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España en el punto de mira: ¿se puede evitar el rescate?


La prima de riesgo superó el martes los 430 puntos básicos y el bono a 10 años llegó a ofertarse al 6%, niveles que no alcanzan, de momento, los de noviembre del año pasado cuando el bono a diez años llegó a tocar el 6,7% -o el 7% en función de la referencia que se tome- y la prima rozó los 500 puntos básicos, tal como explica el diario Expansión en un artículo publicado hoy. Pero hay una diferencia importante: quedan muchos menos cartuchos en la recámara.

En noviembre de 2011 había muchos revulsivos en los que confiar: un cambio de Gobierno que ejecutara reformas estructurales, acelerara el saneamiento financiero y elaborara unos presupuestos 2012 con ajustes convincentes, una intervención masiva del BCE en el mercado, la recuperación gradual de la economía europea…

Pero ahora todas esos cartuchos se han gastado: se ha anunciado la reforma laboral, la financiera y la de estabilidad presupuestaria, el BCE ha inundado el mercado de dinero barato para que los bancos compren bonos, la economía europea se encamina a la recesión… Y la prima vuelve a niveles peligrosos. Entonces, ¿qué más quiere el mercado?.

Pues parece ser que quiere resultados y no promesas. Antonio García Pascual, economista de Barclays Capital, aseguraba el martes en una nota a clientes que España «solo recuperará la confianza del mercado si las cuentas trimestrales de las autonomías y del gobierno central muestran que los presupuestos se ajustan a lo planificado».

Otros creen que se puede hacer todavía más desde ya mismo. Daniel Lacalle, gestor de la firma de inversión Ecofin, aboga por recortar subvenciones y reformar el Estado autonómico, por ejemplo.

Pero estas medidas no son ni fáciles ni rápidas. Hasta que lleguen, España solo puede ganar tiempo y los compromisos se amontonan. Solo en el mes de abril, España afronta vencimientos de deuda por valor de 24.121 milones de euros y 4.251 millones en intereses. Los siguientes escollos llegan en julio, con casi 30.000 millones (principal más intereses) y en octubre, con 32.000 millones. La incógnita es si España conseguirá cumplir con su plan de emisión de deuda hasta entonces.

En manos del BCE

Para resolverla, hay que mirar qué balas quedan en la recámara. La primera sería un cambio de sentimiento en los inversores. De la aversión extrema al riesgo periférico que han demostrado en las últimas sesiones a una mayor tolerancia. Pero como apunta Daniel Pingarrón, estratega de IG Markets, «el principal problema para los mercados es la inexistencia de catalizadores a la vista que puedan revertir el fuerte movimiento bajista».

A corto plazo, el único revulsivo visible serían las compras de bonos por parte del Banco Central Europeo. Pero esta puerta parece cerrada tras las quejas del Bundesbank -banco central germano- por las medidas extraordinarias adoptadas por el BCE. Entre ellas, el programa de compra de bonos soberanos (por el que ya se han adquirido 214.000 millones de euros en deuda periférica) y las dos megainyecciones de liquidez a la banca, que han transferido 1 billón de euros a las entidades.

Si el Gobierno no logra convencer a los mercados, el bono sigue subiendo y el BCE no interviene, no quedan muchas más alternativas: España sería la cuarta economía rescatada de la zona euro.

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