La derecha dura corre hoy el riesgo de que, con el éxito en su demonización del “octubrismo”, crea que detrás hay comodidad con el statu quo, lo que no es tal. Reducir el “octubrismo” a la violencia podrá ser efectivo para ganar una elección, pero es receta segura para el fracaso una vez gobernando.
A un día de una nueva conmemoración del estallido social, te invitamos a leer nuestro editorial de el viernes 11 de octubre, cuando faltaba una semana. No queremos dejar de volver a compartirla por el impacto que ha tenido en redes sociales y por la importancia de los planteamiento ahí vertidos.
El uso del término “octubrismo” para agrupar diversas posturas con las que no concuerda realmente lo sucedido, simplificando el estallido social de octubre del 2019. Algunos puntos a destacar (pero la recomendación es a leerlo completo en este link)
– Efectividad electoral vs. riesgos: Esta narrativa puede ayudar en elecciones, pero es peligrosa para gobernar debido a su desconexión con las demandas sociales reales.
– Desigualdad y la desconexión de las élites con el resto de la población: En parte, dicha desconexión radica en que las élites discuten los problemas públicos en función de sus propios intereses y, desde ahí, dejan de conversar con los anhelos de la población.
– Manipulación mediática: La cobertura mayoritaria que ha recibido el informe en la prensa más conservadora confirma esta última conclusión. El tratamiento del documento del PNUD en algunos medios lo ha encasillado como una especie de panfleto, un encargo del Gobierno u otros calificativos que no se hacen cargo del estándar científico de este. Con ello, malamente (casi) se zanjó una discusión que poco trató de los relevantes resultados de fondo del informe.
https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/editorial/2024/10/11/el-discurso-del-octubrismo-como-cajon-de-sastre-es-falso-y-politicamente-peligroso/