sus hijos, pero también es relevante que logren que sus hijos se autocontrolen.
“Hay que comprender que enseñar a nuestros hijos a ponerse límites es un gran logro como padres. No obstante, también hay que tener el conocimiento de que si lo hacemos, nuestros hijos estarán capacitados también para ponernos límites a nosotros, lo que a fin de cuentas no es algo malo, ya que traerá un beneficio para todos”, comenta Goñi.
Según la psicóloga, existen diferentes áreas de la vida cotidiana en donde los límites deben estar bien claros. Una de ellas es la que tiene que ver con las interacciones sociales, siendo una de las más importantes ya que definirá cómo se relacionará el niño o niña con el mundo exterior en el futuro.
En este sentido, los pequeños deben aprender a reconocer cuáles actitudes y gestos son los adecuados para comunicarse con los demás y cuáles no lo son. Para ello, los padres deben procurar que sus hijos desarrollen empatía y respeto por los demás.
Por otra parte, hay varios ámbitos en donde padres e hijos pueden trabajar para ir desarrollando límites en conjunto, desde cosas básicas como cuánto alimento deben consumir, hasta elementos más complejos como respetarse a uno mismo dependiendo de los gustos e intereses personales.
“¿Por dónde deben comenzar los padres poniendo límites? Lo cierto es que no hay un método exacto para definir eso. Lo que sí se sabe es que, para que los mismos niños logren ponerse límites, deben ser valorados y tomados en cuenta por sus padres, ya que solo así se darán cuenta de que son capaces de tomar sus propias decisiones”, señala Alejandra Goñi.
Sin embargo, el elemento vital en toda relación padres-hijos, no solo pensando en el tema de los límites, es el diálogo.
Únicamente a través de una buena comunicación que se repita día a día, es que los padres y los hijos tendrán la capacidad de entenderse mutuamente y saber qué es bueno o malo para ambos.
Respecto al tema de los límites, a través de un buen diálogo los padres pueden transmitir a los hijos cuáles son los mínimos existentes que tienen que ver con temas muy relevantes, como por ejemplo, la moral y las buenas costumbres.
Pero por otro lado, en esta conversación también debe haber un espacio para que los niños establezcan qué es lo que sienten y qué les molesta. Teniendo el punto de vista de los padres e hijos, será posible establecer los límites de los más pequeños.
“A pesar de que el diálogo es muy importante, los padres también deben ser capaces de dar el ejemplo a sus hijos poniéndose límites. Por ejemplo, si un niño ve que su padre no es capaz de mantener una conversación calmada con su madre, o bien, que su madre reacciona de mala manera, dependiendo de la edad del hijo, este podría tender a imitar cualquier mala conducta. Por lo tanto, para que un niño tenga claro sus límites, los padres también deben tener claro los suyos”, explica Alejandra Goñi.
