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Gasto de efectivo sigue imparable y revela que Argentina no recupera confianza


A doce años de haber entrado en cesación de pagos sobre bonos por una cifra sin precedente de US$95.000 millones, Argentina todavía tiene dificultades para recuperar la confianza de sus habitantes.

Las reservas del país en moneda extranjera cayeron 29 por ciento el año pasado, encaminándose a su caída anual más grande desde 2002, cuando se desplomaron 47 por ciento luego de la cesación de pagos. La disminución de US$12.600 millones este año, a raíz de que los argentinos retiraron dinero del país para escapar de una inflación que se aproxima a 30 por ciento, ha dejado las reservas en un mínimo en seis años de US$30.500 millones este mes. Es menos de la mitad del monto que tiene Perú, con una economía cuyo tamaño alcanza un 42 por ciento de la argentina.

Si bien los bonos gubernamentales subieron este año debido a las versiones de que en 2015 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner será sucedida por un dirigente más favorable al mercado, los costos de endeudamiento del país continúan siendo los segundos más altos de los mercados emergentes. En tanto los controles cambiarios no logran impedir que las reservas se encaminen hacia una caída récord mensual durante 14 meses seguidos, los inversores temen que Argentina esté quedándose sin la moneda fuerte que necesita para honrar su deuda, según JPMorgan Chase Co.

“Los controles cambiarios están haciendo derrumbar las reservas, cuando la verdadera razón para implementarlos fue que no se derrumbaran”, dijo en una entrevista telefónica desde Buenos Aires José Luis Espert, que dirige la firma investigadora Espert Asociados. “¿Y por qué? Porque una vez más, se destruyó la confianza de la gente”.

Rendimientos de los bonos

Los bonos externos de Argentina denominados en dólares rinden un promedio de 11,25 por ciento, más que 45 de otros 46 mercados emergentes monitoreados por JPMorgan. Solamente Venezuela tiene rendimientos más altos. Los bonos argentinos han rendido 18,3 por ciento este año, quedando detrás únicamente de Belize entre los países en desarrollo.

Los aumentos se aceleraron cuando Fernández no logró obtener la mayoría parlamentaria que necesitaba en las elecciones de mitad de mandato el 27 de octubre para poder presentarse como candidata a un tercer mandato.

Restricciones como las prohibiciones para comprar dólares destinados a ahorro así como impuestos más altos para vacaciones en el exterior, compras online y autos de lujo no consiguieron impedir que las reservas cayeran en la medida que la inflación se acelera hasta 27 por ciento.

Si el gobierno no ataca la inflación, el drenaje de dólares que desde 2010 se utilizan para el gasto público y pagos a los bonistas se ahondará por lo menos US$7.000 millones el año próximo, según Vladimir Werning, economista de JPMorgan.

Argentina “se vuelve cada vez más ilíquida. El nivel de pérdida de reservas continuará siendo el foco más importante para el mercado”, dijo Werning, que en abril predijo una caída acelerada de las reservas, en una entrevista telefónica desde Buenos Aires. “Para frenar la caída de las reservas, las autoridades deben atacar la causa que origina la inflación, no solamente los síntomas”.

Desde su reelección en 2011, cuando la fuga de capitales prácticamente se duplicó hasta US$21.500 millones, Fernández ha implementado más de 20 medidas para impedir que salga dinero del país.

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