El ministro Alberto Arenas estaba contento ese jueves en la noche en San Joaquín y puso todo su empeño en convencer a los 450 dirigentes vecinales de que el proyecto de Reforma Tributaria no iba a afectarles el bolsillo.
“¿Cuántas personas ganan más de $ 500.000?”, preguntó a la audiencia. Dos levantaron la mano. “¿Cuántas ganan más de $800.000?”, volvió a preguntar. Sólo uno de los presentes se anotó. “A ustedes, el impuesto a las personas no les cambia. Eso se los digo rotundamente”. No faltaron quienes apuntaron al senador Carlos Montes y al diputado Ramón Farías, diciendo que a ellos sí les va a tocar.
Más adelante señaló que es verdad que se sube el impuesto a las bebidas alcohólicas, pero que un litro de cerveza sólo costará $40 más. Mientras que las bebidas no alcohólicas tendrán un alza de 5%.
Una persona le preguntó por el impuesto al tabaco porque tenía a alguien en la casa que fumaba mucho. Le va a significar alrededor de $54 por cajetilla, contestó Arenas. “Ah, no es mucho”, dijo una señora presente, mientras le comentaba a su vecina: “Igual los cabros van a seguir tomando y fumando. Les da lo mismo”.
Siguiendo con sus ejemplos concretos, el titular de Hacienda explicó que la cuenta de la luz podría llegar a subir 0,5% en 2019. “Es decir, una cuenta de luz de $15.000 pagará $75 más ese año por efecto del impuesto a las fuentes fijas contaminantes”.
“¿Cuánto vale una vivienda en esta zona?", interrogó al alcalde Sergio Gutiérrez, quien le dijo que alrededor de $ 30 millones. “Bueno, entonces tampoco se verán afectados por el IVA a la construcción” porque son casas de menos de UF 2.000, retrucó el ministro.
En definitiva, les dijo, esta Reforma no afecta a la clase media, sino que a las personas que ganan más. A ellos les estamos diciendo que deberán pagar más impuestos.