En cada episodio hay un problemilla por resolver, que requiere la atención y el trabajo en equipo del grupo para buscar la solución. Y lo hacen al ritmo de nuevas versiones de los clásicos de The Beatles, deliciosamente interpretadas por P!nk o el mismísimo Eddie Vedder, entre otros.
Hay muchas horas de reflexión, de estudio, de investigación y de análisis del comportamiento de las audiencias en Beat Bugs, la nueva serie infantil de Netflix.
Se trata de una novedosa mezcla donde confluyen ciertos gustos de la infancia, particularmente, el gusto por los bichitos del parque, y ciertos gustos musicales de los padres y representantes, en concreto, el gusto por la buena música de John Lennon y Paul McCartney.
Con guiños a la estética de la película A Bug’s Life (Pixar y Disney), esta serie cuenta la historia de una pandilla de pequeños bichos que juegan y se divierten al aire libre. Es un grupo diverso, con personalidades marcadas, muy fáciles de reconocer por grandes y chicos.
En cada episodio hay un problemilla por resolver, que requiere la atención y el trabajo en equipo del grupo para buscar la solución. Y lo hacen al ritmo de nuevas versiones de los clásicos de The Beatles, deliciosamente interpretadas por P!nk o el mismísimo Eddie Vedder, entre otros.
Una mezcla curiosa que funciona creando un ambiente de colores tan vivos, tal vez psicodélicos (Lucy in the Sky with Diamonds), vaya a saber uno, que causa ese efecto hipnótico en los pequeños y pequeñas, tan deseado por los padres posmodernos. Desde el oso Barney y sus amigos que no veía a los niños tan pegados a la pantalla. Es sabido. Netflix no da puntada sin hilo.
Desde el 3 de agosto está disponible la primera temporada de Beat Bugs.