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Foro mundial de la bicicleta: Una oportunidad para el debate sobre la movilidad sustentable Opinión

Foro mundial de la bicicleta: Una oportunidad para el debate sobre la movilidad sustentable

Ricardo Abuauad
Por : Ricardo Abuauad Arquitecto y Urbanista Director Escuela de Arquitectura UDP
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Cuando hablamos de movilidad sustentable, hablamos de desincentivar el uso del automóvil. No hay otra solución, por mucho que una reciente editorial de El Mercurio haya establecido una anacrónica relación entre riqueza/desarrollo/acceso al automóvil. Si esta tendencia se produce, ello no quiere decir que deba aceptarse, que no pueda (y deba) combatirse. Por mucho que les moleste a algunos, si queremos que nuestras ciudades mejoren, el espacio concedido al auto debe ir en retirada. Pero algunas de nuestras autoridades (y otros varios defensores) mantienen una postura ambigua a este respecto, apoyando inversiones y políticas que serían impresentables en el primer mundo, actuando con temor o lentitud en esta estrategia de desincentivo.


Cuando hablamos de bicicleta, hablamos de movilidad sustentable. Se trata de privilegiar los modos no contaminantes que establezcan la mejor relación posible entre espacio utilizado y pasajeros transportados. Modos que sean compatibles con la vida urbana, con calles animadas y seguras, aptas para el peatón y el comercio. En eso la bicicleta es claramente imbatible. En Chile se han superado ya varias ideas preconcebidas (y equivocadas) al respecto: que nuestras ciudades no eran adecuadas, que nuestras pendientes eran excesivas, que nuestras distancias eran muy grandes o que no estaba en nuestra idiosincrasia.  Todo eso, obviamente falso.

Cuando hablamos de movilidad sustentable, hablamos de desincentivar el uso del automóvil. No hay otra solución, por mucho que una reciente editorial de El Mercurio haya establecido una anacrónica relación entre riqueza/desarrollo/acceso al automóvil.  Si esta tendencia se produce, ello no quiere decir que deba aceptarse, que no pueda (y deba) combatirse. Por mucho que les moleste a algunos, si queremos que nuestras ciudades mejoren, el espacio concedido al auto debe ir en retirada. Pero algunas de nuestras autoridades (y otros varios defensores) mantienen una postura ambigua a este respecto, apoyando inversiones y políticas que serían impresentables en el primer mundo, actuando con temor o lentitud en esta estrategia de desincentivo.

Cuando hablamos de desincentivar el uso del automóvil, hablamos (además) de mejorar la oferta de transporte público. Si bien la bicicleta es el tema del FMB, el transporte público eficiente y moderno es su complemento natural. Y ese transporte público debe ser pensado como una serie de redes complementarias (ferrocarril suburbano, metro, bus, tranvía, teleférico)  de distinto alcance, velocidad e integrado que permita acceder a todas partes con tiempos de viaje estables.  Debe tener espacios protegidos, prioritarios.

Cuando hablamos de mejorar la oferta de transporte público, hablamos de equidad. El automóvil no es equitativo, ni en el acceso a él, ni en el espacio que utiliza versus los pasajeros que transporta, ni en la forma en la que se reparten los costos de utilizarlo (congestión, contaminación). Se equivoca la editorial de El Mercurio, y las mejores ciudades del planeta son claras en este sentido.  La equidad es, en ciudades como las nuestras, un tema ineludible, y la repartición de usos de la calle es clave en ello.

Si hablamos de equidad, hablamos de una ciudad pensada de otra manera.  Hablamos de una ciudad que tiende a compactarse, a revalorizar áreas centrales, a volverse mixta en uso, a abrirse a espacios públicos y áreas verdes de calidad, a evitar guetos y condominios cerrados, a consumir suelo de manera moderada y responsable. Una ciudad que evita grandes extensiones en baja densidad monofuncional, prioritariamente vehicular.

Si hablamos de esa otra ciudad, es claro que en ella la bicicleta tiene un lugar central.  En esta visión de ciudad, y al igual como ha ocurrido en las grandes (y mejores) urbes del mundo, la bicicleta gana cada vez más adeptos y su espacio se protege, se valoriza, se defiende.  Se está dispuesto entonces, a disminuir el espacio del auto para cederle terreno, para incorporarla en las soluciones. A tomarla en serio.

El FMB será un espacio privilegiado de debate y esperamos que varios de estos temas se discutan.  Sobre todo que terminemos de consensuar un modelo de ciudad en la que la bicicleta se instale de una manera durable, y no como una invitada “cool” que aceptamos porque está de moda, pero para la que no estamos verdaderamente dispuestos a cambiar estructuralmente nada.

Ricardo Abuauad

Director Escuela de Arquitectura

Universidad Diego Portales

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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