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No dormir por 24 horas: el impacto que podría generar en la salud mental y física Salud

No dormir por 24 horas: el impacto que podría generar en la salud mental y física

Daniela Adonis
Por : Daniela Adonis Estudiante de Periodismo, Universidad Santo Tomás
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Dormir poco o tener problemas para conciliar el sueño pueden ser más que una molestia momentánea. Es por ello que resulta fundamental descansar las horas recomendadas para tener una mejor salud mental y física.


Según un estudio publicado en la Revista Internacional de Medicina Ocupacional y Salud Ambiental, el dormir poco o estar despierto durante 24 horas puede traer consecuencias relacionadas al deterioro cognitivo, muy similar a lo que podría suceder con una persona con un 0.1% de alcohol en la sangre.

El sueño es parte fundamental e importante para nuestra salud física y mental, desencadenando procesos vitales que radican en la regulación metabólica; consolidación de la memoria; eliminación de desechos tóxicos; activación del sistema inmunológico y regulación emocional.

La neuróloga de Somno , Alexandra Sevilla, explica que la falta de sueño activa el sistema de alerta en el cuerpo y “lo interpreta como que ‘algo malo está sucediendo’. De esta manera, se activa el sistema nervioso simpático liberando hormonas de estrés, entre ellas el cortisol. Incluso, diversos estudios han demostrado que podemos tardar hasta 10 veces más en responder a los estímulos y en ser capaces de solucionar un problema”.

Con esto, es evidente que las repercusiones van más allá del simple cansancio. También afecta a nivel cognitivo, disminuyendo el rendimiento, aumentando errores y siendo un factor que pone en riesgo la salud de las personas. Por otro lado, a nivel emocional, también se puede observar que la irritabilidad se puede hacer presente al igual que la ansiedad o depresión. Es por ello que, si este tipo de conductas se vuelven repetitivas, a largo plazo, la privación del sueño crónica puede desencadenar problemas emocionales e incluso puede generar que estos aumenten.

Existen estudios que acreditan que el cerebro requiere del descanso nocturno para procesar las emociones de una manera saludable. Uno de esos es el de William Dement en el año 1960, en donde se demostró por medio de experimentación que a quienes les faltaba sueño, aumentaba la ansiedad y la irritabilidad, pero, al volver a descansar y recuperarse, los síntomas desaparecían. Este tipo de estudios demuestra que el sueño es sumamente relevante para la estabilidad emocional y consolidar de mejor manera la memoria.

El psicólogo y docente de la Universidad del Alba Néstor González comenta que “la privación de sueño durante un período de 24 horas puede tener graves consecuencias para nuestra salud mental. Dormir poco altera la regulación emocional y reduce la habilidad para afrontar el estrés de forma adecuada. Las personas que duermen mal suelen tener reacciones emocionales desproporcionadas y les cuesta tranquilizarse en situaciones de tensión”.

Así como la salud mental es un factor sumamente relevante, el estar físicamente bien también es importante, por lo que la mala calidad de sueño se relaciona directamente con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares como hipertensión; infartos o accidentes cerebrovasculares (ACV). Al igual, pueden existir problemas metabólicos como la diabetes y la obesidad, sin dejar de considerar que el síndrome de apnea del sueño también puede manifestarse.

Los expertos de Clínica Somno recomiendan dormir entre 7 y 8 horas para un sueño de calidad y sugieren buscar ayuda especializada si el insomnio persiste. Néstor González, por su parte, destaca que “a pesar de las exigencias de nuestro acelerado estilo de vida, es crucial recordar que tanto el cerebro como el cuerpo necesitan descansar para mantener una buena salud mental”.

Privarse del descanso podría desencadenar problemas bastante severos en cuanto a la salud emocional y mental como también en salud física. González enfatiza en que “el sueño es un componente esencial para la salud que no debemos descuidar”.

En un mundo donde el vivir se ha vuelto un ir y venir frenético, es crucial recordar que el descanso es una herramienta para nuestro bienestar. El sueño no es solo un período de descanso, es un pilar fundamental para nuestra salud física y mental.

Priorizarlo no es un capricho, es una inversión en nuestra calidad de vida. Así que la próxima vez que te debatas entre una noche sin dormir y un descanso reparador, recuerda: tu cuerpo y mente te lo agradecerán. Es momento de abrazar el sueño como el aliado indispensable para un mejor pasar en nuestra cotidianidad.

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