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Las expectativas no cumplidas de «Aire nuevo para Chile», el libro de Ernesto Silva Libros de actualidad en la crítica de Gonzalo Rojas

Las expectativas no cumplidas de «Aire nuevo para Chile», el libro de Ernesto Silva

En este libro el lector nunca se aclara respecto de algo tan fundamental como si le corresponde a los políticos proponer proyectos de sociedad o, en realidad, los deben elaborar a partir de las demandas de la gente. Por eso mismo, tampoco queda claro si la tarea del político es más valórica (expresión que utiliza el autor con frecuencia) o más electoral. Hay afirmaciones en uno y otro sentido y no resulta posible armonizarlas o sintetizarlas. La decepción que provoca el texto puede sintetizarse en una pregunta que todo lector atento se hará: ¿Dónde está ubicado Silva? ¿En el conservantismo tradicional de la UDI (mi respuesta: no) o en ese liberalismo moderado que permea al partido desde el Lavinismo? (mi contestación: sí).


Esperaba mucho del libro de Ernesto Silva. Esperaba mucho por sus condiciones personales -hombre recto e inteligente- y esperaba mucho por el propósito con el que decía enfrentar su tarea al escribir: sugerir un aire nuevo para Chile.

¿Se cumplieron las expectativas?

En una pequeña medida sí, en gran parte, no.

Silva -quien fuera presidente de la UDI durante un corto período- ha hecho un esfuerzo intelectual encomiable, pero más que un libro coherente, le ha salido un constructo. ¿Por qué? Porque casi todas las afirmaciones del autor que cualquier conservador de la UDI   -hubo un momento en que no existía otra especie en ese partido-   lee con agrado, encuentran en alguna otra parte del libro una contrapartida que las matiza y en algunos casos, las anula.

Efectivamente, son varias las dimensiones de la política chilena que el autor no logra definir.

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Un primer ejemplo: el lector nunca se aclara respecto de algo tan fundamental como si le corresponde a los políticos proponer proyectos de sociedad o, en realidad, los deben elaborar a partir de las demandas de la gente. Por eso mismo, tampoco queda claro si la tarea del político es más valórica (expresión que utiliza el autor con frecuencia) o más electoral. Hay afirmaciones en uno y otro sentido y no resulta posible armonizarlas o sintetizarlas.

El segundo ejemplo es más doloroso: se trata de la valoración positiva que hace Silva de lo que él llama una sociedad chilena más rica gracias a una autonomía que se expresa en la diversidad, situación que, afirma, debe ser celebrada. Lo chocante es que varias de las manifestaciones de diversidad que el autor menciona han sido consideradas desde siempre en la UDI como atentatorias a la dignidad de la naturaleza humana que el mismo autor dice defender.

[cita tipo=»destaque»]El segundo ejemplo es más doloroso: se trata de la valoración positiva que hace Silva de lo que él llama una sociedad chilena más rica gracias a una autonomía que se expresa en la diversidad, situación que, afirma, debe ser celebrada. Lo chocante es que varias de las manifestaciones de diversidad que el autor menciona han sido consideradas desde siempre en la UDI como atentatorias a la dignidad de la naturaleza humana que el mismo autor dice defender.[/cita]

El problema de fondo es que Silva nunca entra a comprometerse con un concepto de persona humana, que tampoco se juega por reforzar la noción de bien común, que omite toda referencia a la subsidiariedad. Quizás por eso Jaime Guzmán aparece mencionado apenas una vez en el libro, solo para recordarlo como fundador del Gremialismo, y no como quien grabó a fuego los conceptos anteriores en todas sus fundaciones, la UDI incluida, por cierto.

El problema de fondo es que Silva nunca entra a comprometerse con un concepto de persona humana, que tampoco se juega por reforzar la noción de bien común, que omite toda referencia a la subsidiariedad. Quizás por eso Jaime Guzmán aparece mencionado apenas una vez en el libro, solo para recordarlo como fundador del Gremialismo, y no como quien grabó a fuego los conceptos anteriores en todas sus fundaciones, la UDI incluida, por cierto.

La decepción que provoca el texto puede sintetizarse en una pregunta que todo lector atento se hará: ¿Dónde está ubicado Silva? ¿En el conservantismo tradicional de la UDI (mi respuesta: no) o en ese liberalismo moderado que permea al partido desde el Lavinismo? (mi contestación: sí).

El libro tiene una mayor importancia ahora que la UDI ha comenzado su proceso de renovación de dirigentes, precisamente porque lo que Silva se propone es entregar pautas para ese recambio. En concreto, ¿es Jaime Bellolio un candidato a la presidencia de la UDI que comparte la mirada de Silva, una visión algo turnia, una observación de Chile como de mediolau?

Se dice que Bellolio participó activamente en un libro paralelo, el de Jovino Novoa del 2012, pero al oírlo hablar ahora, ya lanzado en su campaña a la presidencia, bien pueden analogarse sus afirmaciones con las de Silva. Quizás en buena medida el programa de Bellolio -y también la terminología anti pinochetista que usa- tienen al libro de Ernesto Silva como un importante referente. Habría que preguntárselo.

Aire Nuevo para Chile, Un recambio necesario, Ernesto Silva M.

RiL editores, 2015, 178 págs.

Gonzalo Rojas Sánchez. Académico.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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