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Las claves del último Presupuesto que Piñera anunciará y ejecutará en su gobierno

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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Como acostumbra la elite política de Chile, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, antes de informarle al país el presupuesto público para 2013, lo presentará ante el gran empresariado, cuyos representantes lo escucharán a las 8:30 horas de hoy en su casa matriz de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) en calle Sótero Sánz 182.

Luego de esa conversación, Larraín terminará de ajustar con el Presidente de la República, Sebastián Piñera, los detalles del documento que el mandatario informará la noche del próximo domingo por cadena nacional.

No será cualquier presupuesto. Será el último que presente y ejecute Piñera como Presidente, ya que el del 2014 se lo dejará disponible para ejecutar al próximo mandatario que sea electo en las presidenciales de fines de 2013.

Además, se ejecutará en medio de la campaña electoral y existen dudas sobre el nivel de gasto, dada la intención de extender al próximo período el gobierno de la derecha.

Pero el anuncio del presupuesto incluye, al menos, dos variables relevantes a considerar. Por un lado, el esperado incremento de los recursos para el ítem Educación, que en principio agregaría US$ 1.200 millones a dicha partida, producto de lo que recaude el recién aprobado ajuste tributario.

Por el otro, el ajustado nivel de la cuenta corriente, advertido por el Banco Central (BC) en el último Informe de Política Monetaria (Ipom), que pone límite a la expansión del gasto, el que según coinciden economistas, no debiera superar las estimaciones de crecimiento para 2013.

En este sentido, Piñera dio luces más bien preocupantes para los analistas económicos, al declarar hace unas semanas días que el gasto crecerá 5 %, pese a que existe coincidencia en el mercado que la economía difícilmente crecerá a ese ritmo, lo que causaría un mayor deterioro en materias fiscales y generaría desequilibrios.

Así ha ocurrido en 2012, en que el gasto viene creciendo más de 6 % y la economía creciendo poco más de medio punto menos.

La oposición, igualmente, ha presionado para que educación tenga los recursos prometidos y ojalá más, lo que estaría llevando al gobierno a disminuir el alza o, lisa y llanamente, reducir los recursos a otros ministerios que históricamente crecen con fuerza, como vivienda.

Entre los economistas permea la preocupación del Banco Central, por el impacto que puede tener un alza excesiva del gasto público, más aun si supera al crecimiento del PIB.

Para 2012 se prevé que el déficit de la cuenta corriente, como porcentaje del PIB, llegue a más de 3 % este año, luego de hacer sido de 1,3 % en 2011 y haber tenido un nivel superavitario en 2010 (1,5%). Para 2013, se estima cercano a 4,4 %, en conformidad a lo previsto por varios expertos. Lo hizo en su momento Jorge Selaive, economista jefe de BCI, y recientemente Gémines Consultores, ligada al economista Alejandro Fernández.

Un informe de este último reparó en que la “borrachera del cobre permitió financiar un crecimiento excesivo del gasto público, que alcanzó niveles extravagantes entre 2006 y 2010, que impulsó la demanda agregada, bajó el ahorro nacional y ahora aparece como un déficit creciente en la cuenta corriente porque somos poco competitivos, ya que la productividad de factores no crece y la energía es muy cara. La resaca la sufrirá el próximo gobierno ya que el impulso todavía nos dura y los desequilibrios no son, todavía, muy grandes”.

En este sentido, “la única ayuda significativa para evitar un agravamiento de la situación, conteniendo el deterioro de las Cuentas Externas, es por la vía de restar presión a la demanda interna, lo que más que a través de un alza de la tasa de interés, que en el corto plazo motiva mayor entrada de capitales y más caída del tipo de cambio, se debe hacer a través de una política fiscal menos expansiva. Ello es lo que, por lo demás, se lee entre líneas como mensaje al Ministerio de Hacienda en el último Informe de Política Monetaria (IPOM) publicado por el Banco Central”, observó el pasado 13 de septiembre.

El ex ministro de Hacienda y actual precandidato a la Presidencia de la República, Andrés Velasco, también ha criticado el exceso de gastos y los desequilibros fiscales que prevé podría dejar el gobierno actual.

Velasco advirtió que el gobierno debe explicar si el alza de 5 % que anunció Piñera en el gasto para 2013 se compromete con la necesidad de reducir el déficit estructural fiscal de 1 % actual.

“Hemos coincidido que lo natural, especialmente para un periodo de auge del cobre, habría sido transitar hacia un equilibrio estructural en cuatro años. Eso habría requerido un grado de esfuerzo y disciplina que no hemos visto. La meta del 1 % me parece totalmente inadecuada”, afirmó el miércoles en un seminario de Asimet.

Para Alejandro Puente, economista jefe de BBVA, la situación no es tan dramática como parece, en cuanto a que el crecimiento de 5 % del gasto público está bastante en línea con la expansión proyectada del PIB para 2013, de 4,5 %.

“Es un presupuesto que al aumentar en línea con el PIB que se espera, en esencia lo que tenemos es cierta continuación de la política fiscal, donde no podemos decir que es política fiscal donde se han retirado los estímulos fiscales —derivados del terremoto y la crisis de 2008-2009— y de hecho aun no volvemos equilibro estructural, pero tampoco podemos hablar de presupuesto expansivo. Le restaría completamente dramatismo, no va tener efectos significativos en las variables económicas”, sentencia.

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