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José de Gregorio y el modelo: «Tiene que hacer un giro pro inclusión ya que la economía chilena necesita legitimidad»

José de Gregorio y el modelo: «Tiene que hacer un giro pro inclusión ya que la economía chilena necesita legitimidad»

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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El ex presidente del Banco Central dice que la reforma educacional es más urgente que una previsional. Advierte contra el populismo, afirmando que los logros de los últimos años son excepcionales y hay que cuidarlos.


El marco no podría haber sido más conservador: el Club de La Unión, bastión de la aristocracia criolla.

La audiencia y el tema tampoco auguraban una presentación polémica. Mal que mal era el colegio de Ingenieros y el título de su presentación era «La Economía Global y Chile, Desafíos y Perspectivas». Pero José de Gregorio, uno de los tecnócratas estrellas de la Concertación, dio la sorpresa y terminó remeciendo a la audiencia, sugiriendo que el modelo que él ayudó a construir necesita cambios. «Las políticas públicas tienen que hacer un giro pro inclusión, ya que la economía chilena necesita legitimidad».

Comenzó con su sombrero de economista estrella, pero terminó con el de político. No hay que olvidar que de Gregorio, además de haber sido presidente del Banco Central, fue ministro de tres carteras durante el gobierno de Ricardo Lagos y un destacado miembro de la Democracia Cristiana.

«El crecimiento y los logros de los últimos años son excepcionales en la historia de Chile en todo tipo de ámbitos», resaltó en su presentación. «Esos logros hay que cuidarlos. La primera fase fue buena, hay que mantenerla, pero tal vesz ahora es tiempo de dar un giro y enfocarse en inclusión social y equidad, ya que sin ellos el modelo pierde legitimidad. Hay que cuidar la economía de libre mercado».

«Se viene la fase difícil. Ha habido un cambio en percepción de las necesidades del país», enfatizó, advirtiendo que Chile tiene que buscar su propio camino al desarrollo, así como hay un desafío enorme en materia de educación. Hizo hincapié, por otra parte, de que el Estado tiene que enfocarse en que haya más competencia y respeto al consumidor. «Queremos que a todos les vaya bien, que más gente se beneficie del sistema», explicó el economista de MIT.

Asimismo llamó a preocuparse con fuerza del populismo y el eslogan. En su opinión el reto para el gobierno es cómo hacer algo «sostenible» con buenas políticas públicas. «Es una transición compleja. El escenario está dominado por grupos de interés que impiden hacer reformas. Nadie quiere tener nada cerca pero todos quiere luz».

De Gregorio se mostró escéptico acerca de una asamblea constituyente y otras propuestas como expropiar el agua, «¿para qué?».

Señaló que hay espacio para hacer una reforma tributaria, pero hay que hacerla con cuidado. «No podemos tener niveles de tributación de la OCDE porque tenemos menos gente que tributa». Aunque, dijo que hay que ser realista porque va afectar el crecimiento y hay que tratar «que sea lo mínimo». Advirtió que antes de eliminar el FUT hay que ver cuáles son las alternativas. «Ha existido abuso con instrumentos tributarios que tenían buenas intenciones», explicó.

En su opinión, una reforma previsional no es urgente. Es algo complejo, pues «las expectativas de vida han subido y es un gran problema financiarlo, pero no se resuelve con volver al sistema de reparto». Su receta es mayores cotizaciones, más tiempo trabajando y menores costos del sistema. «Hay que incentivar que la gente se retire más tarde. En un sistema de reparto, si otro paga no hay incentivo para seguir trabajando», explicó. Destacó el éxito que ha tenido el sistema de licitación de cotizantes en bajar los costos.

Para de Gregorio más urgente que el tema de las pensiones es el de la educación, en particular, la superior. Argumentó que el foco por el momento no debería ser la gratuidad: «Más importante es el tema de calidad, cómo mejorarla, la duración de carreras».

El ex presidente del Banco Central manifestó no estar preocupado por lo que está pasando en la economía. A su parecer, la desaceleración es algo bueno ya que permitirá que la economía vuelva a crecer a ritmos más sustentables, cercanos a su potencial. Considera asimismo que no hay que sobrerreaccionar a una caída del precio del cobre y destacó los logros en productividad —algunos no medidos— de los últimos años.

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