La ceremonia estuvo marcada por la música, la poesía y la diversidad lingüística de nuestro país. “Hoy se homenajea en la UC a las mujeres indígenas, a las mujeres mapuche, a nuestras historias y dignidades”, señaló la académica y presidenta de la Convención Constituyente.
El aforo sólo permitía a 50 personas en el Salón de Honor en Casa Central, pero en la virtualidad se sumaron más de 250 espectadores y espectadoras que presenciaron el reconocimiento de la UC hacia Elisa Loncon Antileo, profesora adjunta de la Facultad de Letras, investigadora del Centro de Estudios Indígenas e Interculturales (CIIR) y presidenta de la Convención Constituyente, que en el lugar dio un emotivo discurso.
Esto, en el marco de un nuevo Programa de Interculturalidad en la casa de estudios y la reciente creación de un nuevo Consejo de Interculturalidad UC Consejo de Interculturalidad UC que trabajará por impulsarla. Este programa llevará el nombre de Ceferino Namuncurá, beato y santo popular argentino de origen chileno-mapuche.
“En concordancia con los anhelos de pensar un cambio cultural, tanto a nivel interno de la universidad como también a nivel nacional, nos ha parecido oportuno relevar la interculturalidad, promoviendo una mirada que la valore y la promueva”, señaló el rector Ignacio Sánchez en su discurso inaugural, el viernes pasado.
En sus palabras también destacó que la elección de representantes de los pueblos originarios, con escaños reservados para la Convención Constituyente, instaló de manera crucial la necesidad de considerar cosmovisiones, tradiciones y formas de vida de las primeras naciones al momento de definir nuestra nueva Carta Magna.
La profesora Loncon fue recibida con un homenaje de guitarra clásica —interpretado por el concertista y profesor Luis Castro— y la intervención poético-musical Werkén (“Mensajero”), acompañada de Kultrun, trutruka, trompe e instrumentos clásicos de la compañía KIMVN Teatro. “Toda nuestra fuerza y todo el apoyo de los/as artistas mapuche”, saludó su directora, Paula González.
Este fue solo el inicio de una celebración marcada por la sensibilidad lírica, el plurilingüismo y los sonidos de la naturaleza, conducida por la profesora de poesía chilena e hispanoamericana, Paula Miranda. Luego de la música, se mostró un video con emotivos saludos de representantes de pueblos originarios dedicados a la profesora Loncon:
«Quiero saludarte por el trabajo realizado y también por la ayuda que has brindado para preservar la lengua, tanto en los jóvenes como en los niños. Maururu, Elisa», dijeron en rapanui desde el Consejo de Ancianos de la isla.
“Estaremos contigo hasta el final y esperamos que luches por todos los pueblos originarios y, al final de este proceso gritaremos ¡haylli, haylli! [canto de triunfo]]», saludó en quechua el profesor de esta lengua en Letras UC, Alipio Pacheco.
«Usted redactará una Constitución con palabras de oro y plata», dijo en aymará el director del Instituto de Cultura, Ciencia y Tecnología Andina, Cornelio Chipana. Y agregó en español: «Hemos esperado 529 años para este memorable momento que usted dirige. ¡Jallalla! [Así sea]]».
“Respetada Elisa, no te canses, eres una mujer joven, busca las fuerzas espirituales en lo que no se ve en la tierra», finalizó Carlos Huencho, kimelfe (profesor) normalista de una comunidad cercana a Nueva Imperial.
Junto a estos mensajes, la profesora Loncon recibió otros dos saludos audiovisuales desde La Araucanía: uno, del Premio Nacional de Literatura 2020, Elicura Chihuailaf, y otro, de la poeta y académica del Campus Villarrica UC, María Lara Maripan, quien recitó suavemente: «Y si se van tus sueños / y olvidan la palabra de los abuelos tus labios / a dónde quedan los hijos de la tierra». Con el sonido de los ríos y las aves del sur.
En el evento estuvieron también presentes autoridades UC, los decanos de las facultades de Letras, Educación, Ciencias Sociales y Artes, el equipo del Centro de Estudios Indígenas e Interculturales, el profesor de Psicología UC Roberto González —quien lidera el nuevo Consejo de Interculturalidad UC— además de miembros de la Convención Constituyente, familiares y amigos de la profesora Loncon. «Somos amigas hace mucho tiempo. Abrazamos los mismos sueños. Es muy emocionante este evento, por esta ruptura, estos cambios estructurales. Estamos felices porque las temáticas de plurinacionalidad implican investigar, profundizar y me parece interesante que la UC se abra a estas perspectivas», dijo la educadora Geraldine Abarca Cariman.
La decana de Ciencias Sociales, Mariane Krause, quien estudió en la UC a comienzos de los 80 y ha estado vinculada como académica e investigadora en la universidad desde hace 30 años, señaló: «Tuve la sensación de ser testigo en primera fila del cambio cultural que se está gestando en la UC y en Chile, un cambio que releva a los pueblos originarios, los valoriza y visibiliza. Fue profundamente emocionante y, a la vez, nos recuerda el deber ético y disciplinario que tenemos para acompañar este proceso».
Luego de recordar en imágenes a una joven Loncon colaborando en los 90 en la creación de la Wenufoye (bandera mapuche), la profesora tomó la palabra.
«La historia nos está regalando una oportunidad maravillosa, en general son escasos los momentos donde los diálogos en diversidad tienen un espacio definitorio para edificar lo común. Y en nuestro país, la norma ha sido más bien inversa. Ustedes lo saben, pero siempre es bueno repetirlo, por primera vez en toda la historia de Chile tenemos la posibilidad de construir los marcos de convivencia sobre la base de diálogos profundos y transversales», señaló.
«No es fácil. Conversar en buena fe implica dejar afuera miedos y estereotipos, superar los estigmas que cargamos a diario. Eso muchas veces no solo implica un remezón de la consciencia, sino que también un remezón de los poderes y desigualdades enquistadas en nuestra sociedad.
Para los mapuche los escenarios de escucha han sido muy limitados. Pesan sobre nosotros décadas y siglos de racismo, de inferiorización, de menosprecio».
«¿Será acaso que no tenemos voz? … No».
«¿Será acaso que no siempre hay oídos disponibles? … Probablemente».
«Ahora, imaginen esto mismo, pero para una mujer mapuche. Los espacios para el diálogo son realmente nulos, casi inexistentes. Por ello, en primer lugar, quiero hacer notar la profundidad histórica de este homenaje».
«Este reconocimiento no lo siento solo para mí, sino que es un pequeño acto de reparación por tantos silencios acumulados. Hoy se homenajea en la Pontificia Universidad Católica de Chile a las mujeres indígenas, a las mujeres mapuche, a nuestras historias y dignidades, porque siempre hemos estado presentes en el devenir de nuestros pueblos. Lo seguiremos estando».
«Entonces, que este homenaje permita seguir abriendo diversos liderazgos indígenas en la universidad y en el país».
«Las universidades tienen un papel crucial en las coyunturas actuales. Han sido muy importantes para instalar la Convención Constitucional, por ello aprovecho esta tribuna para agradecerles y pedirles que sigamos trabajando en conjunto», continuó.
«Pero el desafío de las universidades es mucho más grande. Deben estar muy presentes en los cambios culturales que nuestro país reclama y necesita. Las urgencias son múltiples: el cambio climático, la justicia territorial, los encuentros de saberes, los derechos de las mujeres y las disidencias, el rol de los niños y niñas en la sociedad».
«Cada una de estas dificultades, que avizoran desde mi punto de vista un horizonte de equidad y dignidad, representan para algunos, posibles miedos. Las universidades deben trabajar para disipar esos miedos, vencer las distancias, lograr edificar desde el conocimiento una comunidad plural y compleja, abierta a los desafíos del siglo XXI».
«Para ello, debemos construir universidades epistémicamente pluralistas, que reconozcan y trabajen con las diversas formas de producción del conocimiento. El diálogo de saberes es fundamental para enfrentar de mejor manera las urgencias presentes y futuras. El saber, como los pueblos, emerge diverso por el mundo, debemos entonces avanzar hacia la justicia epistémica al interior de la vida universitaria».
«Por cierto, todo esto implica que las instituciones educativas incorporen de manera relevante a actores y profesionales de los pueblos indígenas. El diálogo de saberes solo será posible cuando las relaciones de poder sean modificadas. En un futuro mis hermanos y hermanas no serán solo informantes, no seremos solo objetos de conocimiento, sino que lideraremos centros de estudios y procesos de investigación. Cuando esto pase, por fin hablaremos de la interculturalidad en la universidad, la interculturalidad en la práctica».
«La Convención Constitucional, con todos los matices que pudiese tener, hoy está intentando generar ese dialogo de saberes e historias. No ha sido fácil, hemos tenido que aprender en corto tiempo a desarrollar conversaciones postergadas por siglos».
«Hemos dicho que debemos generar una nueva forma de ser plural, convivir con nuestras diferencias, y expresar la máxima de una democracia madura: que gobiernen las mayorías con respeto a las minorías».
«Además, la Convención tiene algo muy bello. No me dejo sorprender cuando camino por los pasillos del ex congreso, la diversidad allí presente. Ya no se ven solo hombres con sus trajes, sino que es posible observar una multitud de colores y territorios, y una hermosa morenidad que emerge rebosante».
«Sin duda no existe otra institución como la Convención Constitucional en Chile, no con esa gama tan amplia de pluralidades y en paridad entre hombres y mujeres. Y en hora buena, porque eso es precisamente nuestro país, un país de países, una comunidad política plurinacional, diversa, compleja, hermosamente barroca. Unida en su heterogeneidad».
«Por todo ello, debemos proteger la Convención, quererla, un buen resultado de este proceso augura un fortalecimiento de la democracia y de los lazos políticos y culturales que tanto necesitamos. Esto es un deber de toda la ciudadanía».
«Y todo esto hoy lo digo acá, en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Hablo como alguien que, de algún modo, pertenece a esta comunidad. He trabajado en esta Universidad, he pasado lindos momentos con diversos estudiantes, de muchas carreras, quienes han querido aprender de la cultura y la lengua del pueblo mapuche. Hoy los saludo desde esta tribuna».
«Y aprovecho de hacer memoria, de traer a colación la bella historia de la Universidad Católica. Hoy estamos dando un paso importante, caminar hacia la interculturalidad de nuestra comunidad educativa, debemos entonces caminar por tierra ya regada».
«Desde esta Universidad han emergido una decena de religiosos comprometidos con los cambios sociales, Monseñor Carlos Casanueva, el Padre Hurtado, y muy especialmente el Cura Obrero Mariano Puga, quien estudió Arquitectura en este mismo edificio y que luego comprometió su vida entera a los dolores y dignidades de los pueblos».
«Como no recordar además a Fernando Catillo Velasco y al Movimiento Estudiantil de la Reforma Universitaria. O la Escuela de Sociología y Agronomía que acompañaron el proceso de Reforma Agraria. O el CIDU (Centro Interdisciplinario de Estudios Regionales), preocupados desde la década de 1960 en las desigualdades territoriales».
«Y un saludo espacial a todas las compañeras y amigas del 2018 feminista, que han abierto un debate fundamental al interior de la Universidad».
«Los diálogos sobre la interculturalidad se sitúan en esta bella tradición de la UC».
«Finalmente, referirme brevemente sobre el futuro».
«Tengo esperanzas, hay un ánimo dialógico que debemos aprovechar, eso me llena de ilusiones».
«Ayer estuve en el Teatro Municipal con varios de los y las Constituyentes, no se imaginan lo hermoso que se veía repleto de tanta diversidad. Estos hechos creo que avisan ese otro país que estamos gestando».
«Un país donde la paridad y la plurinacionalidad estén presentes en todas las instituciones, en toda la vida social».
«Un país donde todas las lenguas tengan cabida, que sean usadas en los espacios públicos. Eso enriquecerá sin duda a Chile entero. Las lenguas son una oportunidad para habitar pluralmente, que es uno de los grandes desafíos del siglo XXI».
«Y, por último, probablemente una de las urgencias más trascendentales de esta y las próximas generaciones: la crisis socioambiental y el cambio climático. Necesitamos generar una nueva forma de convivencia con la naturaleza, en respeto y reconocimiento mutuo. Debemos avanzar hacia los derechos de la naturaleza. Invito a todos y todas a sumarse en ese gran desafío local y planetario».
«Rector, muchas gracias por este invitación y reconocimiento, y mucho ánimo en el gran desafío que usted tiene, construir los puentes para transformar la Universidad Católica en un espacio intercultural, y desde allí interculturalizar todo el país. Acá tiene mi apoyo y estoy dispuesta a colaborar en esa gran tarea», concluyó.