Cientos de simpatizantes del ex presidente Rafael Correa han salido a las calles para protestar por el trato a Julian Assange. Correa y su sucesor en el poder, Lenin Moreno, han sufrido una gran división desde las elecciones de 2017.
Assange pasó siete años bajo la protección del gobierno ecuatoriano, pero esto terminó la semana pasada cuando la policía británica fue invitada a la embajada de Londres , su hogar de hace mucho tiempo, para arrestar al denunciante.
Moreno ha presentado acusaciones serias contra Assange, como ser anfitrión de una serie de piratas informáticos en la embajada de Londres que, según alega, piratearon los teléfonos celulares y las cuentas en línea de ciudadanos privados y el gobierno de Ecuador.
También acusó a Assange de incitar al conflicto entrometiéndose en asuntos internacionales, acosando al personal e incluso manchando las heces en las paredes de la embajada. Él culpó de los excesos de Assange a la actitud permisiva de Correa.
