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“El hombre que miraba al cielo” de Hernán Rivera Letelier: peregrinaje a la perpetuidad CULTURA

“El hombre que miraba al cielo” de Hernán Rivera Letelier: peregrinaje a la perpetuidad

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La novela de Hernán Rivera Letelier (Talca, 1950), publicada por Penguin Random House este 2018, cuenta la historia de una pareja de jóvenes artistas —un pintor de pavimento y una saltimbanqui de semáforos— que conoce a un anciano que pasa su tiempo mirando al cielo como descubriendo en él o a través de él algo que nadie más puede ver.

La historia está construida a partir de pequeños momentos íntimos, de manera precisa y minimalista, entre el naciente romance de la pareja y el enigmático anciano, estableciendo una fluidez y frescura que hace posible empatizar con los personajes. Es una prosa sutil y sobria que va desarrollando sus personajes a un ritmo orgánico y a la par, como si no hubiera protagonista y todos fueran parte de una misma entidad, aislada de la sociedad.

Los tres personajes emprenden un viaje hacia San Pedro de Atacama donde el anciano espera acabar sus últimos días contemplando los cielos más diáfanos del planeta y ser bendecido por ellos. En el desierto, el trío se va conociendo, revelando los secretos y estigmas de cada uno, traspasando sus primeras pieles. Así el viaje se torna espiritual, invitando a cada personaje a ver más allá de lo obvio, y el transcurso del tiempo se expande hacia el futuro, la imaginación y nuevos caminos. Es ahí donde la lectura permite una reflexión, primero entorno a las acciones y pensamientos de los personajes, y luego más universal, la que entrega una mirada hacia una existencia más amena.

El hombre que miraba al cielo
Hernán Rivera Letelier
Penguin Random House
98 páginas

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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