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Opinión: el paradigma de la disciplina, según el color de la camiseta

Opinión: el paradigma de la disciplina, según el color de la camiseta

Católica dio un ejemplo de seriedad institucional en el caso de los jugadores sancionados, en contraposición a las situaciones extradeportivas que en la Selección Chilena terminaron debajo de la alfombra.


La sanción de Universidad Católica a dos jugadores por un comportamiento reñido con la disciplina deportiva representa un paradigma de gran potencia y valor en un medio futbolero donde, por imperio de la conveniencia, campeaba durante el último tiempo la cuestionable doctrina de que “el fin de los resultados justifica los medios”.

Luego de formalizarse a través de un comunicado oficial, con absoluta transparencia informativa, que Michael Ríos y «Ribery» Muñoz deberán purgar dos y tres fechas, respectivamente, como castigo por aquel incidente nocturno previo a un partido, parece inevitable comparar el manejo de este conflicto con la situación extradeportiva protagonizada por jugadores de la Selección Chilena.

Los dos últimos episodios tuvieron como responsable al crack de la Roja y del Bayern, Arturo Vidal. En el primero, el accidente alcanzó sólo repercusión legal, pero la Federación de Fútbol ni siquiera notificó el asunto al Tribunal de Disciplina para su correspondiente investigación y análisis. Un auto millonario destrozado y el volante reintegrado de inmediato a la concentración de Chile para la Copa Chile fue el desenlace de ese capítulo nefasto.

Y hace menos tiempo, en la víspera del juego amistoso con Paraguay, el mismo mediocampista de San Joaquín viajó desde Alemania a la convocatoria y, entre gallos y medianoche, el entrenador lo “liberó” para atender sus “problemas personales”. Como de costumbre, la prensa entregó otros antecedentes que forzaron esa decisión, aunque el técnico Jorge Sampaoli no transparentó la versión en una conferencia de prensa de tono surrealista, plagada de evasivas y eufemismos enervantes.

Frente a ese método de abordaje para casos tan controvertidos, parece evidente que la ANFP y un club relevante de su estructura organizativa manejan principios divergentes y ven la normativa disciplinaria con distinta perspectiva. Para la dirigencia de Católica, en rigor, una falta amerita una sanción proporcional a su gravedad, y en la Selección las consecuencias se abordan según la coyuntura y los nombres involucrados.

No por contrastante la comprobación resulta menos trascendente en una actividad de principios revueltos y valores oportunistas, demasiado permeable a los intereses deportivos y comerciales. Sin dudas que Vidal según los criterios de Católica no habría jugado la Copa América, mientras que Ríos y Muñoz habrían quedado acogidos por un manto protector en Pinto Durán para cautelar sus “problemas personales” frente a la gente y los medios que sondean la verdad.

Apenas en una semana el fútbol casero mostró algunas de sus múltiples caras y, en suma, puso en la balanza el pensamiento de dos técnicos que definitivamente van a la “batalla” con armas y convicciones diferentes.

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