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(Des)Balance Estructural MERCADOS|OPINIÓN

(Des)Balance Estructural

Gonzalo Valdés
Por : Gonzalo Valdés Subdirector del Instituto de Políticas Públicas, UNAB.
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El concepto de Balance Estructural guió la política fiscal chilena por casi dos décadas. En castellano, la regla invitaba a ahorrar en periodos de vacas gordas y a gastar en períodos de vacas flacas. Lamentablemente, la regla generó demasiados ahorros.

Mientras en 1990 la deuda bruta más los bonos de reconocimiento llegaban al 75% del PIB, en 2008 representaban solo el 14%. En 1990 el Tesoro Público contaba con solo el 3% del PIB en activos (usados para gastar en tiempos de vacas flacas), en 2008 estos llegaron a 18%. Así, mientras el Gobierno Central era deudor neto en 1990, el 2008 se transformó en un acreedor neto. El crecimiento económico y la regla de balance estructural permitieron generar los ahorros suficientes para financiar gasto contracíclico durante las crisis de 2009 y 2020.

Todo esto parece muy positivo a primera vista, pero no es así. La realidad es que la regla de Balance Estructural no ha cumplido con su objetivo autoimpuesto, que es mantener un gasto público sustentable en el mediano y largo plazo, independientemente del ciclo económico. Esto, ya que la regla generó un ahorro excesivo, que permitió un gasto insostenible e independiente del ciclo económico, fomentando proyectos políticos populistas.

Hoy se proyecta que nuestro país, en un año de crecimiento económico, tendrá un déficit fiscal de 7,1% del PIB. Diego Pardow, el coordinador de la candidatura presidencial de Gabriel Boric, indica que pretenden bajar el déficit a tasas de 0,25 a 0,5% anual, lo que implica déficits sobre 5% por 4 años y un crecimiento de 20% hacia arriba de la deuda fiscal durante el posible periodo presidencial del Frente Amplio. Probablemente el Ingreso Familiar de Emergencia se convierta en Ingreso Familiar Permanente.

Este aumento en la deuda generará un creciente gasto en intereses que será pagado después de que termine el próximo mandato presidencial. En 1990, el Servicio de la Deuda Pública significó el 21% de los ingresos públicos, un monto similar a la suma de todas las transferencias corrientes. Gracias al crecimiento y a la regla de balance, el servicio de deuda sobre ingresos bajó a 2,9% el 2008, pero volvió a subir al 6,3% el año pasado debido a los continuos gastos de los dos últimos gobiernos.

Los gastos excesivos pueden aumentar la deuda a niveles que no recordamos, con costos que todavía no pagamos. Este año 1 de cada 16 pesos se gastará en pagar intereses a los capitalistas internacionales.

La regla de Balance Estructural logró estabilizar el ciclo económico, ya que el Estado contaba con suficiente dinero para contrarrestar las crisis económicas. A cambio, desestabilizó la política, permitiendo que gobiernos populistas gastaran lo que no tienen por todo un periodo presidencial.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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