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Aparece nuevo obstáculo y no habría que esperar humo blanco en el corto plazo en las negociaciones para la venta de BBVA

Aparece nuevo obstáculo y no habría que esperar humo blanco en el corto plazo en las negociaciones para la venta de BBVA

A la firmeza de la posición de Said de quedarse con al menos el 20% y dos directores, se suma que al interior del banco canadiense no estarían dispuestos a pagar los alrededor de US$ 2.700 millones si no es por el 100%. El argumento es que la operación obligará al banco canadiense a asignar mayor capital a sus operaciones en el mercado internacional.


Siguen complicadas las negociaciones entre Scotiabank y BBVA para cerrar la venta de las operaciones en Chile. Y la razón ahora no sería solo la intransigencia de la familia Said a aceptar «cash» por el 31% que controla.

La meta era cerrar la venta a fines de octubre, pero ahora, según fuentes cercanas a la operación, el plazo sería para segunda quincena de noviembre. Las conversaciones directas entre los Said y el banco canadiense están por el momento en pausa, y en círculos financieros de Canadá se especula que el propio Scotiabank está bajando las expectativas de cerrar la operación en el corto plazo.

Hasta ahora la razón principal para lo lento del proceso era que no ha sido fácil encontrar una fórmula que se adecue, por un lado, a la intención de BBVA España de vender su participación en Chile y dejar, al mismo tiempo, al grupo Said con no menos del 20% y tener derecho a no menos de dos directores.

Para ellos, estar en el directorio de un banco es clave, ya que tienen acceso a información acerca de la economía del país, que es útil para manejar Parque Arauco y Embotelladora Andina, los dos gigantes que controla la familia.

Ahora a la firmeza de la posición de Said se suma que al interior del banco canadiense no estarían dispuestos a pagar los alrededor de US$ 2.700 millones si no es por el 100%. El precio es ya considerado caro, dice una fuente que conoce lo que se está discutiendo en las negociaciones.

El argumento es que la operación obligará al banco canadiense a asignar mayor capital a sus operaciones en el mercado internacional, donde tiene menor presencia. Y apuntan al informe de Moody’s que señala que advirtió hace unas semanas que BBVA Chile tenía activos equivalentes al 3% de los de Scotiabank, por lo que la compra no tendría un impacto financiero material para sus balances.

El análisis precisa que BBVA Chile tiene una débil capitalización, márgenes moderados, altos costos y «una alta dependencia en financiamiento mayorista».

En España, el propio banco le pone paños fríos a un acuerdo inminente. El gerente de finanzas reconoció, en un foro empresarial, que no hay garantías de que la operación se vaya a cerrar.

A Said lo asesora Claro y Cía. y Bank of America. A BBVA Chile, el estudio de Philippi, Yrarrázaval, Pulido & Brunner.

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