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El Dreamliner: una pesadilla para Boeing con LAN sumándose a la lista de aerolíneas que suspenden los vuelos

El Dreamliner: una pesadilla para Boeing con LAN sumándose a la lista de aerolíneas que suspenden los vuelos


La Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos decidió hoy suspender temporalmente todos los vuelos de los modelos Boeing 787 Dreamliner hasta que se demuestre que son seguros, tras los incidentes con aeronaves de aerolíneas japonesas.

LAN se sumó a la decisión y anunció anoche que suspendió temporalmente la operación de sus tres Boeing 787 Dreamliner, luego de una recomendación de la autoridad aérea en EE.UU. tras varios incidentes relacionados con la seguridad de los aviones en Japón.

La aerolínea explicó que lo hizo en coordinación con la Dirección General de Aeronáutica Civil de Chile (DGAC).

En un comunicado, LAN informó que los vuelos «realizados por la flota Boeing 787 serán operados por otros aviones de la compañía, con el objetivo de mitigar el impacto que esta situación pueda ocasionar a sus pasajeros y clientes de carga durante la temporada alta».

La suspensión de los Dreamliners se extenderá hasta que la autoridad defina las acciones requeridas para esta flota.

LAN, la primera compañía en Latinoamérica en incorporar el Dreamliner a su flota, tiene contemplado adquirir 32 Boeing 787 en los próximos 10 años, con una inversión cercana a los US$ 3.500 millones.

El último incidente técnico de un Boeing 787, que llevó a las dos aerolíneas japonesas a suspender temporalmente los vuelos de ese avión, ha supuesto un nuevo golpe para este revolucionario modelo, con el que su fabricante espera volver al liderazgo mundial de la aviación civil.

Las aerolíneas ANA y Japan Air decidieron suspender temporalmente los vuelos con el 787 Dreamliner después de que un vuelo de ANA realizara un aterrizaje de emergencia por un problema con una batería que causó olor a humo en la cabina de pilotaje.

Se trata del sexto problema técnico de entidad que ha afectado a unidades del 787 operadas por las aerolíneas japonesas en los últimos diez días.

La compañía aseguró hoy que la seguridad de los pasajeros es su «máxima prioridad» y se comprometió a colaborar con la Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos para «buscar respuestas lo más rápido posible», dijo su presidente Jim McNerney, en un comunicado.

McNerney aseguró que la empresa está trabajando «contrarreloj» con los clientes y diversas autoridades regulatorias, así como con la investigación de la FAA.

«Pondremos a su disposición los recursos de Boeing para ayudar», afirmó McNerney, quien lamentó «profundamente» el impacto que las averías han tenido en sus clientes y las «molestias» a los pasajeros de las aerolíneas.

Las acciones de Boeing cayeron un 3,38  % en Wall Street y en las operaciones electrónicas retrocedían otro 2 % poco después de que la FAA suspendiera temporalmente todos los vuelos de los modelos Boeing 787 Dreamliner hasta que se demuestre que son seguros.

La agencia quiere revisar «el potencial riesgo de fuego asociados a las baterías del 787» y requiere a los operadores que temporalmente cesen las operaciones con estas aeronaves, la gran apuesta de Boeing por competir frente a Airbus.

Tras los problemas ocurridos la pasada semana (varios de ellos en el aeropuerto de Boston), la FAA anunció el día 11 que revisaría el diseño y el procedimiento de producción de este modelo.

A pesar de la acumulación de problemas de los últimos días «no hay nada que apunte a que este modelo sea fundamentalmente defectuoso», señaló hoy al canal financiero CNBC Richard Aboulafia, vicepresidente de Teal Group, una consultora aeronáutica con sede en Fairfax (Virginia).

Aboulafia sí reconoció que estos incidentes supondrán «enormes costes» para el fabricante y las aerolíneas. También consideró «extraño» el hecho de que estos problemas se hayan presentado cuando hay «tantos aviones en servicio» y no con el primer puñado de unidades.

Hasta ahora, Boeing ha entregado 49 unidades del 787, la mitad de las cuales son operadas precisamente por las dos aerolíneas japonesas que hoy dejaron en tierra esos aviones (17 con ANA y 7 con Japan Air).

La estadounidense United Continental dijo hoy que revisó los seis aparatos que tiene en servicio sin haber encontrado ninguna anomalía.

Boeing necesita al 787, del que ha recibido ya un total de 848 pedidos en firme, para recuperar el liderazgo como fabricante mundial de aviones de pasajeros, un puesto de honor que en los últimos años ha perdido frente a la europea Airbus.

Por ello, esta oleada de problemas técnicos supone un duro golpe para la consolidación del avión, un proyecto revolucionario que entró en servicio en 2011 con tres años de retraso debido a problemas en su desarrollo a raíz de su novedosa arquitectura.

El 787 es el primer avión comercial de gran tamaño construido con una gran proporción de materiales compuestos (polímeros reforzados con fibra de carbono), lo que unido a unos motores más eficientes le confieren un reducido consumo de combustible y un mayor grado de rentabilidad (20 % menos combustible).

Se trata de un aparato de fuselaje ancho y largas distancias pero de tamaño medio, con capacidad para entre 210 y 290 pasajeros.

Boeing incrementó en noviembre su ritmo de producción a cinco unidades mensuales, pero espera consolidarla a una cadencia de diez aviones al mes para finales de este año.

El fabricante aeroespacial, con sede en Chicago, había cerrado 2012 con cifras muy buenas en su división de aviación comercial: 1.203 unidades pedidas (la segunda mayor cifra de su historia) y 691 entregas (el número más alto desde 1999).

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