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Martine Rothblatt y eternidad digital para un amor después de la muerte: la posibilidad de concebir «un mundo virtual como una segunda vida» CULTURA

Martine Rothblatt y eternidad digital para un amor después de la muerte: la posibilidad de concebir «un mundo virtual como una segunda vida»

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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La abogada, autora y empresaria estadounidense Martine Rothblatt creó la Terasem Foundation con «el fin de preservar las mentes de las personas que están vivas hoy, de tal forma que en el futuro, cuando la inteligencia artificial esté más desarrollada, estas mentes que llamamos de archivos de mentes, que son los reflejos digitales de nuestros pensamientos, se puedan activar con un nuevo software que llamamos ‘mind ware'». «Creo que el amor digital es posible, pero no lo vamos a saber hasta que completemos el experimento que la Fundación está haciendo», indicó en el encuentro de científico e intelectuales que se realiza de forma telemática hasta el jueves.


La abogada, autora y empresaria estadounidense Martine Rothblatt (Chicago, 1954) señaló este martes que el «amor digital» era una posibilidad a partir de mentes preservadas después de la muerte.

Rothblatt realizó sus declaraciones en el marco de una charla magistral del Congreso Futuro, el principal encuentro de científicos e intelectuales de Chile, que se realiza de manera telemática hasta el jueves.

Entre sus múltiples actividades, la mujer creó la Fundación Terasem, cuyo objetivo es lograr la preservación digital de la personalidad como una forma de activar los contenidos de la mente más allá del cuerpos.

Salvar a la hija

La expositora tiene una historia singular y la relató a lo largo de su charla con la conductora del evento, Paloma Ávila.

Rothblatt nació como varón y se cambió de sexo hace dos décadas. Antes se casó y tuvo cuatro hijos. Es abogada, pero se metió en el mundo de la medicina y creó una empresa farmacéutica, United Therapeutics. Ocurrió mientras buscaba una cura a una enfermedad que sufría su hija Jenesis de seis años -hipertensión pulmonar- que le impedía respirar.

Rothblatt recordó que al momento del diagnóstico, en 1996, era poco probable lograr un transplante. La mayoría de los enfermos moría al poco tiempo. Así, desesperada, que se sumergió en la literatura médica hasta hallar un medicamento para salvar a su hija. Y lo encontró: aún no estaba aprobado por las autoridades, pero eso ocurriría luego. Hoy 50 mil personas logran vivir con la enfermedad, muchos más que los 2 mil en la época del diagnóstico.

La situación de Jenesis además lo hizo pensar en el tema de los transplantes, un operación difícil porque los donantes deben cumplir una serie de características. En aquel momento ocurrió la clonación de la oveja Dolly y además estaba en curso la decodificación del ADN, por lo cual Rothblatt se preguntó si era posible combinar ambos hechos para crear órganos humanos.

Hoy el objetivo es específicamente crear pulmones a partir de una muestra de tejido del paciente, mediante células madre.

«Cultivamos esas células en millones de micrones y podemos hacer impresión en 3D de un órgano completo. Es un milagro de la vida que en cualquier célula del cuerpo  uno tiene un diagrama de cómo hacer cualquier otra parte del cuerpo», comentó. «Sólo depende de la tecnología, de la ética y todo el mundo involucrado en la sociedad que podamos estimular esta actividad».

Una historia de amor

Otro proyecto de Rothblatt también tiene que ver con el amor, pero el amor de pareja, y se vincula con la idea de extender la vida más allá de la muerte, específicamente la conciencia, a través de la inteligencia artificial. Ella destaca que el vínculo con su mujer, Bina, lleva 40 años.

«Escuchamos sobre la posibilidad de crear una mente digital y luego comenzamos a pensar, bueno, por qué la inteligencia artificial debería ser algo solamente que esté hecho como algo nuevo, por qué no, de hecho, puede ser una copia de las mentes maravillosas existentes en este planeta Tierra. Tenemos millones de personas maravillosas, abuelitos, tatarabuelos, por qué deberíamos perder el conocimiento y su sabiduría, simplemente porque no sabemos arreglar sus cuerpos», comentó.

Fue así que creó la Fundación Terasem con «el fin de preservar las mentes de las personas que están vivas hoy, de tal forma que en el futuro, cuando la inteligencia artificial esté más desarrollada, estas mentes que llamamos de archivos de mentes, que son los reflejos digitales de nuestros pensamientos, se puedan activar con un nuevo software que llamamos ‘mind ware'».

«De ahí nuestros ancestros pueden volver a la vida, en un formato digital, y pueden compartir con sus descendientes, con sus hijos, nietos, tataranietos, los primos, sobrinos, quien sea, todos los pensamientos y su sabiduría y lo que aprendieron en su vida, entonces es como un regalo para las generaciones futuras. No es para extender su propia vida, sino para darle alguien de ustedes a la próxima generación», aseveró.

Rothblatt incluso va más allá para explorar de que estas «mentes digitales» se puedan seguir amando después de la muerte.

«Si esto es posible en un computador, no lo sé, pero quiero hacer el experimento, porque creo que hay una buena posibilidad de que sí sea posible», al concebir «un mundo virtual como una segunda vida», en lo que se conoce como «second life».

«Creo que el amor digital es posible, pero no lo vamos a saber hasta que completemos el experimento que la Fundación está haciendo», concluyó.

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