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Tensión en el espacio: guerra de Ucrania pone en vilo funcionamiento de Estación Espacial Internacional CULTURA|CIENCIA

Tensión en el espacio: guerra de Ucrania pone en vilo funcionamiento de Estación Espacial Internacional

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Para el ingeniero Héctor Gutiérrez, uno de los pocos expertos en satélites del país, la dependencia de Rusia es crítica. «Se estima que es inviable continuar con la operación de ISS sin el apoyo de la ingeniería rusa. La mitad de los sistemas y maquinarias son de procedencia rusa. Hoy dos de seis astronautas son rusos. El módulo inicial es ruso y se siguen usando los cohetes Soyuz y Progress y sus centros de lanzamiento», advirtió. El conflicto de agravó este jueves, cuando la agencia espacial de Rusia anunció que dejará de suministrar motores para cohetes a Estados Unidos, en respuesta a las sanciones occidentales, según dijo el jefe de Roscosmos, Dmitri Rogozin. «En esta situación no podemos seguir suministrando a EE.UU. nuestros motores para cohetes, que son los mejores del mundo, que vuelen en sus escobas o con lo que sea», señaló el ruso. Una de las primeras consecuencias de la guerra fue una declaración de la agencia ESA que ve «improbable» el lanzamiento de ExoMars, una misión a Marte, en 2022. La misión debía estudiar Marte en profundidad y establecer una plataforma rusa en el planeta.


La guerra en Ucrania pone en vilo el funcionamiento de la Estación Espacial Internacional (ISS), iniciada por Estados Unidos y Rusia en 1998. En la estación hay varios astronautas de forma permanente, algunos de los cuales deben volver el 30 de marzo.

Actualmente se encuentran allí el astronauta de la ESA (Agencia Espacial Europea) Matthias Maurer, los astronautas de la NASA Raja Chari, Thomas Marshburn, Kayla Barron y Mark Vande Hei, y dos cosmonautas rusos, Anton Shkaplerov y Pyotr Dubrov.

Además de la NASA y la agencia espacial rusa Roscosmos, la ISS es compartida por sus pares JAXA (Japón), ESA (Europa) y la CSA (Canadá).

Los vehículos de transporte usados regularmente son las naves Soyuz. Además ha habido astronautas de otros países, incluso turistas espaciales, como el millonario Dennis Tito.

No más motores

El conflicto se agravó este jueves, cuando la agencia espacial rusa anunció que dejará de suministrar motores para cohetes a Estados Unidos, en respuesta a las sanciones occidentales, según dijo el jefe de Roscosmos, Dmitri Rogozin.

«Hoy hemos tomado la decisión de cesar las entregas de motores para cohetes producidos por Energomash a Estados Unidos. Permítanme recordarles que este suministro ha sido bastante intenso desde mediados de la década de los 90», afirmó.

«En esta situación no podemos seguir suministrando a Estados Unidos nuestros motores para cohetes, que son los mejores del mundo, que vuelen en sus escobas o con lo que sea», señaló. Rogozin se refería a motores RD-180, como motor principal para el cohete Atlas-5, y el motor RD-181, que es utilizado por la primera etapa del cohete Antares.

Y dijo que también suspenden la asistencia técnica para los motores que ya tiene EE.UU. Además, subrayó que Roscosmos (la Agencia Espacial Federal de Rusia) no cooperará con Alemania en experimentos conjuntos en la Estación Espacial Internacional (EEI).

Rusia clave

El ingeniero Héctor Gutiérrez, uno de los pocos especialistas en satélites en Chile, coincide con el ingeniero aeroespacial Alejandro López Telgie, de la Universidad de Concepción, en que Rusia es clave para el funcionamiento de la ISS.

«En cuanto a la participación de la Federación de Rusia como socio principal de la ISS, las declaraciones del presidente (Joe) Biden respecto a involucrar al área espacial en el conflicto, por supuesto que afectan de manera relevante, vital», alertó Gutiérrez.

«Recordemos que ya en 2021 Rusia había declarado que el 2025 sería el año que se ha fijado para comenzar su propio proyecto de Estación Espacial Internacional. Y, de hecho, ya tiene preparado su primer módulo, el Science Power Module, que en un principio estaba planeado para acoplarse a la actual Estación Espacial Internacional (ISS), si bien será el inicio de su nuevo programa».

López recordó que la Academia de Ciencias de Rusia decidió poner fin a su participación en el proyecto de la Estación Espacial Internacional debido a condiciones técnicas desgastadas y ha optado por construir su propia Estación de Servicio Orbital.

«Ahora, en medio del presente conflicto y las amenazas de lado y lado, respecto a la ISS hacen más crítica la situación, circulando noticias –sin confirmar– de que (el millonario) Elon Musk ofrece salvar a la ISS ante alguna amenaza de Rusia de hacer reingresar descontrolada la ISS a Tierra y en territorios americanos…».

Diego Mardones, astrónomo del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, investigador del Centro de Astrofísica CATA y PhD en Astrofísica de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, en cambio, destaca que la ISS funciona de manera «independiente» a lo que ocurra en la Tierra.

«Habiendo dicho eso, es bien factible que las relaciones entre los astronautas se pongan más complejas, aunque no les envíen instrucciones al respecto desde la Tierra. A mediano plazo, el tema de provisiones puede verse afectado», reconoció.

Dependencia

Para Gutiérrez, la dependencia de Rusia es «crítica».

«Se estima que es inviable continuar con la operación de ISS sin el apoyo de la ingeniería rusa. La mitad de los sistemas y maquinarias son de procedencia rusa. Hoy dos de seis astronautas son rusos. El módulo inicial es ruso y se siguen usando los cohetes Soyuz y Progress y sus centros de lanzamiento», dijo.

López destacó que el Centro Espacial de Guyana en Kourou «desarrolló un tremendo proyecto centro de lanzamiento que incorporó plataformas rusas, para de este modo poder ofrecer una gama completa de lanzamientos a órbitas bajas, medias, y a la geoestacionaria para satélites de comunicaciones. Nuestro satélite FASAT Charlie fue lanzado al espacio en DIC 2011 desde Kourou», señaló.

«Es muy difícil e improbable que los americanos puedan sostener el funcionamiento solos de la ISS, sin el concurso de Rusia», coincide Gutiérrez.

«Es interesante también considerar que China ya está operando su propia estación espacial y se ha escuchado que Rusia se podría acoplar a esta estación», agregó.

Mardones recuerda que desde sus inicios la ISS fue un proyecto colaborativo, «aunque Estados Unidos y Rusia son los principales constructores».

«La dependencia de Rusia en sí es para los cohetes, el combustible que se usa en uno de los módulos rusos, para mantener a la estación en la órbita actual», remató.

Medidas

En cuanto a qué más podría hacer Rusia, López indica que se han conocido noticias –sin confirmar– de que Rusia ya ha retirado personal de Kourou y habría amenazado con restarse de la ISS, «supongo retirando sus cosmonautas y, ¿por que no?, ¡desacoplando sus módulos! Esto por supuesto deja sin efecto todos los acuerdos de cooperación espacial firmados… Pero en la guerra…».

Gutiérrez destaca que la ISS anteriormente no se ha visto afectada por problemas de este tipo, «pero cuando los transbordadores Space Shuttle quedaron fuera de servicio, se constató que la ayuda de Rusia fue fundamental».

«No olvidemos que Rusia fue pionera en el desarrollo espacial global, primeros en casi todo… sin olvidar la estación MIR que reingresó de manera controlada en el océano Pacífico el 23 de marzo de 2001 y después de 13 años de funcionamiento», añade (eran 5 originalmente).

Subraya que no se trata del primer desencuentro de Rusia con los proyectos espaciales internacionales. A mediados de 2020 el propio Rogozin anunció públicamente que Moscú renunciaba a participar en el programa lunar estadounidense Artemis, que contempla el retorno del ser humano a la Luna en 2024, debido a que se había convertido en un «gran proyecto político».

Rogozin aseguró que Rusia se opone a la privatización y explotación comercial de la Luna, como propuso el pasado año el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Es por ello que, en marzo de este año, Rusia y China firmaban un acuerdo para construir su propia estación espacial alrededor del señalado satélite natural.

«En esta nueva Guerra Fría 2.0 que estamos viviendo como resultado del conflicto en Ucrania, la escalada de sanciones y amenazas entre Rusia y Estados Unidos tiene al espacio como uno de los teatros de operaciones principales. Recordemos que el gobierno norteamericano aprobó varias sanciones contra Rusia, incluyendo la prohibición a la NASA de colaborar con este país en cualquier proyecto que no fuese la estación espacial internacional (ISS)», dijo López.

«Por ultimo siempre ha estado en suspenso el término de la vida útil de la ISS, conociéndose diferentes fechas no oficiales. Eso significa que Estados Unidos y sus socios en la ISS deben tener un proyecto de reemplazo con o sin Rusia y China», señaló.

Congelan misión a Marte

Previamente, una de las primeras consecuencias de la guerra fue una declaración de la agencia ESA que ve «improbable» el lanzamiento de ExoMars, una misión a Marte, en 2022. La misión debía estudiar Marte en profundidad y establecer una plataforma rusa en el planeta.

La declaración fue realizada este lunes, tras la reunión de los 22 Estados miembros de la agencia. Inicialmente, la semana pasada había mantenido abierta la cooperación con su par rusa.

El director general de la Agencia, el austríaco Josef Aschbacher, va a estudiar las opciones y preparar una decisión formal que presentar el resto de países miembros.

La ESA, organización intergubernamental gobernada por sus 22 Estados miembros, defendió la red «sólida de cooperación internacional establecida durante las últimas décadas que sirve la comunidad espacial europea y mundial a través de sus exitosos programas».

Sanciones

En un comunicado, informó que está aplicando «plenamente» las sanciones impuestas a Rusia por parte de otros miembros de la agencia.

De momento, están evaluando las consecuencias de los programas en curso en los que hay cooperación con la agencia espacial estatal rusa, Roscosmos, alineando posturas con sus socios industriales e internacionales, en particular con la NASA, en lo que respecta a la Estación Espacial Internacional (ISS).

«Lamentamos las pérdidas humanas y las trágicas consecuencias de la guerra en Ucrania. Damos prioridad absoluta a tomar las decisiones adecuadas, no solo por el personal implicado en los programas, sino dentro del respeto total a los valores europeos que han dado forma a nuestra cooperación internacional», añadió la ESA en su nota.

Las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania, iniciada el pasado jueves, suponen restricciones a la exportación de alta tecnología con la intención de debilitar sus sectores estratégicos, incluido el militar y su industria aeroespacial o su capacidad de construir barcos.

Amenaza rusa

El viernes pasado, hace una semana, la NASA subrayó que seguía trabajando con sus socios internacionales, incluida Roscosmos, para continuar con las operaciones que desarrolla la ISS.

Así lo apuntó el administrador de la NASA, Bill Nelson, en un comunicado remitido a EFE en el que añadió que las medidas de control a las exportaciones rusas –tomadas tras la invasión a Ucrania– «seguirán permitiendo la cooperación espacial» entre ambos países.

«No se esperan cambios sobre el apoyo de la agencia en las operaciones que se están desarrollando en el espacio y en tierra», añadió el comunicado.

El director de Roscosmos, Dmitri Rogozin, había puesto en duda el futuro de la ISS tras el anuncio del presidente estadounidense, Joe Biden, de restringir las exportaciones de alta tecnología a Rusia para debilitar sus sectores estratégicos, incluido el militar.

«Si bloquea la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la ISS de una salida de órbita descontrolada y una caída en Estados Unidos o… en Europa?», apuntó el director de Roscosmos en Twitter.

En cuanto a la campaña de lanzamiento de la misión Soyuz, de la que Roscosmos ha anunciado su decisión de retirar su personal del puerto de acceso al espacio de la ESA en la Guayana Francesa, van a evaluar los sistemas de lanzamiento en funcionamiento y los próximos lanzadores (Vega-C y Ariane 6, de fabricación europea) para ver cuál es el más adecuado para las cargas que se llevarán al espacio.

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