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Ahora se viene el “test” si Chile está verdaderamente preparado para enfrentar una crisis

Ahora se viene el “test” si Chile está verdaderamente preparado para enfrentar una crisis

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Ayer, US$2.7 trillones se evaporaron de los mercados globales, golpeando con fuerza el precio del cobre y el peso chileno. La artillería que tiene Hacienda son los fondos soberanos por US$ 26.000 millones y el Banco Central posee reservas por US$ 40.000 millones. Bancos y empresas chilenas que emitieron deuda en dólares son vulnerables al nuevo escenario y el BC lo advirtió en su último IEF. AFP cuentan sus pérdidas.


Fue un lunes para olvidar y que hizo que muchos inversionistas recordaran los peores días de la crisis financiera del 2008/2009.

Mercados alrededor del mundo se desplomaron ante el temor de que el crecimiento de China se desacelere más rápido de lo previsto, mientras la Reserva Federal estadounidense se dispone a subir las tasas de interés.

Ayer, US$2.7 trillones se evaporaron de los mercados globales y desde el primero de agosto las pérdidas suman más de US$5 trillones.

El tsunami que azotó a los mercados mundiales golpeó con fuerza a Chile, donde la Bolsa tuvo su peor jornada en más de dos años y completó su décima baja consecutiva.

El IPSA retrocedió 2,77% hasta los 3.615,99 puntos, mientras que el IGPA perdió 2,11% hasta 17.725,56 unidades. Se trata de la mayor caída diaria del IPSA desde el 20 de junio de 2013, jornada en que retrocedió 3,05%.

El precio del cobre, el principal activo de la economía chilena, se desplomó. El contrato a futuro cerró con pérdidas de más de 3% –aunque esta mañana se recuperaba– y el precio contado a tres meses quedó en US$ 2,21 la libra, según la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco). Ese precio está por debajo del costo promedio de producción de la gran minería y que promedia los US$ 2,24.

El desplome del cobre salpicó al peso, que cayó con fuerza, cruzando la barrera de los 700 frente al dólar. El principal índice de monedas latinoamericanas declinó al menor nivel desde por lo menos 1992, en tanto el real brasileño y el peso chileno caían a los niveles más bajos en 12 años.

La caída del precio del cobre pone tremenda presión al fisco, ya que significa un fuerte impacto sobre los ingresos fiscales en momentos en que Hacienda enfrenta un escenario complejo. Y el peso en caída libre es una amenaza inflacionaria no menor y que pone presión sobre el Banco Central que debe balancear su mandato de no dejar que la inflación se dispare y al mismo tiempo mantener una política monetaria expansiva, para darle una mano a Rodrigo Valdés en Hacienda en sus esfuerzos de hacer repuntar el crecimiento.

Chile está preparado

La posición oficial del Gobierno es que Chile tiene las herramientas para enfrentar la crisis.

El ministro de Hacienda aseguró ayer que Chile «está muy bien preparado» para hacer frente a los embates de la volatilidad económica.

«Chile es un alumno aventajado en este tipo de situaciones», afirmó, agregando que “estamos en un proceso de mucha volatilidad externa y esto es un viento en contra para la economía, pero Chile es un país que está muy bien preparado para esto», insistió el ministro.

Valdés dijo que Chile tiene «una economía sana, sin déficit externo» y un «mercado financiero muy sólido», además de «una amplia liquidez”.

Y añadió que Chile cuenta con «una institucionalidad que permite que el tipo de cambio se mueva y gracias a eso la economía se adapta a estas nuevas condiciones».

 La artillería que tiene Hacienda son los fondos soberanos por US$ 26.000 millones y el Banco Central posee reservas por US$ 40.000 millones.

Valdés se refirió a eso en sus declaraciones: «El Banco Central flota el tipo de cambio, pero además tiene reservas por 40.000 millones de dólares, el fisco tiene fondos soberanos por montos cercanos a 26.000 millones, y al final son fondos de reserva a los que se puede echar mano si la situación se mantiene muy volátil”.

Mario Marcel, que ayer fue nominado para reemplazar a Enrique Marshall como consejero del Banco Central y que es el candidato favorito para ser el próximo presidente del ente emisor, también destacó la solidez de la economía chilena.

Dijo que eso se reflejaba en que la baja de la Bolsa local ha sido menor a la de sus pares. «Este es un reconocimiento a la capacidad de reacción y adaptación de la economía chilena”.

Los puntos vulnerables

Pero el optimismo de Marcel y Valdés no significa que no haya nubes negras en el horizonte y que la economía chilena esté en una situación más vulnerable de lo que quizás quieren reconocer en público.

Para empezar, el hecho de que casi el 40% de las exportaciones chilenas tenga como destino China es motivo de preocupación. Chile ya experimenta una caída de los ingresos por exportaciones conforme caen los precios del cobre.

Otro factor de riesgo es que bancos y empresas chilenas que emitieron deuda en dólares están entre los más vulnerables al nuevo escenario.

Cuando el dólar estaba barato y las tasas en Estados Unidos era casi cero, un número no menor de bancos y empresas chilenas emitieran bonos afuera. También se aprovecharon del hecho de que Chile tiene la nota crediticia más alta de la región.

Ahora con la crisis en China, sumada a que el peso se desploma y que la Fed se prepara a aumentar las tasas, pagar esa deuda se hace más costoso.

“La mayoría de los que emitieron deuda afuera se cubren con instrumentos de derivados para no exponerse a las fluctuaciones del tipo de cambio, pero dudo que los contratos de cobertura contemplaba que el peso se desplomara a estos niveles”, dice una fuente del sector financiero que trabajó por años en Wall Street. Agrega que eso significa que las empresas, que tienen sus ingresos en pesos, necesitan cada vez más para pagar los bonos que emitieron en dólares.

De acuerdo a datos de Bloomberg, Chile es la segunda economía más expuesta entre una lista de mercados emergentes, si se mide la deuda corporativa y soberana como proporción del Producto Interno Bruto.

El Banco Central de Chile en sus Informe de Estabilidad Financiera (IEF) de este año hizo hincapié en que los bancos grandes dependían en mayor grado que el resto de la industria en la emisión de bonos externos para su financiamiento.

El informe mantuvo una nota de cautela acerca de la situación del sector corporativo. “Su endeudamiento, medido sobre PIB, alcanzó 114%, al cierre del 2014. El incremento provino principalmente del aumento de la deuda externa y la depreciación del peso”, dice el documento.

Agrega que “los indicadores de fortaleza financiera de las firmas que reportan a la SVS siguen en niveles similares a los reportados en IEF anteriores, pero inferiores a los promedios históricos. Ello da cuenta de una menor resiliencia del sector ante la posibilidad de un entorno macroeconómico menos favorable”.

El BC advirtió en ese informe que “la permanencia de condiciones globales de financiamiento muy favorables puede incubar vulnerabilidades que se manifiesten ante una normalización de tales condiciones. Ello tendría un impacto significativo en los mercados financieros globales, en particular en las economías emergentes, cuyas perspectivas de crecimiento se han venido deteriorando”.

Y afirma que aunque Chile mantiene una situación de solvencia y liquidez externa adecuada para enfrentar escenarios de estrés financiero internacional, “esta no lo aísla de tales desarrollos y sus efectos”.

El informe destaca que Chile se encuentra en una posición de solvencia externa favorable con respecto a otras economías emergentes, pero advierte que “la prociclicidad en el comportamiento de los administradores de fondos es un riesgo para las economías emergentes, dado que han absorbido una parte importante de las emisiones en el exterior”, como es el caso de los bonos emitidos por empresas y bancos chilenos.

Explica que “cambios repentinos de asignación de sus portafolios (search for safety) pueden impactar los flujos de capitales”.

Dice que aunque actualmente la tenencia observada de bonos chilenos emitidos en el exterior está en parte importante en portafolios de compañías de seguros, “esta ha disminuido en los últimos años, lo que podría sugerir una orientación hacia inversionistas con estrategias de inversión más opacas, como por ejemplo, hedge-funds”.

Con respecto al riesgo de una desaceleración más intensa de China y de otros emergentes, el informe del Banco Central alertó también sobre la exposición a la crisis brasileña como parte del “significativo deterioro de las perspectivas de expansión para América Latina”.

Advierte que Chile “está expuesto tanto a un contagio real como financiero. Aun cuando Chile mantiene acotados vínculos comerciales, las inversiones directas de empresas chilenas en la región, como Brasil, han aumentado sustantivamente en los últimos años”.

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