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La Conferencia sobre los Océanos de Lisboa: los desafíos globales para proteger los mares CULTURA|OPINIÓN Créditos Imagen: Frontera Azul, Eduardo Sorensen

La Conferencia sobre los Océanos de Lisboa: los desafíos globales para proteger los mares

Esta cita mundial, que terminó el viernes, buscó dar cuenta de los avances, y lanzar nuevas iniciativas destinadas a dar cumplimento al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14, de la agenda de desarrollo sostenible de la 2030. Se llama “vida submarina” e incluye 10 metas que son compromisos obligatorios para los estados miembros de la ONU.


La conferencia, que culminó el viernes pasado, partió bien. Fue procedida por un significativo avance de la meta 14.6. Los 164 estados miembros de la OMC llegaron en Ginebra hace dos semanas a un acuerdo significativo para prohibir los subsidios a la pesca que generan pesca ilegal y que fomentan la actividad pesquera en recursos sobre explotados. El acuerdo cuenta con un mecanismo de transparencia, de notificaciones y un comité a cargo. La OMC demoró 20 años en alcanzar este consenso.

Peter Thomson, enviado especial de la ONU para los océanos, celebró el acuerdo, y destacó que “la vida del océano no puede esperar otros 20 años para que este acuerdo entre en vigencia, por eso los miembros deben ratificarlo pronto”.

La conferencia se organizó en un plenario con eventos oficiales y paralelos, tanto dentro como fuera del recinto. Más de 12 mil delegados de gobiernos, organismos internacionales, ONGs fundaciones y empresas, se dieron cita en Portugal para evaluar los avances en la implementación de las metas del OSD 14, y lanzar también nuevas propuestas y proyectos. Lograr la recuperación del océano -ha dicho la ciencia a través de numerosos y reiterados estudios, requiere al menos de la protección del 30% del océano de aquí al 2030 -es decir en solo 8 años más.

Los países líderes de todas las regiones del orbe están haciendo su contribución. Colombia, por ejemplo, dio cuenta a través del propio presidente Iván Duque en Lisboa, que después de Chile (42% de sus ZEE con algún grado de protección) Colombia ha alcanzado este 2022 y después de pocos años el 30% de protección. Un trabajo de sus equipos ambientales, con un fuerte apoyo y colaboración de varias fundaciones y ONGs tales como Mission Blue.

A ello se suma los avances regionales en la implementación efectiva con importante financiamiento internacional de filántropos del denominado CEMAR, el Corredor Marino de Conservación del Pacifico Este Tropical que busca proteger la biodiversidad y asegurar el uso sostenible de esa parte del océano Pacifico y que considera unir las áreas protegidas de Malpelo, Gorgona, Coiba, Galápagos y Cocos, liderado por Ecuador, Costa Rica Panamá y Colombia, confirmando así una extensa red de aéreas marinas protegidas y con ello, que la cooperación regional es clave en esta tarea. Uruguay y República Dominicana también se comprometieron a incrementar en el futuro cercano más protección de sus aguas.

Chile, por su parte, participó con una nutrida delegación público-privada y de la sociedad civil, liderada los primeros días por la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Ximena Fuentes, y después por la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas. Ambas autoridades debutaron en sus cargos en reuniones de la ONU. Chile dio a conocer y puso en operación practica la Coalición de las Américas para Protección del Océano Pacifico, cuya declaración fue lanzada hace algunas semanas atrás por el presidente Gabriel Boric en la Cumbre de las Américas en Estados Unidos, y en la cual 8 países del Pacífico trabajaran coordinadamente para incrementar la protección y mejorar la coordinación en la implementación de las áreas marinas protegidas.

Para el senador Ricardo Lagos, de la región costera de Valparaíso, el único parlamentario chileno presente en la conferencia, «Chile ha tenido una buena participación, se reconocen sus credenciales en el tema, y además nuestro país ha traído nuevas ideas y compromisos; como la definitiva creación del parque marino costero en el Golfo Corcovado, que fue confirmado por la ministra Maisa Rojas en el plenario».

«A mi juicio, además la conferencia ha servido para confirmar que, seguimos necesitando del multilateralismo para solucionar los grandes problemas de la humanidad y las amenazas que en este caso particular enfrenta el océano; las negociaciones internacionales que vienen este 2022; sobre el acuerdo de alta mar o como lo llaman ‘BBNJ’; las nuevas metas de la CBD, el ’30×30′; el reciente acuerdo en subsidios, la propuesta innovadora y audaz de Chile para crear la primera AMP de la alta mar en la cordillera de Nazca, o la moratoria a la minería submarina por 15 años que propone Chile, son un claro ejemplo de cuanto necesitamos del multilateralismo en sus diferentes niveles”, concluyó el senador.

La cuestión compleja que se enfrenta es que son solo algunos países los que lideran, mientras otros tantos guardan silencio como China, o no están presente, o aún estándolo, tienen muy pocos avances.

“Ahora es necesario más que nunca que la comunidad internacional y sus lideres; gobiernos, políticos, organizaciones públicas y privadas, acudan con el financiamiento y la voluntad política para cooperar a todo nivel, con un gran enfoque en respetar a las comunidades costeras. Hay que seguir presionado y cooperando con los gobiernos que no priorizan el tema del océano y que por ello están muy atrasados”, dijo Cristian Laborda, consultor de una ONG internacional.

Son muchas las áreas en las que se está avanzando, pero aún queda mucho por hacer. Sin embargo, los esfuerzos que se están llevando a cabo de manera global regional y local dan esperanza y minimizan la frustración. “Todos somos nuevos para el océano y por lo tanto, nuestras acciones y políticas que buscan protégelo, son también nuevas. El océano ha estado allí por miles de años”, dice la reconocida científica y activista del océano Sylvia Earle, que les habla con decisión y enorme energía a los gobiernos, en un evento de los Blueleaders, plataforma de varios países -Chile participa- que busca impulsar mayor protección global.

Lisboa resultó ser una importante y sustantiva reunión, sobre todos para América Latina. No cabe duda de que aún falta mucho por hacer, y la pregunta sigue estando presente. ¿Seremos capaces de revertir a tiempo la crítica situación del océano?,  y con ello terminar con la contaminación por plástico, lograr una pesca verdaderamente sostenible, mantener la Antártica como un reservorio de vida, proteger los bosques de algas en la Patagonia, verdadero Amazonas marino de Chile.

La respuesta está en manos de todos los actores: locales y mundiales, pero también en el lector de esta columna, en las políticas que se adopten, en la implementación de estas, en el cambio cultural que se impulse. La vida marina no es cuestión de futuro, es total presente. Para lo que sí hay respuesta, es para confirmar lo que sí se ha logrado a tiempo. Y es que en Portugal y una ciudad como Lisboa, con una rica gastronomía, ha quedado demostrado que en el concierto internacional, el océano nunca más será el acompañamiento de la cena, sino que el plato principal.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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