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Las cifras de natalidad tuvieron una baja considerable en los últimos años, siendo el año pasado aquel con menor cantidad de nacimientos. Factores como la migración han influido en moderar esta caída. A pesar de ello, expertos alertan sobre los impactos socioeconómicos que se podrían generar.
De acuerdo a datos del Registro Civil el año 2023 fue el que tuvo la menor cantidad de nacimientos registrados en Chile en la última década, mostrando un descenso sostenido de estos.
Mientras que en el 2014 se registraron 251.011 nacimientos, la tendencia fue fuertemente a la baja hasta el 2021, cuando se registraron 177.306. Esta tendencia se revirtió en el 2022 con 189.336 nacimientos debido al efecto pandemia. Sin embargo, volvió a caer fuertemente en el 2023, con solo 173.920, según información publicada en El Mercurio.
Esta caída de natalidad se evidencia de igual manera en la tasa de fecundidad, la cual, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se encuentra en un promedio de 1,3 hijos por mujer, muy por debajo del 2,1, cifra señalada como la ideal para evitar el envejecimiento excesivo de la población.
En cuanto al registro de nacimientos en detalle, en el desglose por región fue la Región Metropolitana donde la variación fue mayor, pasando de 78.175 en 2022 a 70.605 en 2023. Otros lugares que presentaron la disminución fueron Valparaíso, donde se registraron 16.597 partos y Bío Bío con 15.140 en 2023.
En otros lugares como la región de Aysén los nacimientos no llegaron ni a los mil, donde nacieron 910 lactantes.
El ginecoobstetra de Clínica Universidad de los Andes, Enrique Oyarzún, señaló a El Mercurio que “la tendencia claramente es a la disminución, y los políticos y el Ministerio de Salud tienen que preguntarse qué van a hacer con eso, porque genera grandes problemas para el futuro”, e indicó que estos problemas se traducirían en una “disminución de la masa laboral y disminución de la productividad del país”.
De acuerdo a El Mercurio, los expertos coinciden en que la cifra sería mucho menor si el país no estuviera viviendo la gran ola migratoria de los últimos años.
Manuel Ortiz, director de la carrera de Obstetricia de la Universidad San Sebastián (USS), explicó para el medio que “hay una mayor cantidad de partos en migrantes, la proporción es cada vez más alta. La baja está más asociada a mujeres chilenas, las mujeres migrantes siguen con su patrón reproductivo”.
Por su parte, Baltica Cabieses Valdés, directora del Centro de Salud Global Intercultural y académica de la Universidad del Desarrollo, reforzó esta idea y reconoció que la ola migratoria que se ha vivido en Chile en los últimos años ha influido en que la curva de nacimientos no haya sido tan pronunciada:
“Desde el 2006 a la fecha, en promedio, el 50% de los egresos hospitalarios en población migrante está dado por embarazo, parto y puerperio. O sea, uno puede decir que están haciendo un aporte bastante sustancial en la natalidad, lo que pasa es que la proporción total de egresos hospitalarios comparados con los nacionales, es baja (…). Todavía son una población que no es tan abundante como para que se note un cambio en la curva de natalidad tan brusca”.
Por último, los académicos aseguraron que son las generaciones más jóvenes las que han decidido postergar o dejar de lado la paternidad, influyendo en las bajas tasas de natalidad.
