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Chile, Menor Crecimiento con Mayor Inflación


Con una economía en desaceleración e inflación al alza, el Banco Central de Chile revisó sus pronósticos de crecimiento e inflación para este año. El instituto emisor continúa argumentando que el repunte inflacionario es transitorio y que se debe mayormente a la depreciación del peso. Sin embargo, la persistente tendencia alcista que han mostrado todas las mediciones subyacentes es evidencia de que la inflación tiene raíces monetarias.

El banco central asume que la debilidad por la que atraviesa la economía ha generado capacidad ociosa que hará que la inflación disminuya por sí sola. Bajo este supuesto el emisor aún considera la posibilidad de nuevos recortes a la tasa de interés rectora. Sin embargo, una política monetaria más expansiva sólo alimentará más presiones inflacionarias. La debilidad económica chilena es estructural y no se puede resolver mediante la expansión de la oferta monetaria.

En el segundo IPoM el instituto central redujo su estimación de crecimiento para el año en 0.5 puntos porcentuales, para dejarlo en el intervalo de entre 2.5 y 3.5 por ciento. También aumentó su proyección de inflación en un punto porcentual a 4 por ciento. Esto es un reconocimiento oficial de que la economía chilena se mueve en un escenario de menor crecimiento con mayor inflación.

En el primer trimestre, la economía creció 2.6 por ciento a tasa anual, aunque si se descuenta el impacto positivo de la Semana Santa, la actividad sólo creció 2 por ciento. Para alcanzar el punto medio del intervalo oficial (3 por ciento), el crecimiento tendría que repuntar durante la segunda mitad del año a tasas de entre 3.5 y 4 por ciento.

Por otro lado, la inflación llegó a 4.7 por ciento en mayo, con todas las medidas subyacentes situándose por encima del límite superior establecido en 4 por ciento por el banco central. Sólo la inflación que descuenta los alimentos y la energía alcanzó en 3.8 por ciento, pero con una clara tendencia al alza. Así, la inflación estructural, aquella que refleja mejor las presiones de demanda en la economía, se encuentra ya por encima del objetivo central.

La esperanza de que el repunte inflacionario sea transitorio no encuentra sustento en un ambiente de creciente liquidez generada por una política monetaria prolongadamente expansiva.

La prolongada debilidad de la economía chilena no es un asunto que tenga que resolver la autoridad monetaria, porque sus raíces son estructurales.

El verdadero uso de la política económica está en ser un instrumento para moderar la volatilidad del ciclo económico no para determinarlo ni mucho menos para producir crecimiento. 

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