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Presidente de la SECH: «Hace tiempo perdí la energía con que trabajaba»

El pasado lunes, seis de los once directores de la Sociedad de Escritores de Chile solicitaron formalmente la renuncia del presidente, Reinaldo Marchant, tras acusar irregularidades financieras. Él se defiende y, ya decidido a dejar el cargo, denuncia una conspiración política para destituirlo.


Una olla de grillos. No hay otro modo de describir lo que sucede por estos días en la Sociedad de Escritores de Chile, con acusaciones que vienen y van, denuncias de mal uso de fondos, amenazas, peticiones de renuncia y descalificaciones mutuas. De un lado, acusan dolo y poca transparencia en los gastos; del otro, una conspiración política. Lo cierto es que hace tiempo los escritores de peso huyeron de la SECH, y hasta su presidente, resuelto a renunciar, asume que estos pleitos la transforman en una institución "decadente".



El actual conflicto, sin embargo, ha llegado hasta tal punto que 5 de sus 11 consejeros quieren presentar la renuncia al cargo, y el presidente, Reinaldo Marchant, está decidido a hacer lo propio muy pronto, aunque no hay fecha definida. «Hace tiempo perdí la alegría, y la energía con la cual estuve trabajando abnegadamente harto tiempo. Ya no tengo interés", asegura.



"¿Quién va a querer seguir en ese lugar? Estoy demorando mi renuncia porque sabía que a la secretaria, que es trabajadora y madre de dos hijos, la iban a perjudicar. Los cinco directores que nos queremos ir nos quedamos un poco para apoyarla y que saliera de manera digna", reconoce.



Las quejas contra su gestión son varias, pero la más complicada es la que lo acusa de haber entregado fondos públicos para la candidatura a diputado de Hernán Rivera Letelier. El hecho no ha sido comprobado, y los documentos a los que tuvo acceso El Mostrador.cl sólo acreditan la existencia del depósito de un cheque por 2 millones 500 mil pesos, hecho por Hernán Rivera Letelier a nombre de la SECH, y girado ese mismo día -2 de diciembre de 2005- por Reinaldo Marchant.



Ambas operaciones se hicieron en una oficina bancaria de Santiago, en circunstancias que el escritor nortino se encontraba en Antofagasta. El autor de La reina Isabel cantaba rancheras ha negado toda relación con ese dinero y, según asegura Marchant -sustentado por un informe del secretario general de la SECH-, el nombre de Rivera Letelier sólo aparece por un error de la secretaria, Marisol Jara. "Por error, la secretaria puso ese nombre. Como se iban a hacer las actividades en Antofagasta… eso es todo", puntualizó.



El presidente de la SECH explica que ese dinero recibido correspondía al presupuesto para hacer un evento cultural en el norte, del que Rivera Letelier sería el organizador. Sin embargo, cuenta, el proyecto no se llevó a cabo, puesto que hubo contratiempos factuales, de modo que el dinero fue restituido íntegramente a la Secretaría General de Gobierno, que es de donde inicialmente habían salido los fondos. Los documentos y cartas que muestra Marchant acreditan lo que dice, pero los opositores de su gestión no se dan por satisfechos.



"Si todo era limpio, o parte de un proyecto cultural, ¿por qué la tesorera se niega a firmar el egreso de dos millones y medio de pesos, que ingresaron el mismo día que salieron: dos de diciembre? Además, el directorio desconocía tal proyecto", asegura Alejandro Lavquén, uno de los más enconados detractores de Marchant.



"Yo estoy tranquilo"



A la última asamblea de la SECH, organizada el pasado lunes 6 de marzo, no asistió el presidente, ni ninguno de los miembros del directorio que lo respaldan. Los seis consejeros restantes, sin embargo, acordaron pedir la renuncia de Marchant al cargo, junto con destituir a Marisol Jara, la secretaria del organismo.



En estricto rigor, los estatutos no contemplan que el directorio pueda pedir la renuncia del presidente, pero según los detractores del actual encargado, se trata de una situación especialmente grave, lo que justificaría la excepción.



Marchant asegura que destituirlo ha sido el único objetivo de las acusaciones, y que se ha tratado de una campaña organizada de escritores comunistas para hacerse con el poder en la Casa del Escritor. «Todo forma parte de una campaña oscura. Llaman por teléfono o mandan e-mails. Acá no hay nada concreto. ¿Tomé un peso? Y si por último hubiera ayudado a un escritor como Rivera Letelier sin dinero de la SECH, ¿qué tiene de malo? Ese cheque, además, no lo firmé solo, hubo más gente que supo. Yo estoy tranquilo."



La factura de la discordia



Otra de las complicaciones que llevaron al directorio a pedir la renuncia de Marchant tiene que ver con la existencia de una factura para justificar gastos, entregada por una empresa que, en el momento del servicio, ya había quebrado, según denuncian sus opositores.



"Una de las pruebas más evidentes de la malversación de fondos es la existencia de la factura N° 000001, RUT: 15.702.023-4, perteneciente a un bazar verdulería, ubicado en Pje. Hércules 582, Villa Los Peumos, La Florida, que funcionó hasta el mes de julio del 2005 atendido por la señora Ana Adriazola, según ella misma lo confirmó el lunes 30 de enero. Pues bien, dicha factura fue presentada en la SECH como respaldo de un servicio de cóctel por $ 150.000 en el mes de noviembre del 2005", asegura Lavquén en un escrito, agregando que el documento en cuestión fue entregada a la SECH por el contador Alexis Jara Carrasco, hermano de la secretaria de la institución, Marisol Jara Carrasco.



Marchant asegura que se trata de acusaciones infundadas, que no ha habido irregularidades y que, de haberlas, deben verla los tribunales directamente. "Andan atemorizando a la gente con querellas y no han hecho nada ni van a hacer nada, porque saben en el lío que se están metiendo. A la anterior administración -comunista- yo tuve que solucionar 2 millones 400 mil pesos que no habían rendido, y 4 millones del 2000, que tampoco habían rendido. Y yo no lo anduve publicando ni denunciando; lo hable privadamente con ellos, porque de por medio también está la institución", expresa.



En lo inmediato, lo claro es que los directores que apoyan a Marchant, y él mismo, presentarán su renuncia, aunque el estatuto no contemple este tipo de salida, porque las mutuas hostilidades han llegado ya a un punto de no retorno.

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