Las personas altamente sensibles (PAS) tienen un sistema nervioso “más sensible”, lo que provoca que perciban, sientan y respondan de manera más “intensa” a ciertos estímulos. Además, sufren dificultades de adaptación, tolerancia a la frustración y orientación, pero también poseen un asombroso potencial para la creatividad, la empatía y la reflexión.
En los últimos tiempos la palabra “emoción” se ha incorporado a nuestro vocabulario de manera más frecuente, siendo un proceso afectivo que repercute tanto a nivel cognitivo, fisiológico como a nivel conductual, manifestándose de manera diferente en cada uno.
Es así como nace el concepto de las personas altamente sensibles (PAS), las cuales se caracterizan por tener una capacidad más profunda para percibir estos determinados estímulos.
Al respecto, la psicóloga y docente de la Universidad del Alba, Sharon Retamal Meléndez, explica que “las PAS son personas cuyo sistema nervioso o neurosensorial es más “sensible” que el de la mayoría de las personas. Sin embargo, es importante aclarar que esto no se considera un trastorno, patología o enfermedad mental, sino más bien es un rasgo de la personalidad”.
El término PAS se hizo conocido en la década de los 90 gracias a la doctora Elaine N. Aron. Esto generó una serie de investigaciones en el área de la ciencia y la psicología, dando como resultado que se descubriera que alrededor del 20% de la población tiene esta característica, sin distinción de género.
“Este rasgo hace referencia a que la persona sea más susceptible frente a los estímulos con gran carga emotiva o que genere mucho estrés, incluso aquellos acontecimientos cotidianos del diario vivir los afectaría tres veces más que a otras personas”, explica la docente.
Debido a esa forma diferente de percibir, procesar, reaccionar y sentir, las PAS suelen ser muy inseguras y susceptibles, pero eso no quiere decir que padezcan un trastorno o patología.
“Se relaciona con constructos de personalidad, aunque también está unido de forma muy estrecha con otras concepciones neurológicas, respecto al procesamiento de la información, el umbral de percepción, entre otros”, detalla la especialista.
A grandes rasgos, las personas altamente sensibles se caracterizan por:
Las personas que puedan sentirse identificadas con más de alguna característica deben, según recomendaciones de la docente, intentar trabajar en la comprensión y aceptación de este rasgo, dado que entender que la indiferencia de las otras personas, permitiría niveles más bajos de estrés, culpa y ansiedad.
Por otra parte, Retamal hace un llamado a “valorar las propias virtudes que implican estas características, ya que es fundamental para propiciar una sana aceptación”.