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Comunidades Kawésqar y ambientalistas solicitan el retiro de salmoneras de reserva nacional en la Patagonia CULTURA|CIENCIA Crédito Alex Muñoz | National Geographic

Comunidades Kawésqar y ambientalistas solicitan el retiro de salmoneras de reserva nacional en la Patagonia

Un informe, elaborado conjuntamente por las comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar y National Geographic y su iniciativa Pristine Seas destaca las medidas necesarias para salvaguardar la Parque Nacional y Reserva Kawésqar. «Es totalmente contradictorio crear un área protegida y, al mismo tiempo, autorizar actividades que destruyen el ecosistema que está llamado a proteger», afirma Alex Muñoz, director de NatGeo Pristine Seas para América Latina. «Veremos si el gobierno tiene la voluntad de crear áreas protegidas en serio o no. Lo que está claro es que una protección mayor que excluya a la salmonicultura en la reserva nacional Kawésqar es absolutamente necesaria y de importancia para el mundo entero». Por su parte, las Comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar y coautores del informe, señalaron que “la salmonicultura es una amenaza grave al territorio ancestral donde hemos vivido por más de 6000 años. Nosotros somos parte de la tierra y el mar, pero sobre todo del mar, porque nos da el alimento para vivir, nos permite navegar y también porque ahí están los restos y memorias de nuestros antiguos que para nosotros son sagradas. Las salmoneras, con todos los daños que provoca, amenazan una vez más nuestra subsistencia».


Un nuevo informe elaborado conjuntamente por las comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar y National Geographic y su iniciativa Pristine Seas recomienda al Gobierno de Chile no aprobar ninguna nueva solicitud para el cultivo de salmón dentro de la recién creada reserva nacional Kawésqar en la región de Magallanes, Patagonia chilena, y también la remoción de aquellas salmoneras que actualmente operan en esta área protegida.

El informe combinó el conocimiento científico y biocultural recopilado durante dos expediciones a la zona de los fiordos patagónicos que corresponde a territorio ancestral del pueblo Kawésqar o Kawésqar Wæs.

«Nos llamaba la atención que la región de Magallanes tuviera tan poca protección para sus fiordos siendo que es un ecosistema de enorme valor», explica Alex Muñoz, director de National Geographic Pristine Seas para América Latina.

«Veíamos que la industria salmonera se expandía cada vez más hacia esta zona, lo que amenazaría no solo el medioambiente, sino que también un territorio donde han vivido los pueblos Kawésqar y Yagán hace más de seis mil años».

Juan Calderón (Comunidad Yagán Bahía de Mejillones) y Leticia Caro (Comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar). Crédito Alex Muñoz | National Geographic

Las expediciones

La primera expedición, efectuada en febrero y marzo de 2020, incluyó a un equipo de científicos y documentalistas de National Geographic Pristine Seas, las Comunidades Kawésqar para la Defensa del Mar y el pueblo Yagán. Se llevaron a cabo varios estudios científicos utilizando el buceo y cámaras remotas para aguas profundas que registraron hasta 600 m para examinar un ecosistema único y en gran parte inexplorado.

Las Comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar realizaron la segunda expedición entre julio y septiembre de 2020, explorando y recopilando información de su pueblo en una porción de su vasto territorio, aplicando un enfoque biocultural.

Este grupo está conformado por las comunidades Ata’p, Residentes en Rio Primero, Inés Caro, y Grupos Familiares Nómades del Mar.

“La salmonicultura es una amenaza grave al territorio ancestral donde hemos vivido por más de 6000 años. Nosotros somos parte de la tierra y el mar, pero sobre todo del mar, porque nos da el alimento para vivir, nos permite navegar y también porque ahí están los restos y memorias de nuestros antiguos que para nosotros son sagradas. Las salmoneras, con todos los daños que provoca, amenazan una vez más nuestra subsistencia», señalaron las Comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar y coautores del informe.

Crédito: Manu San Félix | National Geographic

Aporte local

Muñoz destaca el aporte de la cultura Kawésqar en la labor.

«Fue tremendamente enriquecedor aprender de la cultura y conocimiento tradicional de este pueblo milenario, así como conocer mejor la violencia que han sufrido desde la llegada de los europeos hasta el establecimiento del Estado chileno».

«Hace 500 años que los pueblos australes como el Yagán, Kawésqar y Selk’nam se les ha sometido a tratos violentos, despojo de tierras e incluso genocidio. Es el momento de detener este maltrato institucional, repararlos, valorar su cultura, su autonomía y respetar el territorio con el que tienen una dependencia vital. Por eso los apoyamos en la protección de su mar», explica.

«Por primera vez pudimos integrar en profundidad el conocimiento científico y la tecnología de National Geographic con el conocimiento ancestral y biocultural de los pueblos originarios. Esta combinación tiene una enorme fuerza y da aún más elementos para justificar la protección del mar que forma parte de su territorio de vida. Cualquiera que lea el informe a que dio lugar este inédito trabajo se da cuenta que se debe proteger el territorio austral en mar y tierra como una unidad y no protegiendo solo la tierra como ocurre ahora».

En el informe científico y biocultural escrito por el equipo de National Geographic y las comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar ambas perspectivas «son igualmente importantes para entender la importancia de esta zona».

«Los Kawésqar tienen un conocimiento incomparable de este mar que les ha dado sustento y por el que han navegado por miles de años. Conocen perfectamente dónde hay que pescar y dónde no, cuáles son las rutas de navegación, y dónde están las colonias de distintas especies. Fueron verdaderos guías para nosotros y su conocimiento fue esencial para comprender bien la importancia del territorio».

Crédito Alex Muñoz | National Geographic

Un paisaje chocante

Muñoz señala que fue chocante ir navegando por «fiordos prístinos» y de pronto encontrarse con enormes salmoneras activas dentro de la reserva nacional Kawésqar.

«Estas grandes jaulas ocupan y obstaculizan zonas de pesca ancestral y navegación de los Kawesqar. Sus grandes jaulas contienen miles de salmones que dejan sus desechos en el fondo marino, junto con los antibióticos y fuertes antiparasitarios que usan en el cultivo de salmones en Chile».

El especialista asegura que en más de 35 años de salmonicultura industrial en Chile, nunca han podido realizar esta actividad sin dañar el medioambiente de manera severa.

«Es cosa de tiempo que lo mismo ocurra dentro de la reserva nacional Kawésqar si siguen instalando salmoneras. Además, las empresas que quieren instalarse dentro de la reserva como Nova Austral tienen un verdadero prontuario ambiental y ya han sido condenadas por adulterar a propósito el fondo marino, dejar el mar sin oxígeno y mentir sobre las mortalidades de peces de sus centros de cultivo. No me explico cómo aún no se les ha cancelado el permiso para funcionar en Chile», critica.

Recomendaciones

Las recomendaciones clave del informe para salvaguardar la naturaleza única e irremplazable del Parque Nacional y Reserva Kawésqar y la integridad biocultural del pueblo Kawésqar incluyen la prohibición de todas las actividades de alto impacto ambiental, especialmente la instalación de nuevos centros de cultivo de salmón dentro de la Reserva Nacional Kawésqar, y definir un plan de cierre y retiro de las salmoneras que están actualmente operando dentro de la reserva nacional.

Agrega que el conocimiento tradicional del pueblo indígena Kawésqar, incluida la importancia de la conexión tierra-mar en la estructuración de las comunidades marinas, está fuertemente respaldado por los hallazgos científicos.

«Es extraordinaria la coincidencia entre la división de las zonas del mar que habían observado los Kawésqar hace miles de años y los resultados de nuestros estudios científicos que comprobaron que dichas observaciones y diferencias en el ecosistema eran acertadas y se basaban principalmente en una gradiente de salinidad y temperatura del agua».

Crédito: Alex Muñoz | National Geographic

Por eso el informe recomienda que las medidas de conservación en esta zona respetan la unidad del territorio ancestral que no reconoce las divisiones entre el mar y la tierra; extender la figura de protección de Parque Nacional a las aguas de la hoy llamada “Reserva nacional Kawèsqar” para conformar un todo vital en equilibrio con el territorio y la actividad cultural; y avanzar a una figura que otorgue incidencia y autonomía en cuanto a las decisiones que se adopten en el territorio respetando nuestro derecho de acceso y uso al mar y a cohabitar el territorio.

Para el director de National Geographic Pristine Seas para América Latina “la reserva nacional Kawesqar tiene un valor ecológico y cultural enorme e irremplazable, pero que hoy está en riesgo porque permite actividades como la salmonicultura que tienen impactos severos y conocidos en el ecosistema. Su prohibición es la única manera darle un futuro a este tesoro natural y humano de importancia mundial”.

Además, recientemente se publicó en la prestigiosa revista científica PLOS ONE un nuevo estudio basado en la misma expedición de National Geographic Pristine Seas. Esta publicación describe cómo el área de la Reserva Nacional Kawesqar es un área de máxima prioridad para la conservación debido a su alto grado de endemismo, fiordos vírgenes, glaciares, bosques lluviosos templados, hábitats oceánicos y el campo de hielo más grande fuera de las regiones polares. Las principales amenazas a corto plazo son el cultivo de salmón y el cambio climático. El estudio también destaca cuán diversos son los hábitats existentes, desde las aguas protegidas alimentadas por extensos sistemas de glaciares hasta las áreas más expuestas del Océano Pacífico.

Crédito: Manu San Félix | National Geographic

El estudio señala que la protección efectiva de esta región no solo es de importancia local, sino también global. Es el tercer reservorio de agua dulce más grande del planeta después de la Antártida y Groenlandia, respectivamente. Proporciona uno de los sistemas interconectados más extensos conocidos de bosques submarinos de macroalgas pardas, además de ser clave en el almacenamiento de CO2, ayudando a mitigar el impacto del cambio climático.

El área protegida es importante por la existencia de especies migratorias y residentes que incluyen ballenas, orcas, delfines, elefantes marinos, leones marinos, aves, peces e invertebrados marinos. También alberga los hábitats más productivos de la región, debido a su alta incorporación de nutrientes del sistema montañoso, glaciares y corrientes oceánicas subantárticas. Al ser un refugio climático importante, apoya el equilibrio ecológico en el hemisferio sur y representa, a su vez, un área clave para salvaguardar nuestra seguridad alimentaria.

«Es totalmente contradictorio crear un área protegida y, al mismo tiempo, autorizar actividades que destruyen el ecosistema que está llamado a proteger», concluyó Muñoz.

«Veremos si el gobierno tiene la voluntad de crear áreas protegidas en serio o no. Lo que está claro es que una protección mayor que excluya a la salmonicultura en la reserva nacional Kawésqar es absolutamente necesaria y de importancia para el mundo entero».

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