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José Antonio Guzmán: «El empresariado reaccionó tarde ante los cambios que pedía la sociedad y ahora estamos pagando las consecuencias”

José Antonio Guzmán: «El empresariado reaccionó tarde ante los cambios que pedía la sociedad y ahora estamos pagando las consecuencias”

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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El ex presidente de AFP Habitat y emblemático dirigente gremial señala que el resultado del clima crispado es que tenemos un Gobierno “que no sabe para dónde va y que ha generado una alta desconfianza”. El empresario de la construcción sostiene que hay un crisis de legitimidad de todas las instituciones y afirma que los escándalos del financiamiento irregular a la política han hecho que la gente perciba que el sistema está cooptado.


José Antonio Guzmán ha jugado un rol clave en el último tiempo para que la industria comience a adecuarse al nuevo contexto político y económico del país.

El ex presidente de AFP Habitat y emblemático dirigente gremial ha tenido una larga y ajetreada trayectoria en el sector privado, la cual alcanzó altura en 1989, cuando se transformó en presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y, en particular, cuando asumió la presidencia de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) en diciembre de 1990, cumpliendo un rol clave en la transición desde la dictadura a la democracia con el arribo, en marzo de aquel año, de Patricio Aylwin a la Primera Magistratura del país.

A fines de 1997, asumió la presidencia de Enersis en medio del escándalo desatado por la venta de la empresa a Endesa España –Caso Chispas–. Luego asumiría en Endesa Chile y terminaría alejándose del directorio tras duras disputas con los ibéricos una vez que asumieron control. Entre 2006 y 2014 fue presidente AFP Habitat, donde jugó un rol clave en los casos más sonados, incluyendo el polémico aumento de capital que los españoles trataron de imponer hace tres años, y el caso Cascada.

Su salida de la presidencia de la AFP no lo ha alejado de la primera línea del debate político y económico del país. Al contrario, en el ultimo tiempo Guzmán se ha convertido en la conciencia moral del sector privado y en un fuerte defensor de la necesidad de que en Chile se apliquen las mejores prácticas de transparencia en términos de gobiernos corporativos.

En una extensa entrevista en ‘La Mesa’ de El Mostrador Mercados, el empresario de la construcción sostiene que el sector privado ha perdido legitimidad y critica el hecho de que el «empresariado reaccionó tarde ante los cambios que pedía la sociedad y ahora estamos pagando las consecuencias”. En dicho marco, sentencia que el resultado es que tenemos un Gobierno “que no sabe para dónde va y que ha generado una alta desconfianza”.

Guzmán agrega que existe un crisis de legitimidad de todas las instituciones y afirma que los escándalos del financiamiento irregular a la política hicieron que la gente perciba que el sistema está cooptado. Manifiesta, asimismo, que como país nos creímos el cuento de ser país OCDE: “Nos hemos creído un cuento basado en un cifra que es el ingreso per cápita, y nos creímos el cuento de que estábamos muy cerca del desarrollo y yo creo que estamos muy lejos del desarrollo, del desarrollo mental, del respeto con los demás, del respeto con las instituciones, de la ecuanimidad”.

Cuestiona, además, que aún haya muchos empresarios que piensan que su único rol es pagar impuestos y generar empleo, y que no se dan cuenta de que “la supervivencia del sistema económico en que estamos se basa en la iniciativa privada y la legitimidad de esta institución”.

“Yo pienso que los empresarios se durmieron un poco en sus laureles y no percibieron que la sociedad chilena cambió bastante y que ya no solo se les exigía a los empresarios ser eficientes en generar riqueza, participar en el exterior o ser más productivo, sino que la sociedad comenzó a exigir otra cosas. Por de pronto, una ética intachable, una mayor preocupación por el sector laboral, una mayor preocupación por el medio ambiente, una mayor preocupación por el entorno de la sociedad que rodea a muchos de los proyectos empresariales, y que percibió que los empresarios no respondían a esto y seguían en el mismo cuento de crear riqueza y ser eficientes, y empezó a pasarles la cuenta. Entonces ahí se generó el primer grado de desconfianza que es bastante anterior a este fenómeno, de esta avalancha de reformas del último tiempo», puntualizó.

Añadió que «por otra parte empezó a surgir este variado número de irregularidades y escándalos, en los cuales la gente percibió, y la gente cuestiona si los empresarios condenan estos hechos o qué hacen para condenarlos, y vio que no había gran acción en ese sentido».

«A esto se agrega más recientemente el descubrimiento o destape de este financiamiento irregular a la política, que en el fondo la gente empezó a percibir que los políticos y los empresarios eran la misma cosa”, sentenció.

-Con la llegada de un Gobierno que prometió hacer muchos cambios, pese a que ahora no se sabe qué rumbo va a tomar, ¿usted cree que el sector privado dejó pasar mucho tiempo y dejó mucho espacio para que llegara alguien que diga ‘hay que cambiarlo todo’?
-Estoy 100% de acuerdo, yo creo que el sector privado debería haber reaccionado antes a través de sus dirigentes, de sus voceros, los dirigentes gremiales, debieran haber reaccionado y haber tenido esta percepción y haber captado lo que estaba pasando mucho antes y no lo hicieron. Evidentemente que ahí hay una autocrítica que yo siento que todos los empresarios con los que participo, ex dirigentes de la confederación y, en general, está esta sensación de que no se ha reaccionado oportunamente. Porque la sociedad es una sociedad muy dinámica, que va cambiando. Cada día van cambiando las aspiraciones y los empresarios y todas las instituciones tienen que adaptarse a estos cambios.

Yo creo que (los empresarios) no hicieron esos cambios, y estamos pagando las consecuencias de tener un Gobierno que no sabe para dónde va y que ha generado una alta desconfianza no tan solo en los empresarios sino que una alta desconfianza en todas las instituciones. Hay muchas instituciones que para mí son claves para la estabilidad del país y en las cuales la gente ha empezado a desconfiar, como la justicia, Impuestos Internos, en el Instituto Nacional de Estadísticas y, en fin, hay cosas que eran como intocables.

Los escándalos financieros y la falta de Mea Culpa

Guzmán cree firmemente que las instituciones tienen que volver a ganarse el respeto de la sociedad. “Yo creo que la empresa atraviesa una mala relación con la sociedad. Por distintas razones, ahora, afortunadamente no es el único actor de la sociedad que está generando desconfianzas, yo creo que hoy en la sociedad existe una desconfianza de todos con todos. Hoy los empresarios desconfían de los empresarios, la sociedad desconfía de los empresarios. Así como la sociedad tiene gran desconfianza en los políticos, los consumidores tienen gran desconfianza también por el panorama que ven, en fin. Hay varios actores que están participando en este ámbito de desconfianza generalizado”, explica.

Dice que si el sector privado no vuelve a legitimarse ante la comunidad, “el sistema va a ser reemplazado por un mayor Estado, que yo creo que para el país sería un desastre. Yo creo que el éxito que hemos tenido como país en los últimos 25 años se debe principalmente a la iniciativa privada. Y no quiero hablar de la empresa privada, sino que de la iniciativa privada, en el sentido de que se le ha dado rienda suelta a la gente para que lleve a cabo sus propias iniciativas. Eso es lo que ha impulsado el desarrollo de este país, y si los empresarios no se dan cuenta de eso, el sistema va a morir y el país es el que va a asumir las consecuencias”.

Apunta a que uno de los factores que ha gatillado esta creciente desconfianza hacia el sector privado ha sido la serie de escándalos financieros, como La Polar, el caso Cascadas y ahora el financiamiento irregular de la política.

“Yo creo que muchos empresarios no ven las consecuencias de sus actos, y los pares en general no han condenado como corresponde estas irregularidades”, opina.

-Cuando usted plantea este argumento en privado, no en foros públicos, ¿cuál es la reacción de sus pares? La planteo esto porque en Chile hay mucha zanahoria pero poco garrote. El sector empresarial más neoliberal, por ejemplo, salió con fuerza a criticar el bono al sindicato de trabajadores de BancoEstado, pero no salió a criticar cuando, por ejemplo, BancoEstado salió a rescatar a CorpBanca después de la corrida bancaria, o cuando le prestó plata al Grupo Luksic para comprar el Banco de Chile… entonces, el sindicato se ganó esto jugando en las reglas del mercado, donde el banco, que es de todos, igual compite. Yo creo que ese tipo de reacción del sector privado es lo que genera ciertas desconfianzas.
-Yo creo que ese ejemplo es absolutamente válido, no ha habido el mismo griterío o rechazo frente a otras acciones del BancoEstado, que son bastante más comunes, o sea, en el régimen militar hubo bastantes otras acciones realizadas por el BancoEstado que fueron bastante objetadas. Yo le diría que, dentro del ámbito en que yo me muevo, por supuesto que existe crítica a estas acciones.

-Ustedes en AFP Habitat han tenido un poco el rol de los «paladines» de los gobiernos corporativos. ¿Es compatible el rol de una AFP de ser un paladín de gobiernos corporativos pero, al mismo tiempo, manejar la plata de todos los chilenos para ser rentable?
-Yo creo que son dos cosas absolutamente inseparables, uno no puede pensar en ser rentable, que es la obligación fiduciaria de las AFP, si no se preocupa de cómo están funcionando las sociedades o las empresas en las cuales deposita la plata de los trabajadores. Si hiciera vista gorda sobre eso, evidentemente que no estaría cumpliendo su rol fiduciario. Lo que hizo AFP Habitat, y que luego se sumaron todas las AFP en su momento con el caso Cascadas, es porque se percibió que se estaba haciendo extracción patrimonial en las cuales las AFP tenían inversiones en beneficio del controlador y ahí explotó ese problema. Lo mismo pasó en el caso Enersis, que nosotros nos dimos cuenta que en un aumento de capital ellos pretendían aportar su parte mediante activos absolutamente sobrevalorados y les pedían a los minoritarios que pusieran cash. Entonces, nosotros casi inmediatamente, en unas pocas horas, levantamos la voz y se hizo una revaloración de esos activos en forma externa y resultó ser que los activos que incorporaron finalmente valían US$1.400 millones de dólares menos de lo que ellos habían dicho.

Entonces, y volviendo al punto esencial de la pregunta, es inseparable la preocupación por la rentabilidad y que la cartera de inversiones esté bien diversificada geográficamente y que esté bien diversificada en renta fija y renta variable, en fin, para obtener la mayor rentabilidad posible, cosa que se ha logrado porque la rentabilidad de las AFP es muy buena, pero no podemos descuidar cómo están funcionando las empresas cuando depositamos dinero de la gente, así que en ese sentido tengo la conciencia muy tranquila de que el sistema de AFP está funcionando muy bien, y si hay alguna que se moleste de que las AFP intervengan en esto, bueno, se tendrán que comer la molestia no más, porque es parte del rol fiduciario.

Por otra parte, se critica a las AFP que las pensiones son bajas, pero las AFP están haciendo bien su parte, están manejando bien la plata. Otra cosa es que haya que implementar algunas medidas para que ojalá las pensiones sean mayores, que yo creo que se puede hacer.

Para ver la entrevista completa, haga clic aquí o entre directamente a El Mostrador TV.

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