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“Okupación”: Viejas (y nuevas) lecturas de una realidad que se complejiza Crítica de teatro

“Okupación”: Viejas (y nuevas) lecturas de una realidad que se complejiza

Su simpleza argumentativa es un acierto en la medida que involucran al público desde su costado más emocional y apelando al humor característico, pero es también su limitación al quedarse en el aspecto expositivo de un conflicto social (como otros en la última década que han agitado la convivencia nacional) que ha sido tensionado por el teatro local desde la reflexión poética, el impulso político y los afanes sociológicos, con puntos altos como “Clase”, de Guillermo Calderón, o la experimental “Todo se limita al deseo de vivir eternamente”, de Jesús Urqueta.


Una de las fortalezas históricas que es ineludible a la compañía Teatro Ictus, es que ha sabido dialogar con la contingencia desde el tiempo presente. Nacida desde la Universidad Católica en 1955, el colectivo teatral más antiguo en actividad logró en 2005 con el estreno original de “Okupación” visibilizar y anticiparse a un conflicto que ese año estallaría en las fauces del poder político: la “revolución pingüina”.

Este remontaje “prácticamente igual”, como dicen sus integrantes, centra su relato en la mirada de los profesores de un liceo municipal que está en toma como protesta por su inminente privatización y por las condiciones económicas y de infraestructura que lo aquejan. Un uso imaginativo del espacio y de la “cuarta pared” escénica hacen fluir una narración que es simple y de un humor diáfano, ejemplificada en las dos posturas del gremio: los que se pliegan a la toma, hacen barricadas y empujan a la reflexión interna, y quienes disienten de manera naif y más que nada por miedo al cambio.

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En ese contrapunto, es donde el elenco compuesto por Edgardo Bruna, Paula Sharim, María Elena Duvauchelle, Otilio Castro y José Secall, muestra de mejor manera su fiato y larga experiencia, integrando de manera inteligente al público y empujando hacia una reflexión sobre el tema pero esquivando las pretensiones del didactismo más básico.

Es por ello que Ictus no necesita de grandes esfuerzos escenográficos ni de iluminación para representar el conflicto original que da vida al montaje, la dicotomía entre el sentido profundo de la educación como bien universal y las necesidades que emergen por las complejidades de una sociedad consagrada en cuerpo y alma al neoliberalismo.

Su simpleza argumentativa es un acierto en la medida que involucran al público desde su costado más emocional y apelando al humor característico, pero es también su limitación al quedarse en el aspecto expositivo de un conflicto social (como otros en la última década que han agitado la convivencia nacional) que ha sido tensionado por el teatro local desde la reflexión poética, el impulso político y los afanes sociológicos, con puntos altos como “Clase”, de Guillermo Calderón, o la experimental “Todo se limita al deseo de vivir eternamente”, de Jesús Urqueta.

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En ese aspecto, la contingencia de 2016 resulta mucho más compleja que la aparecida hace once años, cuando se estrenó el montaje bajo la dirección de Nissim Sharim, y Okupación resiente en ese aspecto parte de sus fortalezas y evidente sintonía con el público.

Pero por otro lado resulta ser un título importante en la medida en que viene a reinaugurar una etapa valiosa en la historia del Ictus –incluso más que el remontaje de La noche de los volantines, el 2015-, donde luego de años de marasmo el colectivo ha apostado a resituar su aporte histórico al teatro chileno dentro de las exigencias que le imponen las nuevas directrices de la gestión cultural y artística: la apertura de la Sala La Comedia a conciertos musicales, humor, stand up, teatro familiar y talleres abiertos al público, junto con la reciente alianza con el GAM, son un esfuerzo de visibilidad que era necesaria para una agrupación señera y autora de clásicos incontestables del teatro de las últimas décadas.

Dirección: Edgardo Bruna
Dirección original: Nissim Sharim
Elenco: María Elena Duvauchelle, Paula Sharim, José Secall, Edgardo Bruna, Otilio Castro
Asistencia de dirección y producción: Isidora Palma Buzeta
Diseño de iluminación: Guido Ortiz
Sonido: Antonio Salas
Tramoya y utilería Nelson Vargas
Diseño y realización: José Miguel Carrera

“Okupación” de Compañía Ictus. Octubre y noviembre en Sala La Comedia, jueves a sábado, 20:30 hrs. Merced 349.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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