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Opinión: El acceso a medicamentos será la moneda de Cambio del TPP


Por José Luis Cárdenas, Abogado, LL.M. & Ph.D., Académico & Asesor del Directorio de ASILFA.

Hace unos días me tocó participar, en representación de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos, ASILFA, en la 15ª ronda de negociación del Trans-Pacific Partnership (“TPP”), que se realizó entre el 3 y el 12 de diciembre, en Auckland, Nueva Zelanda, a fin de exponer nuestra postura sobre los irracionales nuevos requerimientos sobre propiedad intelectual farmacéutica que Chile deberá adoptar localmente, de aprobarse el capítulo “propuesto” por EE.UU.

El TPP pretende ser un gran bloque comercial del área Asia-Pacífico – algunos postulan que para contrarrestar la influencia China -, compuesto por países con los cuales Chile ya tiene TLCs (EE.UU., Australia, Canadá, Malasia, Singapur, entre otros).

Uno de los precios más altos que debe pagar todo país que quiera pertenecer al TPP, es precisamente aceptar el referido capítulo sobre propiedad intelectual farmacéutica, que se filtró y está disponible en internet (es oficialmente confidencial, al igual que todos los textos que se negocian). Ha existido crítica global contra dichas nuevas reglas, por su impacto en el acceso a medicamentos, que ha venido tanto de importantes ONGs como Public Citizen, Knowledge Ecology International y Médicos Sin Fronteras, además de asociaciones gremiales de laboratorios genéricos, como ASILFA y otras de EE.UU., Australia, Canadá, Japón, Malasia, México y Perú (véase acá la declaración conjunta: http://www.citizen.org/documents/TPP-Joint-Position-Statement-on-the-Trans-Pacific-Partnership-Revised1.pdf)

Lo que era un secreto a voces, hacía varios meses, se confirmó durante la ronda de Auckland: EE.UU. está revisando el contenido de dicho criticado capítulo, dado que, asumimos – ya que no hay una versión oficial de los gobiernos – se vio enfrentado al rechazo de los otros países que negocian el referido tratado.

Esta información fue dada a conocer por medio de la negociadora jefe de EE.UU, Bárbara Weisel, tras diversas preguntas formuladas por distintas organizaciones, durante el denominado Stakeholders Briefing (evento durante el cual, en forma escueta, la sociedad civil puede formular preguntas a los negociadores, y rogar por recibir algún tipo de evasiva o información vaga). El hermetismo es prácticamente absoluto.

Parecieran ser buenas noticias las de una nueva propuesta en materia de propiedad intelectual farmacéutica; pero éstas son sólo aparentes.

Por un lado, EEUU se puede tomar todo el tiempo del mundo y llegar con su nueva propuesta a última hora, cuando todos las demás materias estén cerradas. De esta manera podría ejercer gran presión sobre las otras partes para que aprueben rápidamente dicha nueva propuesta. Éste es un tema extremadamente delicado y no puede ser analizado a presión, ya que va a tener un impacto directo sobre el precio y en el acceso a los medicamentos, dado que se busca prolongar monopolios, más allá de lo necesario.

Por otro lado, debido a que la negociación del TPP es secreta, la nueva propuesta no será dada a conocer a la sociedad civil, para que pueda opinar sobre ella. Los gobiernos que participan, han firmado un acuerdo de confidencialidad, por lo que tienen prohibición de hacer público los textos. El problema es que la nueva propuesta puede ser mejor o peor a la actual, pero no lo vamos a saber mientras no tengamos acceso a ella.

La aproximación que tuvimos a la actual propuesta, no fue oficial, sino fruto, como indicamos, de una filtración. Sólo nos queda entonces esperar que el nuevo texto se filtre ¿es esto normal y admisible dentro de un sistema democrático?

Éstas no son meras divagaciones, sino que el efecto será real y perceptible para la sociedad: ¿cuán dispuestos estamos a afectar el acceso equitativo a los medicamentos?

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