Historias de Vida
Su primer trabajo fue vender quesos y a los 17 años ingresó como junior al Banco Edwards. Una playa de estacionamientos en el centro de Santiago en los ’60 marcó su ingreso al mundo de los negocios, logrando años más tarde conformar un verdadero imperio que sigue abriéndose paso en distintos países de la región.
Hace cuatro años, a Alfonso Swett Saavedra (73) le preguntaron qué se necesitaba para que el emprendimiento se desarrollara en Chile. Y su breve respuesta lo reflejó de cuerpo entero: “Más personas que de verdad quieran hacerlo”.
Para él la voluntad y perseverancia, y sobre todo las ganas, han sido las claves de su propia historia: la de un adolescente que se dedicaba a vender quesos, que a los 17 años entró a trabajar como junior en el Banco Edwards y que cuando llegó a Santiago arrendó un terreno que transformó en una de las primeras playas de estacionamiento de la capital.
“Yo empecé solo, porque tenía muchas ganas de ser empresario, y además consideraba que era lo que siempre me había gustado y llamado la atención. El emprender, tener libertad, mayor independencia, es lo que me atrajo con fuerza. Quería contar con mis negocios propios”, comentó en una entrevista.
Y remarcó: “Esto se hace con mucha voluntad, con bastante pasión, y ese camino cuando se decide seguirlo, se va incrementando cada vez más, hasta que se logra el éxito más adelante. Sólo hay que saber aguantarse en el transcurso, pues se debe tener harto coraje y una coraza dura en los momentos complicados”.
Si bien su trayectoria empresarial se remonta a mediados de la década de 1960, su irrupción en retail se produjo en 1980, cuando se hizo cargo de la marca Hush Puppies en Chile. Cuatro años más tarde fundó la firma de inversiones Costanera, y en 1993 encabezó la internacionalización de la empresa Forus S.A., que por estos días maneja otras marcas de renombre como CAT y Azaleia. La firma logró abrirse paso en mercados de países como Perú Colombia y Uruguay, en un proceso de consolidación donde ha sido clave la llegada a mediados de año de su nuevo CEO, Hugo Ovando, el ex hombre fuerte de Patricio Jottar en CCU.
Swett es actualmente presidente de Costanera –de la cual Forus es filial-, la que a su vez maneja otras empresas del sector agrícola, inmobiliario y de retail, donde sus hijos Sebastián y Alfonso han asumido roles clave. También es miembro honorario del Consejo General de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa).
Su gusto por los negocios solo puede compararse con su pasión por el fútbol. Swett, de hecho, mantiene un estrecho vínculo con el Club Deportivo Universidad Católica, del que fue director entre 1982 y 1993.
También tiene una postura clara sobre los escándalos que han sacudido el mundo del deporte y de las empresas. «El deber del dirigente y del director es estar informado y no que lo informen», dijo cuando estallaron crisis como las que desencadenaron la poco honrosa salida de Sergio Jadue de la presidencia de la ANFP, o la que dejó al descubierto la denominada “colusión del Confort”.
En su más reciente carta a los accionistas de Costanera firmada en abril de este año y que forma parte de la memoria anual 2015 de la empresa, Swett advertía que el país vive “un entorno de incertidumbre y baja confianza de los consumidores” y de complejas “variables macroeconómicas”.
Pero, fiel a su estilo, no perdió el optimismo. “A pesar de esto, tenemos muchas buenas e innovadoras ideas que se han plasmado en estrategias, planes de acción y recursos tanto financieros como humanos para poder seguir en el camino de éxito que hemos construido”.
