Publicidad
Isidora: mucho más que la autora de la “Pérgolas de las flores” El documental es exhibido paralelamente en los cines arte de Santiago y en el Instituto Cervantes de Berlín

Isidora: mucho más que la autora de la “Pérgolas de las flores”

En el documental homónimo, los directores Superby y Cristián Aylwin, rinden un verdadero homenaje a la escritora a quienes consideran se le quedó debiendo el Premio Nacional de Literatura.


TRAILER ISIDORA from Isidora on Vimeo.

Es, sin duda, un homenaje, no sólo de los creadores del documental, sino de los múltiples actores que la recuerdan en la película, a la dramaturga Isidora Aguirre (1919-2011). La cinta es un verdadero viaje en el tiempo, que mezcla con notable acierto entrevistas a la artista, filmaciones de los años 30, extractos de su diario de adolescente, recreaciones de sus obras de teatro y conversaciones con directores y actores sobre su obra.

Así podemos ser testigos de la emoción de un Luis Dubó durante un ensayo de “Población Esperanza” –que Aguirre escribió junto a Manuel Rojas- o escuchar el relato del director teatral Abel Carrizo de cómo pudiendo estrenar “Lautaro” en un teatro establecido (la UC) la dramaturga apostó literalmente por un lugar independiente para poder hablar sin ataduras de la rebelión de un indio (Lautaro) contra el poder establecido, en plena dictadura (1982). O ser testigos de las deslumbrantes interpretaciones de Claudia Cabezas.

“Era necesario que se reconociera el valor de su historia y de su trabajo autoral”, dice Nicolás Superby, uno de los dos directores de la película (el otro es Cristián Aylwin). Porque Aguirre es mucho más que la autora de “La pérgola de las flores” (1960), probablemente la obra de teatro más vista en la historia de Chile, que en su momento fue de gira a Perú, Argentina y Europa, un musical que tuvo mucho éxito (y entre otros habla de una alianza de obreros y estudiantes) pero también opacó el resto de sus trabajos.

Aguirre habló de amor (“Las tres pascualas”) y matrimonios fallidos (“Magy ante el espejo”), sí, pero también usó una línea escrita por el Che Guevara como título para una obra que habló de la matanza campesina de Ranquil, ocurrida en 1934, (“Los que van quedando en el camino”), y que estrenó en 1969. Y habló de los desaparecidos (“El retablo de Yumbel”, 1987, Premio Casa de las Américas), entre muchas otras. “Su enorme sensibilidad artística la llevó al mundo social”, dice Aylwin.

Amor de familia

Hay amor de familia en el documental. Superby, sobrino-nieto de la dramaturga, partió rescatando literalmente un valiosísimo material de los años 30 con imágenes de la artista. “Mi abuelo y bisabuelo filmaban películas caseras en cine. Había escuchado de este material, que estaba perdido en alguna bodega familiar, que había pasado de casa en casa, y soñaba con verlo y quizás hacer algo con eso, sin saber muy bien qué”.
Superby se cruzó entonces con una antología de obras de Aguirre, y la idea del documental comenzó a tomar forma. Y empezó a investigar su vida y obra, junto a Aylwin y el productor ejecutivo Gilberto Villarroel. “Fue encontrarme con un nuevo personaje; una escritora muy potente que viaja por parte de la historia de Chile, y a su vez va dejando huellas de su personalidad más íntima”, dice Superby. “Este cruce terminó resolviéndose con la idea de hacer un documental dedicado a ella, y así armé equipo para comenzar a trabajar”.

Era 2009. “Al tiro empezamos a leer obras de la Isidora, la empezamos a entrevistar”, dice Aylwin. “Tampoco queríamos hacer un documental estrictamente biográfico, sino desprender de lo que ella había creado donde estaba el personaje detrás de la dramaturga”.

Muy pronto “nos empezó a pasar lo mismo que le pasa al público: nos dimos cuenta que es mucho más que ‘La pérgola de las flores’, que además en sí misma es mucho más que un musical que entretiene”, dice Aylwin, para quien además los diarios de vida revelaron la dimensión y profundidad del personaje.

“Todos conocemos a Isidora Aguirre desde el colegio, por ‘La Pérgola de las Flores’, pero fue toda una experiencia descubrir la amplitud y profundidad de su obra”, dice Villarroel, que además aportó una larga experiencia como guionista para que entre los tres dieran origen al libreto de la cinta.

“Fue un proceso largo, probando varias fórmulas y seleccionando entre todos las obras que podrían ser más representativas de su carrera para el público que no conocía toda su producción”, explica Villarroel. “Nos decantamos más por hacer una biografía creativa, donde los extractos de las obras teatrales tendrían tanta importancia como los pasajes de su vida. Y en el proceso de montaje cobraron fuerza los textos de sus diarios de vida”, dice.

El tiempo en contra

Villarroel cuenta que empezaron a filmar sin tener todavía ningún respaldo económico, “pues el tiempo corría en contra. Isidora estaba entusiasmada con participar más, pero falleció antes del rodaje de las escenas con los actores y de la mesa redonda que hicimos con expertos y amigos, lo que añadió a la película una carga de homenaje póstumo muy potente”.

En su momento, su amiga y escritora Virginia Vidal dijo: «A Isidora, Chile la entierra debiéndole el Premio Nacional de Literatura que habría sido menguado reconocimiento a su vasta obra de novelista y dramaturga». “En la película Guillermo Calderón decía lo mismo sobre la obra de Isidora: aunque nunca obtuvo un premio nacional, consiguió, sin duda, el premio del público, que es lo más importante”, dice Villarroel. Igual que el documental: de los dos premios recibidos hasta ahora, dos son del público.

“Isidora” actualmente se exhibe en los principales cine arte de Santiago y será mostrada el lunes en el Instituto Cervantes de Berlín.

Publicidad

Tendencias