en un evento organizado por el banco Santander en Madrid, el presidente de la Confederación de Producción y del Comercio de Chile auguró un buen futuro para el país, pero criticó el presente económico debido a que Sebastián Piñera generó muchas expectativas cuando llegó, las que no ha podido reflejar el propuestas y proyectos de ley.
A las 4 de la mañana de Chile, mientras todos los ciudadanos dormían, el presidente de la CPC, Alfonso Swett, se encontraba en Madrid, España, hablando con periodistas latinoamericanos. Su objetivo: describir ante el extranjero los desafíos y oportunidades del país.
Su discurso era benevolente con el país, resaltando que nunca estuvo tan bien posicionado para la cuarta revolución industrial, con ventajas competitivas en cobre, litio y energía. Eso era con vistas al futuro. Cuando le tocó hablar del presente, su semblante cambió. Ahí destrozó el estado actual de la economía local, la que se vio frenada por el deterioro de las expectativas: «En economía sabemos que, si la expectativa no lo es todo, es casi todo».
«En la CPC me han venido a ver los últimos meses a lo menos diez empresas internacionales y su pregunta es: ¿cuándo vamos a tener certeza jurídica en Chile para invertir?», señaló. Esta certeza jurídica que inquieta a los empresarios es la norma sobre gastos rechazados y la forma en que han fallado los tribunales tributarios.
De acuerdo a Swett, la responsabilidad de esta incertidumbre es el Gobierno: «Cuando un país falla, fallamos todos. Sin excepción. Aquí hemos fallado todos en el daño de expectativas: sector privado, gobierno, Congreso, políticos. Teníamos una tremenda oportunidad y no estuvimos a la altura. Pero todavía tenemos mucho por delante». La cuenta pública, que se realiza este sábado, es vital para esto según Swett, ya que Sebastián Piñera les prometió «una sorpresa».
Hablando de Piñera, dijo que llegó con una cargada agenda económica que generaba muchas expectativas, pero que se encontró con que no tiene mayorías en el Congreso, por lo que sus reformas se han estancado, dañando precisamente estas expectativas.
«Nos encontramos con una parte de la oposición, no toda, en una agenda obstruccionista», dijo en un evento organizado por el banco Santander en Madrid.
Según Swett, el ejecutor de esta estrategia obstruccionista es el Partido Socialista: «Está obstruyendo todo, diciendo a todo que no. No se da cuenta que no está trabajando para el PS, está trabajando para el Frente Amplio», apuntó.
«Nos hemos polarizado, aquí hay errores de lado y lado. Los adjetivos nos están complicando. Estamos usando adjetivos que nos distancian, que nos ponen barreras. El proceso de estas reformas no ha sido bien llevado», sentenció.
Swett también tuvo palabras para la expresidenta y actual Alta Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, apuntando a las reformas tributaria y laboral de su gobierno.
La primera, recordó, pretendía recaudar 3% del PIB y terminó consiguiendo 1,5% del PIB. “Nos perdimos en cuatro años por recaudación por crecimiento, casi US$ 10 mil millones. Esta fiesta costó US$ 10.000 millones. Esta fiesta nos hizo retroceder siete puestos en el ranking de competitividad que acabamos de conocer”, dijo.
La reforma tributaria, según él, explica la baja del puesto 26 al 50 en el ítem de eficiencia de negocios. “¿Por qué Chile desciende del lugar 16 al lugar 35 en los temas laborales? Tiene que ver con la reforma de la Presidenta Bachelet”, insistió.