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Gastos e ingresos del Gobierno: ¿Cómo afectan nuestros bolsillos? PATROCINADO Crédito: Getty Images

Gastos e ingresos del Gobierno: ¿Cómo afectan nuestros bolsillos?

Actualmente, luego de dos años de una política fiscal expansiva en Chile (y en el resto del mundo) ha llegado el momento de “ajustarse los cinturones” ante proyecciones de un menor crecimiento económico. Para asegurar estabilidad y prosperidad de mediano y largo plazo y lograr que baje la inflación, los gastos del gobierno se tendrán que ajustar a menores ingresos (menor crecimiento, menores ingresos por impuestos) y mantener la deuda bajo control.


Las grandes “categorías” de la política económica son (1) la política fiscal y (2) la política monetaria; esta última la abordamos en nuestra anterior columna del mes pasado en cuanto al rol que desempeña el banco central, entidad que usualmente se hace cargo de ella.

Por otro lado, la política fiscal se refiere al gasto del gobierno y a sus ingresos (la mayoría provenientes de los impuestos). En ciclos de bajo crecimiento económico o eventos como el shock que ha sido la pandemia, se aumenta el gasto y se implementan beneficios en impuestos (tributarios), para apoyar una recuperación y dar alivio financiero a la población. Esto es lo que se llama política fiscal expansiva. Sin embargo, ello debe ser en una medida y por un tiempo adecuado, ya que, de otro modo, puede generar exceso de gasto, más allá de las necesidades, y producir inflación, lo que termina regresando como un boomerang y genera los efectos contrarios a su objetivo, más bien perjudicando a las personas y empresas. Además, que como cualquier hogar el gobierno tiene un presupuesto limitado, así como la capacidad de endeudarse.

De ahí que la salud financiera del gobierno es imprescindible para la estabilidad económica. En otros casos, es necesario aplicar una política fiscal restrictiva, que implica un menor gasto y, de ser necesario, subir los impuestos. Si bien en el corto plazo ello lleva a un menor crecimiento, también devuelve el equilibrio a las finanzas del país.

El gasto del gobierno es necesario para lograr objetivos de crecimiento económico y bienestar; no obstante, en qué se gasta es clave para que se logren dichos objetivos. El gasto fiscal irresponsable puede llevar a la quiebra de la economía, lo que arrastra a las personas consigo. Tal como en el caso de una familia, el gasto debe ser proporcional a los ingresos. Los ingresos provenientes de impuestos son clave; sin embargo, para que los impuestos a cobrar asciendan a los montos necesarios, se debe, a la vez, estimular el empleo (y por tanto el crecimiento), lo que a su vez depende de mantener dinámica y eficiente la actividad de las empresas.

Actualmente, luego de dos años de una política fiscal expansiva en Chile (y en el resto del mundo) ha llegado el momento de “ajustarse los cinturones” ante proyecciones de un menor crecimiento económico. Para asegurar estabilidad y prosperidad de mediano y largo plazo y lograr que baje la inflación, los gastos del gobierno se tendrán que ajustar a menores ingresos (menor crecimiento, menores ingresos por impuestos) y mantener la deuda bajo control.

En este escenario, y más que nunca, las personas debieran focalizarse en ahorrar/invertir lo que sea posible para, así como el país, cuidar la estabilidad de nuestras finanzas familiares en el largo plazo.

Colaboración de Compass Group para Coopeuch Inversiones

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