La medida es parte de los esfuerzos del gigante del cobre de reducir su deuda que se eleva a US$ 20.000 millones. Según fuentes, el valor de los activos que se ofrecen es de aproximadamente US$ 2 mil millones a US$ 3 mil millones.
Freeport-McMoRan está tratando de vender participaciones en paquetes de activos de minería y energía como parte de sus esfuerzos para reducir la deuda, dijeron tres personas con conocimiento del asunto.
La empresa con sede en Phoenix ha mantenido conversaciones con potenciales compradores de una participación minoritaria en un conjunto de activos mineros en África y las Américas, aseguran dos fuentes que pidieron no ser identificadas porque las conversaciones son privadas y están en una etapa temprana. Esa minas fueron adquiridas cuando Freeport compró Phelps Dodge en 2007.
El paquete también incluye activos de petróleo y gas comprados hace tres años para lo cual la minera asumió deudas de US$ 9.000 millones. Freeport también está estudiando la venta de entre el 10 por ciento a 20 por ciento de sus operaciones en Norte y Sud America, que incluye la mina Morenci en Arizona, así como Cerro Verde en Perú, una de las fuentes asegura.
En febrero de Freeport vendió una participación en Morenci por US$ 1.000 millones.
El valor de los activos que se ofrecen es de aproximadamente $ 2 mil millones a $ 3 mil millones, dijeron las personas.
Morenci es uno de los cinco activos mineros que Freeport considera como parte del núcleo de sus operaciones, al igual que Cerro Verde. Los otros son Tenke Fungurume en la República Democrática del Congo, El Abra y Grasberg en Indonesia.
En respuesta a las preguntas sobre sus planes de venta de activos, Freeport dijo que no tiene «nada que discutir en este momento antes de nuestro reporte de ganancias el martes.»
Con la venta de participaciones minoritarias en paquetes de activos, Freeport sería capaz de compartir costos y recaudar dinero para pagar deudas al tiempo que conserva el control de las minas de cobre de bajo costo y las más preciadas. En enero, el CEO Richard Adkerson dejó claro que cualquier operación, en su totalidad o en parte, podría venderse como de la lucha para recortar una carga de deuda US$ 20.000 millones de dólares.
