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Mujeres emprendedoras: acortando las brechas de género BRAGA

Mujeres emprendedoras: acortando las brechas de género

Priscilla Carrasco Pizarro
Por : Priscilla Carrasco Pizarro Directora Nacional, Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género
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Siempre es un desafío para quienes diseñan, elaboran y ejecutamos políticas públicas, entregar herramientas y garantías que promuevan, desde diferentes espacios de incidencia, un crecimiento económico equitativo con perspectiva de género.


Según la VI Encuesta de Microemprendimiento (EME 2019) los emprendimientos femeninos representan el 38,6% del universo micro emprendedor del país. Entre las mujeres a cargo de un negocio, el 57% afirma que su principal motivación está asociada a una necesidad, lo que contrasta notoriamente con los hombres, el 43,7% dijo emprender por una oportunidad de negocio.

Esta cifra revela que, cuando las mujeres deciden emprender tienen reales posibilidades de desarrollar su autonomía física y económica, y en consecuencia, aportar al desarrollo sostenible del país. Esa  decisión se relaciona directamente con suplir una necesidad que les permita un cambio en su calidad de vida y de sus familias. Muchas de ellas son jefas de hogar y únicas sostenedoras. Según el último Censo, de 5,45 millones de hogares, el 40% declara cumplir ese rol, lo que equivale a 2,15 millones de mujeres. 

Para el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género, es prioridad seguir fortalecimiento programas como “Mujer Emprende”, “Mujeres Jefas de Hogar” y “4 a 7”. Esto es un importante avance para derribar las barreras que impiden la plena participación de las mujeres en la economía, ya sea mediante un empleo formal o un emprendimiento. 

Gracias a nuestra oferta programática, acompañamos  aproximadamente a 9 mil mujeres al año a desarrollar su autonomía económica, por ejemplo, a través de

su actividad emprendedora. Mediante “Mujer Emprende”, hemos promovido la asociatividad entre las participantes, como mecanismo para potenciar sus emprendimientos y la visibilidad pública de su aporte a la economía. Se debe considerar que el 81% de quienes asisten a estos talleres son mujeres jefas de hogar, por lo que entregar herramientas y ayuda concreta es un salto cuantitativo para ellas.

Sin duda, los beneficios de la participación de las mujeres en la economía son múltiples. Justamente, la CEPAL plantea que la igualdad de género es una fuerza impulsora del desarrollo sostenible, siendo un requerimiento para garantizar la eficiencia y el crecimiento económico. Desde el SernamEG tenemos la convicción que cuando las mujeres logran mejorar su autonomía recibiendo ingresos, se observan incrementos en la educación de sus hijos e hijas y en el bienestar de su familia, pero, sobre todo, permite avanza en una sociedad igualitaria, rompiendo con la exclusión y la precariedad que siguen afectando  a las mujeres de nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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