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Bárbara Riveros: “Cuando enfrenté a mi padre, tomé el mando de mi carrera deportiva” Outdoor

Bárbara Riveros: “Cuando enfrenté a mi padre, tomé el mando de mi carrera deportiva”

Radicada en Australia, la triatleta nacional conversó sobre las decisiones que han marcado su exitosa carrera deportiva.


Bárbara Riveros vive en Australia desde el año 2012, cuando decidió radicarse de manera definitiva para crecer profesionalmente en el triatlón. Pero en conversación con #EsDeporteRadio, la deportista Proddar destacó que el punto de inflexión de su carrera fueron los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

La mejor triatleta chilena de la historia recalca que “en busca de un cupo olímpico, volvía lesionada desde Australia y recuerdo que mi padre me dijo que hiciera esa última carrera por él; era el Panamericano de México, quería que lo diera todo, y le dije que no, que esta vez lo haría por mí. Ese minuto fue bastante fuerte. Le dije que tomaría las riendas y quería ver hasta dónde podía llegar”.

“Mi entrenador me dijo: ‘¿cómo vas a correr si estás lesionada? Tú, mentalmente, no puedes seguir pensando de forma mediocre. Así nunca vas a alcanzar tu potencial. Tú tienes que concentrarte en mejorar tu tiempo. Deja esa mentalidad de hacer las cosas solo porque tienes que hacerlo’. Esa fue la primera vez que enfrenté a mi padre y le dije que no iría”, agrega.

Tras este episodio, Beijing sería “su” objetivo. “Debía ganarle el cupo a las mexicanas, quienes eran mis competidoras directas. Ellas eran cinco 5 y yo representaba a Chile sola. Competí y logré mi objetivo, pero no fue fácil, fueron verdaderas batallas las que tuve que pasar. En el Triatlón, cada carrera se vive como una batalla, donde tienes que dar todo”, precisa Riveros.

Sobre su desarrollo deportivo, la «Chicka» contó que “si yo no me hubiese venido a entrenar a Australia tal vez me hubiese retirado. ¿Por qué? Porque mi padre se involucraba mucho, opinaba en temas que no le correspondían. Ellos vibran mucho, son muy emocionales. Lo mismo pasa con algunos entrenadores, cuando son muy emocionales y ya no aportan al desarrollo profesional del deportista, porque a veces juegan con los sentimientos del atleta. De verdad, lo manipulan para mantenerlos a su lado y eso se transforma en una relación enfermiza que no corresponde”.

Tal vez por lo mismo, Riveros comentó que una vez que deje de competir le gustaría entregar su experiencia de vida, pero no entrenar.

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