Publicidad
Comentario de música: ¿A qué suena DEVO? A propósito de la muerte de su guitarrista, Bob Casale

Comentario de música: ¿A qué suena DEVO?

Gonzalo Paredes es periodista y técnico en Sonido


¿A qué suena DEVO, pregunto inocentemente. Una amiga me responde: “A DEVO, poh”.

Y claro. La respuesta está frente a los ojos –o más bien ante los oídos– sobre su particular sonido. DEVO suena a DEVO y eso no es poco decir. Podrían ser perfectamente una banda new wave o post punk, pero no. Hay algo en ese mundo de guitarras, sintetizadores y atmósferas raras que producen intriga y curiosidad y que los hacen únicos. Y es que la banda de Alan Myers y los hermanos Mothersbaugh-Casale eran y siguen siendo el futuro. Un futuro poco claro que comenzó siendo una revolución y lo sigue siendo. Un reciclaje creativo y honesto de todo lo analógico y digital que la banda tenía a su mano a mediados de los setenta.

La inesperada muerte de su guitarrista, Bob Casale, abre y refresca nuevamente la discusión sobre cuál es la real importancia de DEVO en la música popular. De qué manera pudo influir una banda que para muchos es reconocida por los latigazos de “Whip it” o por los ridículos sombreros rojos de “Energy Dome”.

Solían tener presentaciones desastrosas e incluso violentas, pero fue el mayor de los Mothersbaugh, Mark, el que tomó la batuta y encausó su sonido. Tras la grabación de Be Stiff, su primer EP, David Bowie e Iggie Pop lograron conseguir un contrato con Warner para DEVO. De ahí saldría su primer gran misil sonoro: Q: Are We Not Men? A: We Are Devo, producido por Brian Eno y que en su interior trae temazos como: «Uncontrollable Urge”, “Jocko Hommo”, “Mongoloid” y el cover de Rolling Stones, “Satisfaction”.

Un disco plagado de letras burlescas y totalmente pasadas para la época, como “Mongoloid”, tema en el que Mothersbaugh atribuye la felicidad del personaje a la mayor cantidad de cromosomas que posee. Humor negro en bases de sintetizadores, baterías pegadas y riffs duros y constantes.

Devo

Luego vendrían Duty Now for the Future y Freedom of Choice, este ultimo llevaría a DEVO a la fama, pero también al triste sitial por el cual por muchos hoy es recordado: una one hit wonder band. “Whip it”, el super hit de este álbum –cuyo riff de guitarra está basado nada menos que en el de “Oh, pretty woman” de Roy Orbison–, entró al lugar 14 del ranking Billboard y desde ahí quedaría en el inconsciente colectivo musical ochentero. Una sentencia injusta para un disco que en su interior trae grandes temas como “Girl u want”, “Freedom of choice” o “Gates of the steel”.

Hablar de DEVO es hablar de la transversalidad de un nicho. De un nicho que logró golpear en bandas como Nirvana, Soundgarden, Yo la tengo, Sepultura, A perfect circle, Flaming Lips e incluso en Chile con bandas que han tributado sus temas como Chancho en Piedra, Fiskales Ad Hok, Los Mox e incluso Jorge González. Bandas especialmente de guitarras que algo encontraron en el legado de Bob Casale. Un legado inclasificable y único. Una fuente inagotable de detalles y herramientas para resolver y descubrir cosas. Devo es antiestupidez y proinformación. Una interesante involución.

Los años venideros no fueron especialmente exitosos para los miembros de la banda. Sería Mark Mothersbaugh quien más brillaría. Como compositor y musicalizador de Wes Anderson ha hecho trabajos increíbles, como las bandas sonoras de películas como Rushmore, The Royal Tenenbaums y Life aquatic, así como también música para video juegos como Los Sims 2 y Crash Bandicoot, proyectos en los cuales incluyó a ex miembros de DEVO.

“Vamos a usar trajes típicos de Chile y vamos a recrear la historia de Chile en el escenario. No, no es cierto. Lo que haremos es básicamente repetir el mismo show que hicimos en CBGB’s y Max’s Kansas City en 1977. Verán el mismo concierto que hicimos cuando David Bowie y Brian Eno vieron a Devo por primera vez”, declaró Mothersbaugh en una entrevista semanas antes de su fallida visita a Chile. Cinco mil personas se quedaron con su entrada en la mano. Con la muerte de Casale será mucho más difícil una pronta y próxima visita. El futuro de DEVO es tan incierto y extraño como el legado que los hizo importantes.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias