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Alfredo Perl: «Encontrar receptores es complejo»

El intérprete chileno, radicado en Alemania, brindó un concierto con obras Carl Maria von Weber, Maurice Ravel y Franz Liszt. Además, regresará para ofrecer un nuevo recital junto a la Orquesta Filarmónica de Santiago, en octubre próximo.


Son muy pocos los que alcanzan escenarios tan actuales como Queen Elizabeth Hall y Barbican Centre de Londres, Concertgebouw de Amsterdam, Rudolfinum en Praga, Gran Sala del Musikverein de Viena, Herkulessaal, en Munich, y Hamarikyu Asahi Hall en Tokio. Pero en todos ellos, Alfredo Perl, joven pianista chileno ha logrado un gran reconocimiento, como seguramente lo hará en el concierto de hoy, en el Teatro Oriente. Además, en octubre volverá al país y dará un un nuevo recital para cumplir con un contrato que tiene con la Orquesta Filarmónica de Santiago.



El programa que ofreció ayer está impregnado del espíritu del romanticismo, con obras de Carl Maria von Weber, la Sonata N° 2 en La bemol Mayor Op. 39; Maurice Ravel, Gaspard de la nuit y; Franz Liszt, de Années de Pèlerinage – Troisième Année: Aux Cyprès de la Villa d’Este (I)Les Jeux d’eaux í  la Villa d’Este, y de Années de Pèlerinage – Deuxième Année, Après une lecture du Dante – Fantasia quasi Sonata.



Exaltación, Naturaleza y Magia



Desde los nueve años se ha instalado sobre los escenarios para mostrar sus ejecuciones. Ellas le han valido más elogios que cuestionamientos de la crítica internacional. En especial después de las presentaciones del ciclo completo de las sonatas Beethoven, en la Wigmore Hall de Londres, y un posterior lanzamiento de ese repertorio más las Variaciones Diabelli.



Después de ese logro se dedicó a estudir las obras para piano de Liszt, las Sonatas para Clarinete y Piano, de Brahms; las sonatas para piano y cello, de Beethoven; el Concierto para Piano, de Grieg; y la Sinfonía Concertante, de Szymanowski.



Sólo le interesa la interpretación, ni hablar de composición o pedagogía. Lo suyo son las armonías, en especial de las expresiones románticas.



«Es un programa que escogí de acuerdo a lo que hice el año pasado. Tenía muchas ganas de tocar estas sonatas de Weber. Así que pensé que el contraste con Ravel estaba en el lenguaje, pero no en el espíritu del romanticismo», dice.



– ¿Es música más libre?



– Es el espíritu de lo que significa el romanticismo. Tiene que ver con una exaltación emotiva, inspiraciones de la naturaleza, el reino de la fantasía.



– ¿Qué vigencia le encuentra a ese espíritu? Hay más de cien años de diferencia.



-En el caso de Weber son doscientos. El ser humano en sí no cambia. Hay ciertas características de la sociedad, de cómo está armada y ahí está la vigencia. No me queda más que esperar que exista receptividad en los que escuchan.



No Hay Casualidades



Nació en Santiago, en 1965, donde comenzó a estudiar con Carlos Botto. Continuó en Alemania, con Günter Ludwig, y en Londres, con María Curcio. En el trayecto fue solista al frente de: London Symphony Orchestra, Royal Philharmonic Orchestra, Melbourne Symphony Orchestra, Residentieorkest de La Haya, Orchestre de la Suisse Romande y la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, de la BBC Symphony Orchestra, de la Orquesta de la Ópera del Estado de Baviera y de la Orquesta Filarmónica de Dresde.



Hace años se radicó en Alemania, uno de sus escenarios principales, pero nunca ha dejado de compartir las pródigas interpretaciones con el público chileno , como lo hizo hace un tiempo con uno de sus grandes logros artísticos, la ejecución de las sonatas de Beethoven.



– ¿Qué te motiva a venir, considerando que Chile no es parte del circuito internacional?



– Me gusta venir. Además, tengo vínculos muy personales. Vengo a cultivar los lazos que tengo en el país.



– ¿Qué tan distinto es el público chileno en relación al europeo?



– Es que yo no sé como puedo medir la exigencia del público. Hay gente con distintas actitudes y con distintos antecedentes. No diría que es tan distinto. Hay actividad y tradición musical en Chile. Eso es ya distinto a un público que no escuche nunca y da lo mismo lo que uno les toque, pero no es el caso del público chileno.



-¿Tiene alguna preferencia dentro del repertorio nacional?



– No me atrevería a dar una opinión a la rápida. Prefiero emitir opiniones fundadas. No puedo decir nada superficialmente.



– ¿Entiendes la música que interpretas como universal?



– No es casualidad que en una época se dio un golpe de creatividad absolutamente extraordinario en una cierta parte del planeta. Esto tiene que ver con la música misma, con valores, con todo un lenguaje que es algo distinto.



– ¿Por qué crees que es vigente la interpretación de composiciones de muchísimos años atrás?



– ¿Por qué no? Ahora hay un avanzar que no es avance. Para mí encontrar receptores es complejo. Esa es mí dificultad.

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