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La crisis no detiene a los estadounidenses de seguir viviendo a lo grande cuando se trata de sus casas


Aun cuando la economía estadounidense tiene dificultades para recuperarse de la peor recesión desde la Gran Depresión, los estadounidenses viven a lo grande.

A lo grande, por el gran tamaño de sus casas: vestíbulos de dos pisos, escaleras dobles, alas para niños, salones exclusivos para hombres, barras de café, garajes para cuatro autos y placards de dormitorio tan amplios como para un quinto vehículo.

El porcentaje de casas unifamiliares nuevas de más de 3.000 pies cuadrados (279 metros cuadrados) aumentó un tercio en la última década, según los datos publicados el mes pasado por la Oficina del Censo de los Estados Unidos. El incremento se produjo aun cuando 4,3 millones de casas han sido embargadas desde enero de 2007 como resultado del estallido de la burbuja inmobiliaria y la recesión económica. Ligeramente más de una de cada cuatro casas nuevas construidas el año pasado tenía más de 3.000 pies cuadrados, el mayor porcentaje desde 2007.

“Tiene que ver con las oportunidades”, dijo Jack McCabe, máximo responsable ejecutivo de McCabe Research and Consulting de Deerfield Beach, Florida, en una entrevista telefónica. “Tiene que ver con las tasas de interés. Y tiene que ver con la mala memoria”.

En una pequeña elevación sobre Randolph, Nueva Jersey, Toll Brothers Inc. está construyendo un barrio de 25 casas, cada una sobre una parcela de 2,5 acres (10.117 metros cuadrados). Las casas de Randolph Ridge parten de los US$800.000 y algunas cuestan el doble de esa cifra. El pueblo, a mitad de camino entre la ciudad de Nueva York y la frontera de Pensilvania, es parte del Condado de Morris, donde tiene su sede central o algunas instalaciones alrededor del 50 por ciento de las compañías del país que figuran en Fortune 500.

Fuera de los suburbios

Randolph es la clásica zona residencial estadounidense ubicada fuera de los suburbios, sin un centro urbano y con una ruta principal bordeada de concesionarios de autos y locales de cadenas minoristas. Consumidores al volante de SUVs llegan a los comercios por la Ruta 10 con la inexorable intensidad de infantes de marina que se lanzan al combate. El perfil del pueblo en Wikipedia espera hasta la cuarta palabra para usar el adjetivo “acaudalado”.

“Nuestros clientes en general son personas muy exitosas”, dijo Christopher Gaffney, presidente de grupo de Toll Brothers, constructora de viviendas de lujo con sede en Horsham, Pensilvania. “Estas personas son compradores muy avezados y saben exactamente qué quieren”.

Lo que quieren, al parecer, es una casa georgiana de 7.400 pies cuadrados que tenga un sistema de aire acondicionado de cinco zonas, cinco calderas y un placard en el dormitorio principal del tamaño aproximado de un departamento de un ambiente en Manhattan. Con el sótano sin terminar, el modelo de cuatro dormitorios cuesta casi US$1,7 millones.

La nueva generación de casas supergrandes surge luego de que el precio promedio de venta para una vivienda nueva bajó de US$292.600 en 2008 a US$267.900 el año pasado.

La Oficina del Censo informa que la superficie promedio de una casa estadounidense pasó de 2.392 pies cuadrados en 2010 a 2.480 pies cuadrados en 2011. La cifra de 2011 es un 62,6 por ciento más alta que el tamaño promedio de 1973 de 1.525 pies cuadrados.

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