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Opinión: la Roja inicia el camino a Rusia con sólo seis «becados» nacionales

Opinión: la Roja inicia el camino a Rusia con sólo seis «becados» nacionales

Entre deserciones inesperadas -como Bravo y Vargas- y convocatorias locales cuestionables, la Selección prepara un amistoso con Paraguay que adquiere más sentido de homenaje a los campeones de América, que de exigencia futbolística como inicio de la preparación formal para las clasificatorias mundialistas.


La Selección se reencontrará el sábado con su gente, en una suerte de homenaje a los campeones de la Copa América que, por las circunstancias de la convocatoria, aporta aspectos diferenciadores respecto de etapas anteriores en que el técnico juntó al plantel para afrontar algún amistoso importante.

Por ejemplo, las cinco deserciones marcan un elemento distintivo trascendente y que, de seguro, genera desagrado y malestar al interior de Juan Pinto Duràn, más allá de las declaraciones de protocolo deportivo.

Si Eduardo Vargas encontró cierto tono comprensivo en el ambiente después de su determinación de priorizar la integración al Hoffenheim alemán en desmedro del juego contra Paraguay, con el caso del portero y capitán Claudio Bravo no se percibió la misma actitud ni indulgencia, ya que el 1 del Barcelona siempre fue el líder del camarín y la figura emblemática que afrontó las crisis -como el accidente de Arturo Vidal- apelando al espíritu de integridad y compromiso grupal de la Roja.

Esta vez, el portero no quiere dar ventajas en el arco catalán ni tampoco supone que su prestigio y rendimiento requiera nuevas pruebas de capacidad en el camino a las clasificatorias mundialistas.

En todo caso, la negativa del chileno suizo Francisco Rodríguez fue el golpe más duro que remeció el búnker de Macul, porque constituye la reiteración de su rechazo y para Sampaoli representa, en rigor, el cierre definitivo de ese capítulo.

Por contraste, la situación de los lesionados Charles Aránguiz y Paulo Garcés no mereció más que sentimientos de pesar y solidaridad en el entorno de la Roja, que siempre quiso darle a este partido una trascendencia más simbólico -la cita de los campeones sudamericanos- que un simple juego con una formación B de los paraguayos.

Secuencialmente, la nominación de los relevos de emergencia también admite algún cuestionamiento de fondo, porque en un plantel con tan escasa presencia local -solamente Herrera, Rojas, Toselli, Pizarro, Beausejour y Baeza representan a los clubes domésticos- parece legítimo llegar a seleccionar con prolijidad y criterios objetivos los restantes cupos.

Aún lesionado, el «Fantasista» Pizarro fue citado por Wanderers aunque todavía no debute por los porteños y, verdaderamente, su cupo lo haya ganado sin discusión con el club italiano donde brilló varias temporadas. Y apuntando particularmente a los llamados del cruzado Toselli y del colocolino Baeza, parece indispensable establecer un criterio distinto y cuantificable, de modo que los demás aspirantes no se sientan perjudicados por elecciones aleatorias.

En pleno torneo, ya con cinco fechas de desarrollo, en los distintos clubes hay varios nombres de alto rendimiento que podrían postular a estas «becas» en el contexto de un grupo ya estructurado claramente por las figuras repatriadas. Mientras que con Johnny, Rojas y Beausejour no existe cuestionamiento posible, a despecho de su trayectoria Toselli sale recién de una extensa lesión y sus actuaciones frente a Libertad y Unión Española no le mostraron en la dimensión futbolística ideal, lo cual habría justificado abrir las opciones a otros candidatos.

Como sea, la Roja inicia formalmente su ruta hacia el Mundial de Rusia y en su reencuentro serán excepcionales las caras nuevas y escasos los «becados» nacionales con una oportunidad en una Selección que debiera seguir abierta a las ilusiones y permeable a los méritos de todos.

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