Publicidad
Evaristo Páramos, líder de La Polla Records y su concierto en Chile: “Si entran los pacos, yo qué sé… que bailen” CULTURA

Evaristo Páramos, líder de La Polla Records y su concierto en Chile: “Si entran los pacos, yo qué sé… que bailen”

Este domingo 16, a las 18 horas, la legendaria banda punk cierra su gira por América del Sur, “Ni descanso ni paz”, en el estadio Bicentenario de La Florida. Poco más de dos décadas después de su último concierto en el país, La Polla Records toca en Chile para un público fiel y devoto. En entrevista con El Mostrador, el carismático líder de la agrupación se refiere al show y, aunque prefiere evadir los temas políticos y la contingencia nacional, ironiza respecto de cómo debiesen actuar las fuerzas de orden. «Sería una buena solución para el mundo, que la policía, el ejército y los servicios secretos se hicieran de extrema izquierda y que defendieran al pueblo como lo dicen, que lo defendieran de los verdaderos depredadores». 


Este domingo 16 de febrero la legendaria banda punk cerrará su gira por Sudamérica, Ni descanso ni paz, en el estadio Bicentenario de La Florida. Evaristo Páramos sabe que vuelve junto a La Polla Records a un Chile muy distinto del 97, después de más 20 años. Aunque reconoce que sigue con mucho interés y curiosidad los acontecimientos, prefiere hacer la “ele”, como él mismo dice, cuando el tema de la revuelta chilena sale a la palestra.

De aquel abril de 1997, el gallego recuerda un teatro Caupolicán atestado de punkis crestones que se lanzaban desde la platea alta y el tatuaje que se hizo en una de sus piernas. A sus 60 años, reconoce estar cansado: de su edad y de unas vecinas copuchentas que siempre husmean para saber qué diablos ocurre al interior de su casa.  Igual como si pasara de un tema a otro arriba del escenario, el vocalista de la icónica banda punk atropella la conversación con una batería de respuestas, sin soltar a su crío que carga en brazos, y rompe en risas cuando describe los ensayos preparatorios de la gira.

Un poco más serio, aborda el contexto sociopolítico actual en el País Vasco, la escena del punk en Europa y cómo se entiende “La Polla” allí. Y ante la insistencia respecto de las protestas en Chile, solo da una chance cuando Piñera y los «pacos» salen al baile en medio de la entrevista, y aflora de vuelta la ironía y el sarcasmo que lo caracterizan.

-¿Cómo estás, cómo te pilla este regreso a Chile?

-¿Me has dicho cómo me pilla?… Bueno, ahora me he quedado un ratito con la guagüita. ¡Y ya está!… Pues muy cansado, ja, ja, ja… cansado de la edad que tengo. Cansado de unas señoras… Es que desde la calle se ve mi casa. Y el problema es que esas señoras vienen a saludarte para ver qué estamos haciendo adentro, y me encanta saludarlas, pa’ revolver su interés.

-¿Te emociona esto de reencontrarte con La Polla Records y venir a Chile?

-Pues, bien, bien. Intento que no afecte demasiado, para no volverme muy tonto. Pero, aparte de la edad, la falta de fuerza que uno tiene cuando es más joven, un poco de conocimiento, que supongo que tengo un poco más de conocimiento de cuando tenía 25 años. Y sí, hay un puntillo, hay un puntito. Pero, ¡uf!, intento no dejarme arrastrar hacia allí, porque no sé, me veo raro. Me veo raro emocionándome… ¿Vale?

-30 de abril de 1997, ¿qué recuerdos tienes de aquel día con La Polla Records en el Caupolicán?

-¿La primera que fuimos…? ¿Esa fue la primera vez…? Es que yo lo que tengo confundido son los años, no los sitios, ¿vale?… Eso fue el 97 y lo que me acuerdo es esa pancarta que había, aquella que decía: “Gracias por existir”. Y luego ya, unas festinadas que se pegaba la gente desde sitios poco saludables. Yo no lo vi, pero me comentaron que había dos tíos poco menos que haciendo el saludo nazi y les debieron pegar bastante. Pero eso no lo vi, eso me lo contaron. Y luego, lo que recuerdo es haber estado allí, antes del concierto, pues, con una cuadrilla que había allí, que tenían un local, haciéndome un tatuaje en la pierna. Eso es lo que recuerdo.

-Seguro te encontrarás con muchos punketas de aquella vez, hoy vejetes, calvos, panzones, con un buen trabajo…

-Bien que algunos tengan una buena pega y otros que no. Yo también llevo para allí un poco de pancita propia que aún ha conseguido quedarme pero, bueno, todo se andará. Yo marcaré bien la barriga para que veáis que no es el 97.

-Y además de cansado como dijiste, ¿cuánto hilo más quieres darle…?

-Bueno… Yo le voy a dar a La Polla Records este año. Este año está muy bien, este 2020.

-¿Y el resto de la banda esta con el mismo entusiasmo?

Bueno, sí… digamos que cada uno con sus motivos, calculo. Porque nunca hemos hablado de esto en este clan, pero el Tripi (batería) y el Txiki (guitarra), que están conmigo en Gatillazo, y estuvieron los últimos meses en la Polla, pues, claro que están flipando de hacer todo este rollo de la Polla y, digamos, a este nivel, para entendernos, de mucha gente y todo el rollo. Y por ahí andan haciendo versiones y echándose unas cervezas por la tarde, y entonces, pasar de ahí, de 15 o 16 años de volver a tocar en estos amontonamientos de gente, pues sí que están flipando. Pero, bueno, no se les va la cabeza tampoco. Como dirían por ahí, es como andar en bicicleta: igual te pueda faltar para subir las cuestas, pero la mecánica es la misma. Estuvo entretenido, fue divertido el vernos ahí, con 15 y 16 años más…

– Claro, porque ustedes no fueron de los que se pelearon como motivo para dejar de tocar juntos… digo, como Polla Records.

-Bueno, hubo alguna cosa allí, pero fue hace mucho tiempo. Sin rencores de ninguna clase… no lo merece. Un rencor tiene que ser alguna cosa que lo merezca mucho.

La gira

Ni descanso ni paz… ¿eso no es un mero título?

-No, porque ya hace un tiempo hago unas camisetas con mi guitarra de Gatillazo. Y tenemos otras de Gatillazo y de otras cosas, de ideas que se nos ocurren, de camisetas que nos compraríamos, y una que pasó fue una especie de lápida de La Polla Records que ponía: ‘No descanse en paz’. Entonces ponemos Ni descanso ni paz. Y cuando hicimos esa camiseta, en ningún momento había la posibilidad de que La Polla volviera, para nada, pero para nada. Entonces, cuando salió la idea de hacer esto y de tocar y todo el rollo, me vino a la cabeza esto de un estilo un poco diferente, como diciendo «qué creéis, cabrones, que tenemos que volvernos viejos. ¿No podéis dejarnos descansar?». Así, no tiene más significado.

-¿Cómo anduvieron los ensayos?

-Al principio daban ganas de suicidarse, no dábamos una. Peor, mal, mal, mal. Yo ya llegué a pensar, a comentarles como chiste, porque, luego, somos insistentes, que si la gente que había comprado todas las entradas nos viera ensayar, ja, ja, ja, verme a mi cantar y a ellos tocar, iban a devolver las entradas mucho más rápido de lo que las habían comprado. Pero, bueno, lo vamos a ver. Nunca, no lo somos ni lo seremos, nunca hemos sido un grupo, ni aunque ensayáramos mil años, nunca seremos un grupo así, ni virtuoso ni el mejor del mundo. Pero sí ensayamos lo suficiente, tocamos bastante decente, pero hasta ahí, como cualquier grupo que tiene un poco de estudios de música, de técnica, pues, da cien vueltas.

-¿Qué promete La Polla Records el 16 de febrero?

-No sé cuánto va a ser. Depende de la velocidad con la que toquemos, pero va a ser entre una hora y 40 minutos, y un rato más, más o menos. No sé, porque también a veces hay una parada que no venía a cuento, a veces el baterista le mete más rápido. ¡Vaya!, que no ensayamos como la orquesta sinfónica, ensayamos como cabrones. Pero, vamos, por ahí, eso va a ser Ni descanso ni paz. Y como diría otro, va a ser una cuidada selección de nuestros productos, ja, ja, ja. ¡Me voy a dejar las pelotas, para que el que barre encuentre cachos en el escenario!

La Polla Records y el punk actual

-¿Cómo está hoy la escena del punk en Europa?

-Pues hoy no está en primera línea de los medios y todo, como andábamos nosotros cuando éramos unos críos. Pues, no lo sé, éramos novedad o no sé por qué motivo les interesó y le dieron cancha. O éramos como más visibles, en algunos sitios de Madrid… y así. Pero el punk era como una cosa que todo el mundo lo era.

-¿Y La Polla cómo calza en esa escena actual?

-Pues, como un dinosaurio entrando por una anomalía espacio temporal, supongo, ja, ja, ja.

¿Cómo está la escena de las mujeres en el punk?

-¡Más debiera haber! Pero eso es asunto suyo. Ellas tienen que hacerse los grupos. No debería ser ningún tío el que les diga lo que tienen que hacer, así que no me meto ahí. Justo hoy oía en la radio una conversación con una tía de Málaga que está ahora en Estados Unidos, la batería de las Slits, que le pusieron de nombre “Palmolive”. Que es curioso, porque ella se llama Paloma (Romero), y le pusieron olive, porque como es andaluza, por el aceite, que además era una marca de jabón también. O como las colegas que andaban con los Pistols y así. Y, bueno, en su momento estaba bastante igualado. Ahora no sé cómo está el tema. Porque no me gusta, como decirte, no me gusta investigar cuántos hombres tocan y cuántas mujeres tocan, sino que más bien me parece que es un asunto personal. Las tías que quieran tocar, pues, que toquen. Y los tíos que quieran tocar, pues, que toquen.

Un ping-pong y el País Vasco

-¿Cómo están las cosas en el país Vasco?

-Eh…. Ah, está entero perdiendo. Ahora viene la segunda parte. Pues, por una parte está bien, pero por otra no. Ya no hay por una manera de independizar esto. Que tampoco es que eso sería para nada, tampoco para poner un muro ni para hacer ninguna cosa, no. Simplemente sería para que la voluntad de la gente decida que es lo que quiere hacer, nada más, como en todas partes. Ahora, no sé por qué le tienen miedo a eso, ¿pero cómo?… Bueno, sí sé. Bueno, todo el mundo tiene miedo a que la gente tome decisiones. Y yo digo, pues, la gente puede tomar, como decir, buenas decisiones. La gente podría decidir vivir en paz, decir unas cosas que serían menos negocios que es como se vive ahora. Entonces, ¿para qué mierda vas a dejar que la gente decida?

-Te juego un ping-pong…

-¡Bueno, dale!

-¿Donald Trump?

-Mala persona, a simple vista…

-¿Naciones Unidas?

-Ja, ja, ja… Eso: ja, ja, ja.

-¿Víctor Jara?

-Eh… ¡Vaya putadón!

-¿Aznar?

Esteeee… este tengo que decirlo largo… Una persona que no mueve el labio de arriba y se deja el bigote para que no se note, no es de fiar.

-¿Unión Europea?

-¡Inexistente!

-¿Derechos Humanos?

-¡Inexistentes!

-Piñera, ¿te suena?

-Sí, me suena. Me suena a un ‘baranda’ que tenéis por allá… No creo que lo invite a cenar, ja, ja, ja.

-Seguro, tampoco irá al concierto…

-¡No jodas! ¡Eso me llena! Si no viene, me mato. Si no viene, me monto un escándalo, pataleo en el supermercado… Me va a oír su señora lo que hicimos él y yo…

La “ele”

-En una de tus entrevistas por lo de la venida a Chile, cuando te preguntaron por la revuelta, dijiste que preferías no hablar de lugares donde no estás. Pero mira este Chile, que no lo encuentras como el 97 o como cuando has venido con Gatillazo.

-Sí, sí. De hecho estoy viendo más por lo que me comenta la familia. Porque de los medios ha desaparecido hace no sé cuánto, casi dos meses. Ya no es noticia lo que está ocurriendo allí en Chile por aquí, no. Por aquí no es noticia, ni de primera ni de segunda. Mientras no haya de diez muertos pa’rriba, ya no es noticia. ¡Vaya!, es así. Ahora, de lo que me estoy enterando, bueno, parece muy curioso y muy interesante que la gente se esté organizando. Pero, a ver, yo cuando digo cualquier cosa, es aquí donde vivo yo. Y sobre eso, tampoco te voy a hablar. Ya sé que te he hecho la “ele”, pero bueno.

Lo dije en su momento. Porque llegas a un mundo que desconoces, donde ha tocado el grupo hace un montón de años y… Te lo digo, llegas a un mundo que desconoces, que tocas en un escenario, qué sé yo, en un pueblo que queda a 800 kilómetros de tu casa con una reivindicación sobre una central térmica, y tú estabas allí, borracho, fumando porros y cuatro rayas de Speed, después de un viaje de mierda, y te llegaban y te decían, yo qué sé, pues, que hay una refinería, una central térmica, yo qué sé, y están protestando, en contra… Bueno, lo que te queda es lo más lógico: es coger micro y decir «¡me cago en la madre que los parió!». Por ello, qué asunto tengo que ver, quién soy yo aquí… Luego, yo me largo y todo el mundo se queda con la puta refinería, con la puta central térmica y, vale, con su policía local, y cada uno con la suya. Es decir, todo eso se queda allí y he sido un tío súper genial…

-Okey, me hiciste la “ele”, pero de qué te has enterado. ¿Has oído hablar de la Primera línea, por ejemplo…?

-La primera línea es donde están las ‘ostias’, ¡ya!… Yo hace un montón de años que me quité porque era famoso. En la última movida, que fue hace mil años ya, me vinieron diciendo: ¡eh, Evaristo!, y yo, ¡no jodas!, están diciendo mi nombre. Y estábamos allí, a 20 metros de los del frente y estaban diciendo mi nombre, como si yo no cagara… Y entonces me quité, porque era peligroso, digo, que la gente te ande identificando. Y me ha pasado después, en un concierto en el que tú tocas, y que hay controles preventivos para la gente que va al concierto, encontrarme con un montón de chavalitos, que todos cuchichean, hasta que los ‘polis’ se enteran quién eres y te quedas allí solo en el control, hasta el último con los muchachos, mientras los que han dicho quién eres, están fuera. Entonces me quité de primera línea, nada más que por ese simple motivo. Y, bueno, cualquier cosa que haga o deje de hacer, amigo mío, nunca se sabrá.

-¿Y has seguido insultando a los policías, digo, después de Jerez y el arresto y todo eso?

-Bueno, me he ido buscando otras maneras, para no ir a la cárcel, ja, ja… A ver, el tema es que, pues, he buscado otra manera, otro tipo de Jota (Gallega). Lo más triste es que la Jota, en realidad, no me gusta. Simplemente cantaba una Jota, porque era los más diferente del punk rock, una canción del tipo folclórico que es la Jota. Y me pareció los más alejado del punk rock. Y empecé a cantar por molestar a los míos, ja, ja, ja… ¡Joder!, es que, a la pasada, era por molestarles un poco. Y luego, ya se cogieron una costumbre… y ni siquiera es mía la letra, pero bueno, la suscribo.

-Te lo preguntaba, porque con esto de la revuelta, igual por ahí se ha comentado que podría quedar la cagada en el concierto, dado el público que tiene La Polla Records…

-No sé. He estado alguna vez en Chile y algunas veces que no he estado, ya me han contado de algunas cosas que han pasado. Pero esperemos que todo salga bien. Que no haya ninguna movida, que no le pase nada a nadie, joder… Y, luego, si entran los pacos, yo qué sé, que bailen.

No, en serio, esa sería una buena solución para el mundo. Que la policía, el ejército y los servicios secretos se hicieran de extrema izquierda y que defendieran al pueblo como lo dicen, que lo defendieran de los verdaderos depredadores. Y el rey de España que reconociera, porque tiene estudios, y diría: ¡pues es absurdo que yo sea rey!… Todo ese tipo de cosas sería bonito de ver. Ahora, no creo que las veamos, pero serían bonitas, ja, ja, ja…

Publicidad

Tendencias