El artículo, escrito por el corresponsal John Bartlett, entrevista a la epidemióloga integrante del Consejo Asesor, Ximena Aguilera, quien reconoce que las autoridades perdieron una «oportunidad temprana» de frenar el avance del coronavirus.
«Demasiado confiado». Así calificó un reportaje del The Washington Post al Gobierno de Chile y a su manejo de la pandemia del Covid-19, y plantea que su «caótica» estrategia de comunicación ha «socavado» su respuesta.
El artículo, escrito por el corresponsal John Bartlett, entrevista a la epidemióloga integrante del Consejo Asesor, Ximena Aguilera, quien reconoce que las autoridades perdieron una «oportunidad temprana» de frenar el avance del coronavirus.
«El Gobierno perdió una oportunidad temprana cuando no hicieron lo suficiente para rastrear el contagio o aislar a los viajeros que regresaban en los suburbios más ricos del noreste, y luego relajaron los bloqueos demasiado rápido», dijo Aguilera al Post.
«La apuesta era que podrían detener la propagación temprana del virus, pero la estrategia se centró desproporcionadamente en la atención hospitalaria, cuando el aspecto social es igual de importante», agregó.
El reportaje del Post recuerda las palabras del Presidente Sebastián Piñera, cuando dijo que Chile estaba «mucho mejor preparado que Italia». También recuerda la frase de la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, quien dijo que uno podía salir «a tomar un café».
«Después de confinar a la población, reforzar los hospitales y realizar pruebas agresivamente, parecía que al país le estaba yendo bien contra la pandemia», continúa el reportaje.
«Los primeros casos se concentraron en un grupo demográfico más joven en las áreas más ricas de Santiago, manteniendo las hospitalizaciones y muertes relativamente bajas y llevando a los funcionarios a creer que el brote estaba contenido. Pero el movimiento de trabajadores por la capital pronto llevó el virus a los barrios más pobres y superpoblados. El enfoque de imponer y levantar bloqueos ‘dinámicos’ por área no tuvo éxito», rememora.
«Chile ha mantenido niveles comparativamente altos de test. Pero la impopularidad de Piñera después de las protestas del otoño pasado (de la primavera en el hemisferio sur) y una estrategia de comunicación caótica durante el brote han socavado la respuesta del Gobierno», finalizan.