Disco doble recoge una de las 49 presentaciones de la gira correspondiente a la última placa de la banda, "Dance of death", un registro similar al escuchado en Santiago durante el verano de 2004.
Casi dos años debieron pasar desde el lanzamiento de la última placa de estudio de Iron Maiden, "Dance of Death", para ver en las estanterías el registro en vivo oficial de la gira, lanzado en disco compacto doble.
Fueron en total 49 las presentaciones que Bruce Dickinson, Dave Murray, Adrian Smith, Janick Gers, Steve Harris y Nicko McBrain realizaron entre finales de 2004 y comienzos de 2004.
Escenarios de Europa, América y Asia vieron a una de las agrupaciones fundamentales del heavy metal, que pasó por Santiago la cálidamente mágica tarde del martes 13 de enero del año pasado.
La entrega, que considera además las respectivas versiones en vinilo y DVD, incluso respeta el mismo set list y orden de las canciones que se escucharon en la Pista Atlética del Estadio Nacional.
Al contrario de lo que podría pensarse, "Death on the road" no es un compilado de las mejores interpretaciones de Maiden, sino el show íntegro ofrecido en el Westenfalenhallen de Dortmund, el 24 de noviembre de 2003.
Coincidencia o no, la elección de un escenario alemán no debería de extrañar si se recuerda que ocho de las 49 visitas del quinteto fueron a suelo germano. Además de la mencionada ciudad, estuvieron en la gira Munich, Stuttgart, Frankfurt, Hannover, Berlin, Hamburgo y Leipzig.
En el sonido en directo de casi dos horas, Maiden recoge versiones impecables de éxitos como "Fear of the dark", "The number of the beast" y "Can I play whith madness», invitada poco común a las muestras en vivo de su música.
Al igual que el largaduración de estudio, este disco abre con "Wildest dream" y suma el tema que le da el nombre, "Dance of Death", además de "Rainmaker", "No more lies", "Paschendale" y "Journeyman".
La solidez del trabajo de una banda con más de 25 años de circo y 40 millones como ésta no tiene cuestionamientos. Sin ir más lejos, el último show que ofreció en Chile se caracterizó precisamente por su inmensa pulcritud, una sólida puesta en escena y un excelente sonido.
De ahí, el arma doble filo que representan muestras como "Death on the road", destinadas a transformarse en legados imperdibles para los fanáticos, pero en discos en vivo muchas veces prescindibles para el resto del universo musical.
